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Hevia: “El peor enemigo de la SGAE es la SGAE”

El nuevo presidente de la entidad desgrana su proyecto en esta entrevista . El músico avisa: “Si desde el minuto uno tengo zancadillas, yo me marcho”

José Ángel Hevia, ayer, en la sede madrileña de la SGAE, tras ser nombrado presidente. En vídeo, declaraciones de José Ángel Hevia.Vídeo: CARLOS ROSILLO | ATLAS

José Ángel Hevia (Villaviciosa, 1967) fue nombrado ayer por la nueva junta directiva de la SGAE presidente de la entidad de gestión de derechos de autor más importante de España. Promete que buscará acuerdos entre todos los grupos que forman la sociedad. Aunque sabe que no será fácil. Vivió en la anterior juntaun enfrentamiento duro, por eso “consenso” es la palabra que más repite. Prefiere no usar, en cambio, el término “rueda”, como se conoce a una presunta trama que ingresaba millones gracias a la música emitida de madrugada en las televisiones. “Es peyorativo y se aplica a un caso judicial abierto. Prefiero llamarlo música nocturna”, tercia. El propio Hevia es uno de los músicos que recibió ingresos gracias a los temas emitidos en esa franja horaria. Dice que, como presidente, tiene la esperanza de negociar para ganar acuerdos.

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Pregunta. En la rueda de prensa posterior a la formación de la junta directiva se ha señalado a la prensa como enemigo de la SGAE. ¿Cuál es el peor enemigo de la entidad?

Respuesta. El peor enemigo de la SGAE es la SGAE, sus divisiones internas y haber perdido la batalla de la información. Es responsabilidad de la entidad y hay que asumirlo. La ciudadanía española no es la francesa: allí se entiende que hay que pagar por la obra de los autores. Nosotros somos españoles y tenemos esa reticencia para pagar.

P. Pero la SGAE tendrá alguna responsabilidad.

R. Ha comunicado fatal. No puedes dar una imagen amable cuando dentro hay batallas. La imagen de la SGAE dentro de la SGAE es muy mala. Hay socios con ingresos humildes que tienen un sentimiento contrario a la SGAE y debemos cambiarlo. Por más que te deban pocos euros, han de llegarte. Los socios que pagan mucho porque generan mucho sufraguen con su descuento de la administración la recaudación de quien genera poco.

P. ¿El consenso pasa por la generosidad?

R. Hay una masa social que ni vota, ni participa, ni le interesa la casa y se refiere a ella de manera despectiva. Esta falta de comunicación no se puede dar y menos en la era digital, donde lo recaudado se puede identificar.

P. Precisamente, ¿cómo depurarán los mecanismos de recaudación y reparto?

R. Hay repertorios muy sencillos de trazar, como los de radio y televisión. Hay otros más complicados de trazar y ahí la SGAE recurre a los sondeos. Con todos mis respetos, los sondeos debemos aparcarlos, porque quiere decir que no hemos sido capaces de identificar los derechos de una obra. Y un pendiente de identificar es un fracaso. Cuanto más grande es el pendiente de identificar, más grande es el fracaso.

P. De hecho, el Consejo de Dirección aprobó “un reparto extraordinario de 19,5 millones de euros” de esta partida de 2008. ¿Está de acuerdo con este reparto?

R. No de cómo se hizo en el pasado. Imagine que una bolsa generada durante diez años, pendientes de identificar, que se han cobrado pero no repartido, se liquida rápidamente, en unos meses, con agentes de la casa empujando para cumplir con sus intereses. Habrá que tener un momento de tranquilidad para pensar cómo resolvemos esa cuestión.

P. ¿Qué virtudes tiene José Ángel Hevia como presidente?

R. Llego con el sentimiento de responsabilidad. Agradezco todas las felicitaciones, pero el sentimiento que impera en mí es el de responsabilidad. Daré lo mejor y mucho, pero pido unas semanas de crédito para dar pasos. Si desde el minuto uno tengo zancadillas, yo me marcho. Yo he venido para hacer avanzar la SGAE, si no podemos mejorar la vida de los autores y los editores estaré el tiempo que pueda trabajar por ello. Pero si mi función es afrontar una moción de censura cada semana o un artículo destructivo de alguien tendente a intoxicar, una zancadilla para mantenerme como presidente... en el momento en que yo detecte que mi presencia se dedica a esto, me iré. No voy a estar para eso.

P. Pero sabe que no lo tendrá fácil.

R. No lo van a poner fácil, pero si me queda tiempo para aportar a la casa, me quedo. Si tengo que estar a zancadillas y con la espada en bandolera me tendré que ir. A veces me preguntan por la gestión de la directiva saliente y sinceramente no puedo criticarla porque no se podía hacer nada. Era una batalla campal. Si ese es el ambiente, vale más irse. Yo no estoy para eso.

P. La música supone un 80% de los ingresos de la SGAE (248 millones de euros, en 2017) y la mayoría de ese porcentaje procede de la recaudación por las canciones que suenan en las cadenas de televisión. La Ley de Propiedad Intelectual propone limitar la recaudación al 15%, como sentenció la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). ¿Qué propone usted?

R. Esa va a ser una de las batallas más duras de resolver en esta legislatura y lo haremos desde el acuerdo. Pero la ley tal y como está planteada es ambigua, porque no aclara a qué porcentaje se refiere. La enmienda debe ser redactada con más claridad. Además, el laudo de la OMPI está anulado por dos sentencias judiciales, así que quizá no sea el criterio más acorde para resolver esta polémica.

P. ¿Y usted en qué porcentaje lo dejaría?

R. Esa pregunta tan difícil no la puedo resolver en estos momentos.

P. Se lo pregunto de otra manera: ¿el 15% es insuficiente?

R. No lo sé, porque el texto de la enmienda es muy ambiguo y no se entiende a qué porcentaje se refiere.

P. ¿Si recaudaran más, disminuirían los problemas?

R. El problema es que el dinero escasea y a la hora de repartir todos queremos nuestra parte y más. La culpa la tenemos los autores, porque no nos hemos sabido defender. Las operadoras digitales pagan poco y debemos agradecérselo y no existe colectivo que no ponga precio a su trabajo. Los autores nos estamos conformando con esto que nos viene dado. Y cuando hay un valor añadido que se genera con un contenido, el autor debe participar de ese valor. En las plataformas digitales hay un desfase absoluto

P. ¿Por qué el autor no tiene más capacidad de presión?

R. Porque somos insolidarios y no terminamos de unirnos.

P. ¿Es bueno para la nueva SGAE que Teddy Bautista no accediera a la Junta Directiva?

R. Teddy fue un extraordinario gestor y músico. Es una figura muy difícil de repetir. En la anterior junta aprobamos que la SGAE se retirara de la acusación particular contra él [Bautista será juzgado por un presunto desvío masivo de fondos de la entidad, cuando la presidía] porque queríamos facilitar a la justicia la apertura de puertas y archivos, la facilidad para investigar cualquier hecho delictivo. Teddy es muy respetado por todo el colectivo autoral y parecía que iba a ganar. Pero el pronóstico fue diferente al resultado.

P. ¿Por qué cree que pasó eso?

R. Porque estamos en otro tiempo.

P. Quizá no sea tan respetado como dice, porque el más votado fue Teo Cardalda.

R. Quizá el respeto no tiene que ver con lo que el socio considera que es mejor para la casa en este momento. Todos añoramos los tiempos en los que la SGAE producía y repartía más dinero.

P. ¿Cómo reformarán los estatutos?

R. Hay que modificarlos, lo exige la ley. Sólo cambiaremos algunos puntos, que presentaremos a los socios, unos pocos párrafos. Hay consenso de adaptar esos puntos y ya.

P. ¿Entre ellos la acumulación del voto ponderado?

R. La acumulación de voto es necesario evitarla. En la reforma de la ley nos piden un voto por socio, pero tampoco nos libra de otro peligro como el intrusismo. Por eso el voto es ponderado.

P. Ahora una minoría manda con una mayoría de votos.

R. Sí, eso es así. Por eso el voto ponderado debe existir, pero no de manera abrumadora.

P. ¿Cuál es su propuesta?

R. No tengo ninguna. La ponderación de voto debe ser justa y equitativa. Los que más han aportado deben tener más capacidad de decisión sobre la gobernanza de la casa que los que no han generado un volumen de ingresos comparable. Si las enmiendas de la Ley de Propiedad Intelectual salen adelante pasará lo que pasa en Francia: hay un voto social para los 120.000 socios de la SGAE, pero que no pueden votarlo todo. Sólo los más activos.

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