Sobre terreno explosivo
El filme es una comedia, humana y sabia, levantada sobre el territorio donde subyace la potencialidad de la tragedia
SÁCAME DE DUDAS
Dirección: Carien Tardieu.
Intérpretes: François Damiens, Cécile de France, Guy Marchand, André Wilms.
Género: comedia. Francia, 2017.
Duración: 100 minutos.
Una historia cuyo protagonista descubre que su origen es un interrogante, y cuyas dinámicas dramáticas llegan a tantear los límites de una transgresión tan radical como el incesto, podría ser, por supuesto, una vocacional tragedia griega. Los mismos materiales podrían dar pie a una de esas farsas pequeñoburguesas con las que el cine francés parece haber encontrado un sucedáneo contemporáneo, y de consumo rápido, de ese teatro de bulevar que tanto amó Resnais. En su tercer largometraje, Carien Tardieu propone un destino sorprendente y muy estimulante para materiales dramatúrgicos tan delicados. Si uno se apropia de un símil que la propia película sirve en bandeja, cabría decir que Sácame de dudas es como los terrenos que recorre su protagonista en su cotidiana labor como rastreador y desactivador de explosivos: una comedia, humana y sabia, levantada sobre el territorio donde subyace la potencialidad de la tragedia.
Tardieu tiene claro que limitarse a entretener supone restringir las posibilidades de un género que, bien manejado, puede ser un instrumento sumamente eficaz para desentrañar lo humano. Su película no funciona como mecanismo de alta precisión al modo de las mejores comedias de esa Agnès Jaoui que encabezó el reparto de su anterior trabajo –Du vent dans mes mollets (2012)-, pero en la historia de este tipo que, buscando la identidad de su padre biológico, corre el riesgo de enamorarse de quien quizá sea su propia hermana y desvela, sin querer, la identidad del progenitor de su futuro nieto brilla una comprensiva y lúcida humanidad.