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Los trazos geniales que encumbraron a Rubens y a Rembrandt

La Fundación Barrié de A Coruña muestra 90 dibujos de los grandes maestros holandeses y flamencos del siglo de Oro

'Estudios de una figura masculina descendiendo', de Peter Paul Rubens.
'Estudios de una figura masculina descendiendo', de Peter Paul Rubens. PAUL ROBINS

Casi siempre se suele creer que el dibujo es el peldaño anterior a la auténtica obra de arte, la pintura. Lo cierto es que ha sido quizás la forma de expresión más personal y auténtica de los creadores a lo largo de la historia. Rembrandt, por ejemplo, empuñaba sus lápices y sus tizas para plasmar las ideas que le brotaban de repente. También a través de garabatos aparentemente improvisados ensayaba futuras composiciones. Pero, la mayor parte de las veces, el dibujo era el objetivo final, la obra definitiva. El planteamiento del maestro barroco fue similar al de muchos de los numerosos artistas que brillaron en el siglo de Oro holandés, tal como se demuestra en la exposición Trazos maestros: dibujos holandeses y flamencos del Victoria and Albert Museum que entre el 1 de marzo y 23 de junio se puede ver en la Fundación Barrié en A Coruña. El museo gallego se suma así a la conmemoración mundial del 350º aniversario de la muerte de Rembrandt y 450º de la de Pieter Brueghel el Viejo.

La historiadora Louise Cooling, exconservadora del Victoria and Albert Museum (V&A) mantiene que hasta no hace mucho tiempo el conocimiento profundo y exhaustivo del dibujo en la Edad de Oro estaba reservado al ámbito académico. La opacidad se rompió con la publicación, en 2014, de un completo catálogo en el que se recogía la investigación realizada por dos autoridades mundiales en la materia: Jane Shoaf Turner (Jefa de Rijksprentenkabinet, Ámsterdam) y Christopher White (exdirector del Ashmolean Museum, Oxford). Los dos expertos dedicaron una década completa a analizar cada una de las obras albergadas en los fondos del V&A, una de las instituciones que más fondos atesora, alrededor de 700 piezas realizadas a lo largo de 400 años.

La exposición que llega a A Coruña, procedente del V&A, suma 90 obras de maestros mundialmente conocidos como Rembrandt van Rijn, Peter Paul Rubens, Anthony van Dyck o Brueghel el Viejo junto a otros menos populares como Hans Bol y Matthijs Cock, Jan Swart van Groningen, Lambert Lombard y Pieter Coecke van Aelst.

La muestra ocupa toda la planta principal del edificio dedicada a las muestras temporales. Sobre paredes pintadas de gris verdoso, los dibujos se suceden siguiendo un orden cronológico organizado en torno a las dos grandes estrellas de la muestra: Rubens y Rembrandt. Para que el espectador se sitúe ante las obras, grandes paneles explicativos hablan de las circunstancias sociales y políticas que rodearon el trabajo de los artistas. Se cuenta que, a lo largo del siglo XVII, la economía se expandió y surgió una nueva identidad nacional, con la creación de la República de los Países Bajos en el norte. Simultáneamente, el sur de la región, controlado por España y usualmente denominado Flandes, asistió a un auge del arte y la cultura, dirigido por Peter Paul Rubens, confirmando a Amberes como uno de los principales centros creativos europeos. El sur católico constituía un mercado floreciente para los temas religiosos, mientras que en la República de los Países Bajos, de mayoría protestante, predominaban los paisajes, los bodegones y las escenas de “género” de la vida diaria. Al emigrar al norte los creadores protestantes, las ciudades (entre ellas Ámsterdam, Haarlem y Utrecht) surgieron como poderosos centros artísticos.

Dividida en cinco grandes apartados, la exposición incide en mostrar similitudes y contrastes entre los artistas a partir de temas como paisajes, retratos, estudios botánicos y de figuras o diseños para vidrieras. La sucesión de dibujos de diferentes tamaños, técnicas y soportes se rompe con el análisis detallado de obras de Rembrandt y de Rubens. Para el despliegue de Rembrandt, la comisaría ha elegido el Estudio del actor Willen Ruyter como campesino (hacia 1634). En las viñetas que rodean al dibujo se llama la atención sobre como el asista realizó varios ensayos sobre el rostro del actor y como a éste le incorpora ropas de campesino. Rembrandt recurrió a modificar con el dedo los trazos del dibujo y, para lograr un mayor contraste de los contornos, tiñó el papel de marrón claro para que contrastara con la tinta oscura que usó para hacer la silueta del actor.

La segunda obra con despliegue especial dentro de la exposición es Estudio de mujer sentada (hacia 1606), de Rubens. La delicada imagen de la joven con la que representa a la Virgen es también la elegida para el cartel promocional de la muestra que se puede ver por todo el centro de la ciudad. Se trata de un dibujo realizado con tiza negra y roja, que Rubens empezó a ensayar durante su periodo de aprendizaje en Italia. Es un estudio preparatorio para la pintura La circuncisión de Cristo que se encuentra en una iglesia de Génova.

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