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GENTE CON LUZ

Santiago Segura: “La comedia es la tragedia de otra persona”

El creador de 'Torrente' se pasa a la comedia familiar con 'Padre no hay más que uno' y confiesa estar aterrorizado ante la futura adolescencia de sus hijas

Santiago Segura, actor y director.Vídeo: B. P. / EPV
Luz Sánchez-Mellado

Son las cinco de la tarde, hace un calor de horno y el señor director concede entrevistas de promoción acompañado por una asistente de prensa en la azotea de un hotel vestido con uniforme de campaña. Vaqueros de tiro bajo sobre la riñonera, gorra de visera sobre el cráneo privilegiado y la consabida pancarta, perdón, camiseta, con el título y la fecha de estreno de su nueva película estampados a todo lo ancho sobre el pecho. Parece que, en lo tocante al marketing, al creador de Torrente todo se le hace poco.

¿Le hacen descuento en las camisetas cuando estrena película?

Estas he logrado que las pague Sony. Hemos puesto las letras rositas huyendo del blanco torrentiano porque hay que diferenciar etapas, y ahora estoy en la comedia familiar. La promoción nunca es suficiente. De joven, me inventé lo de la camiseta e iba a muerte. He hecho siete películas y sigo. Preferiría que hubiera carteles gigantes en la calle, pero no soy Disney. Hay que vender el pescado.

¿Joven? ¿Cuándo fue eso?

Pues en el primer Torrente, que tenía una lozanía y un lustre... José Mota, el cabrón, me decía que tenía la carne gorda. Ahora, todos nos hemos descolgado. Mañana cumplo 54 años, me duele todo cuando me levanto de una mesa, estoy jodido del menisco. Los 54 no son mediana edad, son tercera. Mediana sería si fuera a vivir 108, y no creo. Se ha muerto hasta Arturo Fernández, o Juan Luis Galiardo, que era más grande que la vida. Ves que esto se corta, que cortan el grifo.

¿Qué fue de aquel Peter Pan?

Sigue ahí. En la mente te ves joven, pero luego ves tu reflejo en un escaparate, o en el autobús, y te dan ganas de echar a correr.

¿No se imaginaba así a los 20?

No, jamás pensé que iba a perder todo el cabello, imaginaba que al menos conservaría la coronilla. Por delante te acostumbras a verte calvo, pero la visión trasera es terrorífica. Estoy reuniendo pelos de otras partes del cuerpo para hacerme un trasplante, porque en la espalda me sobran, pero no puedo ponérmelos porque no sirven como zona donante.

Jaja. Se lo está inventando.

Que no, lo que pasa es que la comedia es la tragedia de otra persona. Yo siempre cuento mis desgracias. Cuando digo que perdí la virginidad a los 22 años, por ejemplo, la gente se descojona, y para mí fue una tragedia. Pero bueno, por lo menos, ya que he sufrido, al menos que sirva para algo.

Publicó en Twitter una foto suya a los 14 diciendo que sufrió 'bulliyng'. Antes no se decía así.

Antes se llamaba puteo, lo que es. En el cole me llamaban gordifrutis, bola, piraña, me daban con la cartera, pero en el instituto la violencia pasó a mayores. Estaba gordo, tenía gafas y granos tan tremendos que mi madre me llevó al dermatólogo y el tío me hizo fotos para un libro. Yo toreaba el puteo como podía, era un pringao y lo llevaba fatal, pero de todo se sale.

¿Salió indemne?

Aquí estamos, pero luego entramos otra vez, porque en Twitter también te lo hacen. Te hacen bullying, pero ya estás curado de espanto. Yo bloqueo con soltura y alegría. Piensan que, como eres famoso, te tienes que aguantar o bloquear silenciosamente, como las hemorroides, y no. Yo me cago en tu puta madre también, y luego te bloqueo. ¿Que está bien? No. No lo recomiendo. Pero hay gente con la que no se puede razonar y a veces la paciencia se agota.

¿Es un padre 'enrollado'?

Eso se lo tendrías que preguntar a mis hijas. Yo diría que sí, que soy un padre guay y cool, pero ellas igual dirán que doy pena.

¿Entendemos a los hijos?

A ratos y a trozos, como todo. Yo tampoco entiendo ni todo lo que escribe ni todo el rato a Fernando Savater, y es un sabio.

¿Teme su adolescencia?

Le tengo terror, pánico, me dan escalofríos, porque tengo amigos que han vivido esta situación y están siendo maltratados psicológicamente por estas criaturas.

Creo que no les ha dejado ver 'Torrente'. ¿Le preocupa lo que puedan ver en otras pantallas?

Estoy todo el rato acercándome a ver lo que están viendo porque no quiero que vean cosas que les puedan pudrir el cerebro. Claro, que mi madre decía que los cómics que yo leía me pudrían el cerebro, y tenía razón, porque eran de miedo y luego tenía pesadillas. No sé si lo estoy haciendo bien o mal como padre. Es como con el padre de la película: en el fondo, todo lo que no sé o me crea dudas, trato de tratarlo con cachondeo para abrir un debate al respecto.

¿Qué opinaría Torrente del padre protagonista de su película?

Es que, verás, Torrente no diría nada. El otro día me preguntaron que qué votaría Torrente, y dije que nada, entre otras cosas porque no estaría empadronado y tendría el DNI caducado. Si le preguntaras sobre un padre pringao de cinco hijos, probablemente le parecería un blando.

¿Cuánto le pesa Torrente a la chepa?

Pues mira, 121 kilos, exactamente. En serio: la verdad es que me molesta cuando, aún hoy, la gente sigue relacionando íntimamente con el personaje que no es más que eso, un personaje. Dicho esto, tengo toda la discografía del Fary y soy un atlético, un alcohólico y un facha acérrimo.

'Youtubers', psicólogos, 'talent-shows', grupos de 'WhatsApp'. ¿De qué fuentes bebió para retratar el universo de su película?

De mi propia experiencia como padre, de entrevistas con otras familias, y de los medios de comunicación. He pretendido hacer una película costumbrista, que la puedan ver dentro de 20 años y recordar su infancia.

Sus hijas Calma y Sirena son coprotagonistas. ¿Le han perdonado ya los nombres que les puso?

Perdona, son un regalo, son originales y les encantan. Con Calma fue porque todos los nombres que se nos ocurrían me recordaban a alguien. Quería algo original y no le iba a poner Montaña, o Manzana. Con Sirena lo colé porque la primera opción era Salsa, y ese sí que no pasó el filtro.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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