Arnau Griso, música fácil con ideas complejas
El dúo ha comenzado su gira con todas las entradas vendidas en La Riviera tras la publicación de su primer álbum, 'Revolución bananera'
“El que no entiende que el sexo no entiende de sexos no entiende el sexo”. Música fácil con mensajes complejos, así definen su álbum Arnau Griso y esto se escucha en la canción El gusto es mío. El dúo formado por los barceloneses Arnau Blanch y Eric Griso publica su primer disco, Revolución Bananera, tras revolucionar las redes sociales con más de 60 millones de visualizaciones en YouTube y llenar un mes antes del concierto La Riviera en Madrid.
“Queríamos hacer un compendio de canciones que tuvieran temáticas muy concretas y que resumieran nuestra forma de vivir y de ver la vida”, explica Blanch, el cantante del grupo. Griso, el guitarrista, recuerda que hasta hace un par de años la música solo era un hobby para ellos: “Publicábamos un tema al año, para los amigos, a pesar de que cada vez tenían más visitas”. Y marca el punto de no retorno a una vida anónima en 2015, cuando pasan de tener 100 visitas al día a 10.000. Era verano y se hizo viral Es gratis. Y no pararon de sonar frases como esta: “El primer sorbo de cerveza en copa congelada. Besitos en el cuello que acaban en mamada”.
Así comenzó el estilo buenrollista que les define y les ha colocado esta semana en la segunda posición en las listas de ventas. Con este disco querían que cada una de las canciones, “aunque parezcan como muy de colegio y de primaria”, tuviesen un aprendizaje y moraleja, “algo detrás si rascas un poco detrás de todo ese humor y esa carcasa divertida y buenrollista, una reflexión mucho más profunda”, comenta Arnau Blanch en la sede de Sony, productora del disco. Tras cuatro canciones subidas a las redes, el álbum presenta otros ocho nuevos temas compuestos e interpretados por los barceloneses.
Una de estas canciones que no paraban de sonar hace un par de años era Para que el mundo lo vea, considerada una crítica social al mundo del postureo y las redes sociales. Griso, más cauto, matiza: “Creo que más que una crítica es una reflexión, porque en todo momento nos incluimos, y porque no olvidemos que si estamos sentados aquí ahora mismo es gracias a YouTube, que es una red social”. El grupo nació de las propias redes sociales y no excluyen su participación en ese mundo. Blanch, sin embargo, no duda en aceptar y definir el tema como una crítica. “Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero tenemos la sensación de que no se está reflexionando, no se está pensando lo suficiente en este tema”, señala el cantante. Y añade que, a pesar de ser el mejor invento de la historia, “Internet está mal utilizada porque la estupidez humana prevalece por encima de todo”, con lo que deja ver de dónde puede venir la vertiente más crítica del dúo.
Con estas mismas reflexiones abordan el concepto del título del álbum: Revolución bananera. Aunque aquí parecen estar más de acuerdo. “Dentro de este universo de la banana, que nos hemos adjudicado casi como Apple la manzana, nace la idea de Revolución Bananera”, explica Griso. “Primero teníamos la idea de República bananera, pero queríamos crear un concepto nuevo, que fuese propio a poder ser, y de ahí salió la idea. Que es casi una filosofía de vida”. Para ambos el concepto de república conllevaba demasiados significados políticos. Y no se mojan. “No queremos tocar esos temas porque no hemos venido a hablar de política, o sí pero en las canciones, hemos venido a lanzar esta especie de revolución de ideas, de absurdo, de todo vale, y máximo respeto por todo”. Y hasta ponen nombre a esta filosofía: anarquía respetuosa.
Y con esta filosofía ya han pasado por los escenarios de Alicante, Valencia, Santiago y Coruña. En Madrid actuarán este domingo 21 y, tras agotar todas las entradas, se ha añadido otra fecha, el día 20. “Hace tiempo que nos pasan cosas muy surrealistas que nunca hubiéramos imaginado”, expresa Griso. Los músicos afirman vivir el momento y estar asumiendo todo lo que les está pasando sin crearse expectativas. Pero dentro de esta vorágine de giras y fans en la que se adentran, parece que todo vuelve siempre al inicio: “Sentados los dos, en un sofá con un ordenador y una guitarra componiendo. De toda esta parafernalia gigantesca que vivimos es curioso que donde disfrutemos más sea en esa intimidad tan simple”.
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