Despedida la directora artística de la compañía Pina Bausch
La rumana Adolphe Binder ocupaba el puesto desde mayo de 2017
La inestabilidad parece seguir siendo el tono cotidiano de la compañía de Pina Bausch tras su muerte el 30 de junio de 2009. Hasta cuatro direcciones artísticas distintas han pasado por Wuppertal desde que un fulminante cáncer pulmonar arrebatara a la más influyente coreógrafa a nivel mundial de los últimos 50 años. Luchas internas —que abarcan la herencia de la artista y el papel de la Fundación que dirige su único hijo, Solomon—, tramas burocráticas y políticas, y sobre todo el trazado de una línea de actuaciones futuras han oscurecido el destino del importantísimo legado espectacular de la coreógrafa de Solingen.
El pasado día 13 el periódico The New York Times se hacía eco de un despacho de agencias donde se notificaba el despido fulminante de Adolphe Binder (Brasov, Rumanía, 1969) como intendente y directora artística de la agrupación alemana; había accedido al cargo en mayo de 1917 y anteriormente fue entre 2011 y 2016 directora artística de la compañía de danza de Gotemburgo, Suecia. Binder era la primera persona en ser directora en Wuppertal que no tenía relación precedente con el conjunto ni con Bausch, y anteriormente a su destino sueco había trabajado en la Ópera Cómica de Berlín y en la Ópera de Hannover. Entre otros nombres de prestigio y fama en el sector, antes habían intentado perdurar en el timón del prestigioso conjunto alemán Dominique Mercy, Robert Sturm y Lutz Förster, los tres veteranos miembros del grupo.
Una reunión extraordinaria y urgente del consejo asesor de la compañía de Wuppertal despidió a Binder el viernes pasado, y un escueto comunicado expresa que “por desgracia esta decisión ha sido necesaria para restaurar la capacidad operativa de esta institución cultural única y que pueda funcionar a plena capacidad". En los meses de mayo y junio de este año, la compañía Pina Bausch estrenó nuevas piezas del coreógrafo griego Dimitris Papaioannou (Atenas, 1964) y del coreógrafo noruego Alan Lucien Oyen (Bergen, 1978), primeras piezas que duran toda la representación creadas expresamente para la compañía desde la muerte de Pina Bausch; como refiere The New York Times, ambas obras tuvieron una muy positiva acogida de público y crítica y fueron encargos ideados por Binder, que además propició la recuperación de un clásico de Bausch: Los siete pecados capitales (1976).
Al mismo tiempo, el comunicado de la dirección anuncia que el administrador de la compañía, Dirk Hesse, vinculado al Tanztheater Wuppertal desde 1987, no seguirá en su puesto a partir de diciembre. El único nombre nuevo que se ha hecho público es el de Alistair Spalding, director de Sadler's Wells en Londres, teatro donde la compañía alemana actúa regularmente y donde volverá con las nuevas coreografías de Papaioannou y Oyen en 2019. Spalding formará parte de un comité de expertos que deberá asesorar a la compañía de Wuppertal sobre su futuro funcionamiento y la línea para nombrar un nuevo director artístico antes del fin de 2018.
Adolphe Binder escribió en su página de Facebook que se enteró de su despido por la prensa, y vuelve a citar sus éxitos en esa primera y única temporada. En la red social puede leerse: “Mi trabajo fue constantemente bloqueado, no me dieron información veraz y mi persona fue difamada".
Para su segunda temporada, Binder había ya comisionado un nuevo programa dividido en tres encargos coreográficos de creacio con Tim Etchells (Reino Unido, 1962), Cecilia Bengolea (Buenos Aires, 1984 ) & Francois Chaignaud (Rennes, 1983) y Theo Clinkard (Cornwall, 1982).
Babelia
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