El ‘niño deprimío’ ya es el alcalde del pueblo
El nuevo regidor de Aýna fue extra en la mítica ‘Amanece, que no es poco’ y preside la asociación de fans del filme de Cuerda
Juan Ángel Martínez era contingente, como casi todo el mundo, pero desde el día 15 se ha convertido en necesario. El nuevo alcalde de Aýna, el pueblito de la Sierra del Segura albaceteña donde se grabó buena parte de Amanece, que no es poco, participó de extra en la mítica cinta de José Luis Cuerda como el niño deprimío y preside desde 2013 la Asociación Amanecistas, el creciente colectivo de fanáticos de aquel monumento al surrealismo cinematográfico y el ingenio delirante.
De cara a estos próximos cuatro años, Martínez se propone colocar a su municipio en el epicentro del turismo rural manchego, para lo que la aureola del largometraje en el que los hombres nacían en los bancales y el pueblo sentía “verdadera devoción por Faulkner” puede constituirse en su principal aliado. De hecho, ya está en contacto con sus homólogos de Liétor, (del PP), y Molinicos (PSOE), los otros dos enclaves de la serranía donde se rodó Amanece, que no es poco, para que los visitantes puedan rememorar cada detalle del filme.
Martínez tenía 12 años cuando Cuerda y su comitiva desembarcaron en la comarca, en el verano de 1988. Él no tenía problemas de depresión, pero sí de timidez, y admite que participar en aquel rodaje, junto a su hermana (niña de comunión) y tantos otros ayniegos, le cambió la vida. “Poco después me involucré en el movimiento vecinal y asociativo. Y mi padre, que había sido concejal y juez de paz, acabó de meterme el gusanillo de la cosa pública”, recapitula. Tras cuatro años como líder de la oposición, el 26 de mayo conquistó al frente de la candidatura del PP cinco de los siete concejales en liza. “Llevábamos 16 años de gobierno del PSOE, pero el poder desgasta. Yo ahora pretendo ser alcalde de todos”.
Pasear con Juan Ángel por las calles de su pueblo, un bello y sinuoso paraje a orillas del río Mundo, no es un ejercicio surrealista, sino de puro hiperrealismo manchego. Los paisanos le saludan por cada esquina y raro es el caso en el que las conexiones amanecistas no vuelven a aflorar. Nos sucede con don Amancio Beléndez, espléndido a sus 89 años, que en el filme sugiere al alcalde (Rafael Alonso) la convocatoria de elecciones. “Aquello fue muy divertido. Y entre los artistas estaba La Bombi, que era muy guapa y muy tal”, se sonríe. Vicente González Córcoles, de 60 años, panadero “de toda la vida” y especialista en suspiros y hojuelas, era quien encarnaba al Belga. Y Alejandro García Moreno, responsable de la oficina de turismo, ha convertido su sede, la ermita de los Remedios (siglo XVI), en un “centro de interpretación de Amanece, que no es poco”. Allí, junto a un precioso artesonado mudéjar o un boceto de mural en el que se distingue a Felipe II, el visitante puede también admirar documentos originales de la película o una recreación a escala real de la escena en la que la soprano albaceteña Elisa Belmonte canta en la taberna.
Juan Ángel reconoce haber visto Amanece, que no es poco “más de 100 veces”, y confía ahora en que los cinéfilos multipliquen las visitas a la sierra en los fines de semana, “porque la gente ya no viaja por viajar, sino para vivir experiencias”. De ahí, por ejemplo, las Quedadas Amanecistas, que él mismo promueve y que acaban de vivir su novena edición. Aýna, que suma a sus varias peculiaridades la tilde más extravagante de la lengua castellana (la RAE la autorizó “excepcionalmente” en 2010 para marcar el hiato entre los dos sonidos vocálicos), ya cuenta con una reproducción de la huerta en la que los hombres brotaban de la tierra y del sidecar en el que viajaban Antonio Resines y Luis Ciges.
Desde él, situado frente a un picacho coronado por la Virgen de los Altos, se divisan las mejores vistas de una ribera a la que tradicionalmente se apodó “la Suiza manchega”. Pero ahora el influjo de Cuerda pesa más en todo. Tanto como para que el primer enlace matrimonial del nuevo regidor lo hayan protagonizado una polaca y un albaceteño. ¿Adivinan cuál era la película favorita de la novia?
Babelia
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