Israel Galván estrena su homenaje a Manuel de Falla en el Festival de Jerez
La cita, con 50 espectáculos, reúne a grandes figuras como Eva Yerbabuena o María Pagés y da la alternativa a bailaores como Paloma Fantova, David Coria y Ana Latorre
"El Festival de Jerez no es el más antiguo, cumplimos ahora 23 años, pero es tan genuino porque sus cimientos se asientan en una ciudad que es una de las cunas del flamenco. Y también porque facilita el encuentro entre los artistas, el público y los más de mil cursillistas que cada año acuden a Jerez a las clases de baile que imparten grandes figuras", ha explicado Isamay Benavente, directora del Festival de Jerez y del Teatro Villamarta, la principal sede de la gran cita con el baile flamenco que se celebrará del 22 de febrero al 9 de marzo.
"Presentaremos 11 estrenos absolutos, desde La calle de los sueños, de Joaquín Grilo, con el que inauguramos en el Teatro Villamarta hasta El amor brujo, el particular homenaje que Israel Galván le hace a Manuel de Falla y que cerrará el festival. Pero no todos son grandes nombres, muchos de los estrenos son de artistas con una carrera consolidada pero que no han tenido aún una oportunidad de presentar sus propias propuestas por falta de un espacio dónde estrenar", ha afirmado la responsable del festival este martes en Madrid en el Corral de la Morería, en una presentación que ha contado con la presencia de algunos de los artistas y la actuación de Eduardo Guerrero, uno de los coreógrafos y bailaores que participará en la cita jerezana con el estreno de Sombra efímera.
María Pagés, con Una oda al tiempo; Eva Yerbabuena, con Cuentos de azúcar, o Rubén Olmo, que presentará Horas contigo son algunas de las propuestas de esta edición en la que también participará el Ballet Flamenco de Andalucía con un estreno: Naturalmente flamenco, con coreografía de Úrsula López.
Con medio centenar de espectáculos repartidos en ocho espacios y nueve peñas —en las que los fines de semana habrá actuaciones gratuitas al mediodía que se maridarán con los vinos y la cocina tradicional jerezana. Comida y bebida pasando por caja—, el Festival de Jerez es también un reclamo para los aficionados al baile flamenco de todo el mundo que, cada año, acuden a aprender o perfeccionar su estilo en los 44 cursos con 1.200 plazas que ofrece la organización. "El año pasado vinieron cursillistas de 42 países. Llegan de Japón, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Australia... Y en esta edición incluso tenemos algunas de Singapur. La mayoría, alrededor de un 75%, son mujeres", precisa Benavente.
A los espacios tradicionales del festival, entre los que destacan la Bodega González Byass y el renacentista palacio Villavicencio en el Alcázar, se suma en esta edición el palacio Villapanés, un edificio del siglo XVIII en el barrio de San Miguel justo al lado del monumento dedicado a la más flamenca de todo Jerez: Lola Flores.
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