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El Doctor Music Festival cancela su reencarnación

El certamen no ha sobrevivido al bajón de ventas provocado por el cambio de emplazamiento del Pirineo a Montmeló

Neo Sala, director de Doctor Music Festival, el pasado mes de abril cuando anunció el cambio de ubicación del festival. En vídeo, Neo Sala explica los motivos de la cancelación.Vídeo: JUAN BARBOSA / EFE

Bob Dylan y cae la tarde. Sábado, 11 julio 1998. Baja la temperatura entre las montañas. Abajo, en el valle, suena Forever Young en acústico en este rincón del Pirineo. La escena pertenece al único concierto español de la gira de Time Out of Mind, el disco que el músico estadounidense acababa de publicar ese año. Era la tercera edición del Doctor Music Festival, La Vaca, y su impulsor, Neo Sala, hijo de la comarca, debía de sentirse tan feliz como el público que en número apreciable se había enganchado a su idea, considerada alocada por muchos. Un sueño que pretendía resucitar este próximo verano y que ha concluido este miércoles. Tras renunciar a su emplazamiento original, Escalarre, a causa de la evolución normativa que protege los espacios naturales, el Doctor Music creyó que podría sobrevivir en el asfalto del Circuit de Montmeló (Vallés Oriental), a todas luces mal pasto para las vacas, y las ventas han aconsejado cancelar su edición de reencarnación.

“Cuando la normativa de seguridad de zonas inundables nos impidió hacer el festival en Escalarre pensamos en cancelar, porque el atractivo del festival era su fantástico emplazamiento, pero mantener los compromisos con los artistas y contar con ayuda de una buena campaña de comunicación nos animó a probarlo en Montmeló, pero nos topamos con una devolución del 80% de las entradas y una nueva venta muy baja. Así resultaba inviable”, comentó Neo Sala a este diario reconociendo que “el golpe ha sido muy duro”.

Público insuficiente

Celebración del festival Doctor Music en Escalarre, en su edición de 1997.
Celebración del festival Doctor Music en Escalarre, en su edición de 1997.Albert Olivé (EFE)

“De habernos mantenido en el Pirineo augurábamos una asistencia de unas 25.000 personas, suficientes para tener una buena edición, y aunque lejos de las 40.000 que precisábamos para cuadrar números, nos hubiese permitido posicionarnos”, declaró. Sala también apeló a la mala suerte “de un año sin grandes cabezas de cartel girando”, para explicar la cancelación de un certamen que ve difícil vuelva a la montaña “a menos que cambien las normativas actuales”.

El Doctor Music Festival apeló en sus tres años de existencia en Escalarre a unos cabezas de cartel poderosísimos con los que convertiste en un referente para el Sur de Europa en el naciente mercado de los festivales, cuando a finales de los noventa el modelo de acampada se imponía al festival urbano que haría fortuna con el Sonar y el Primavera Sound, bebés en aquellos años. De esta manera, David Bowie, Lou Reed, Blur, Nick Cave, Portishead, Aerosmith o Aphex Twin pasaron por sus escenarios entre 1996 y 1998, dibujando una personalidad generalista, también actuaron Mojinos Escozíos, M Clan, Nosoträsh y Slayer, que contrastaba con la militancia indie que lucía el festival de Benicàssim. Años más tarde los festivales comienzan a abrir sus fronteras, pero La Vaca ya no lo verá.

Al margen de ilusiones, posicionamientos empresariales, millones de inversión, empleo, horas de música en directo y el magnífico ambiente propio de los festivales, quedará en suspenso saber si el Doctor Music era un disparate o una genialidad. Ofrecía una idea bucólica de acampada que no se estila, sugería el contacto con la naturaleza en tiempos eco y deparaba un abanico de experiencias que podría resultar imbatible. Así incluso el cartel podía perder algo de peso en la oferta, por ello no ha sobrevivido en otro entorno, porque allí se ha quedado sin valles. Pero al mismo tiempo, la construcción de una ciudad artificial en el quinto cuerno, con unas comunicaciones escritas en curva y roadies que pilotaban helicópteros —así llegó, entre otras, Patti Smith en 1996— connotaban un aire quijotesco al proyecto, impulsado con fe oceánica por un Neo Sala que irónicamente ha visto como la propia ecología y la prevención ante avenidas de agua, han impedido su paraíso natural de música en la montaña.

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