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Azpeitia, a contracorriente

Emilio de Justo, primer triunfador, al cortar las dos orejas de un buen toro de Ana Romero

La plaza de Azpeitia, tras el primer paseíllo de feria.
La plaza de Azpeitia, tras el primer paseíllo de feria.A. Suso

La feria de la localidad guipuzcoana de Azpeitia tiene un sello propio que le convierte en una rara avis del panorama taurino. En su primera cita sólo cubrió la mitad de los tendidos con un público atraído en su mayor medida por la condición de los toros de Ana Romero, reses de encaste Santa Coloma al que no profesan mucho afecto las denominadas figuras del escalafón.

Bajo esta fidelidad a los hierros que prometen emoción, en el coso guipuzcoano se descubren toreros que luego suelen ir apareciendo en otras plazas y se presencia un festejo en el que se pretende una lidia con importancia de todos los tercios. En la primera tarde no hubo brillo en el tercio de varas; seis encuentros en total, uno por toro, y el público, al contrario de lo que suele ocurrir en la mayoría de las plazas que aplaude por no picar, protestó por tan breve suerte de varas.

Los toros de Ana Romero, de hechuras perfectas, aunque con los pitones muy castigados bien por el desencajonamiento del viernes o por su pelea en corrales, no fueron bien tratados en varas y los toreros no quisieron apostar por este tercio. Los primeros tuvieron las fuerzas justas, el cuarto fue devuelto por sus caídas y los tres últimos fueron astados de plaza importante. Los cárdenos que cría Lucas Carrasco rayaron a buen nivel. Segundo, cuarto bis y quinto llevaban el triunfo en su embestida, algo que sólo aprovechó Emilio de Justo, y ninguno salió con problemas como para abreviar.

ROMERO/DE JUSTO, DEL ÁLAMO, ADAME

Toros de Ana Romero, serios y de buen juego, destacaron el segundo y el quinto. El cuarto fue devuelto y sustituido por un sobrero del mismo hierro. Emilio de Justo: estocada y descabello (silencio); estocada (dos orejas).

Juan del Álamo: estocada tendida (oreja); metisaca en los bajos y casi entera (silencio).

Luis David Adame: cuatro pinchazos _aviso_ y descabello (silencio); estocada _aviso_ y cuatro descabellos (silencio).

Saludaron en banderillas los subalternos Ángel Gómez en el primero, Domingo Siro y David Sánchez en el segundo y Morenito de Arles en el cuarto.

Plaza de toros de Azpeitia (Guipúzcoa). 29 de agosto. Primera corrida de feria. Media entrada.

El extremeño, que vio cómo su primero se lesionaba al inicio del trasteo de muleta, se enfrentó en el segundo turno a un sobrero que se empleó a fondo con el único defecto de no humillar lo suficiente. Emilio de Justo sacó oficio y ligó tandas por ambos pitones aunque no se entregó totalmente y siempre propuso un trasteo de toro complicado en lugar de hacerlo para el buen enemigo que tenía enfrente. Aún así, puso una buena estocada de la que salió trompicado y paseó las dos merecidas orejas con el sabor del primer triunfo en la presente feria.

A Juan del Álamo le tocaron los dos mejores ejemplares de la corrida, con mucha transmisión y con la clase y emoción de los toros buenos. El salmantino los pasó por ambas manos, en su primero con más acierto que en el quinto, pero en ambas faenas el toro acabó siendo el dueño de la plaza y quedó la sensación de que se podía haber visto mucho más.

Tampoco tuvo su día el mexicano Luis David Adame, que acabó desbordado por sus dos toros. Acortó distancias y los de Ana Romero protestaron. El deseo y el oficio no siempre van de la mano.

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