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Oriol Broggi lleva Mesopotamia al Grec

El director pone en escena el ‘Poema de Gilgamesh’ en un montaje de la epopeya sumeria que inaugura oficialmente el lunes el festival de verano de Barcelona

Jacinto Antón
El director Oriol Broggi, ayer en el Teatre Grec de Barcelona.
El director Oriol Broggi, ayer en el Teatre Grec de Barcelona.Consuelo Bautista

El Tigris y el Éufrates pasan por Montjuïc. El festival Grec va a tener inauguración oficial mesopotámica con la adaptación escénica del poema de Gilgamesh, un texto fundacional de la cultura universal, la historia más antigua del mundo, que evoca en la imaginación extraños dioses, zigurats en el horizonte y tablillas de barro con misteriosas inscripciones cuneiformes. El próximo lunes se estrena en el anfiteatro El poema de Guilgamesh, rei d'Uruk, en versión de Jeroni Rubió, con dirección de Oriol Broggi (Barcelona, 1971), un reparto de una veintena de actores, la complicidad de la compañía La Perla 29 y un caballo, Juguetón.

¿Abrir el festival de verano con un viejo texto mitológico sumerio de casi cinco mil años no resulta algo intimidatorio para el público? Broggi, que viste bermudas, calza deportivas pisadas y ha hecho una pausa en los ensayos, niega con la cabeza mientras se toma una cerveza. "No creo, la mayoría de la gente no lo conoce, a algunos les suena y solo unos pocos lo conocen bien. Es un cuento amable, divertido, simpático. Para el que no está familiarizado es como una antigua leyenda, y pasa con facilidad. Si hiciéramos un texto grande de nuestra tradición directa, como la Divina comedia, sí que sería comprometido. Pero me parece que Gilgamesh no llega a asustar. De hecho, todas las entradas están vendidas".

El director prosigue: "Es una obra además que le va muy bien a la inauguración del Grec. Tenía que ser algo grande, ambicioso, algo épico. Qué mejor pues que una epopeya, y ese es el género del poema. Es una obra muy fundacional, que explica la historia de la humanidad y la creación de la civilización, y cuadraba muy bien en esta oportunidad y este espacio". Broggi, que recalca lo de "gran aventura" que tiene el proyecto, dice que el poema trata de la lucha del hombre con la naturaleza, "y en el anfiteatro el entorno es bonito pero te va a la contra y nosotros hemos tratado de que jugara a favor".

Una imagen de los ensayos de 'El poema de Guilgamesh, rei d'Uruk', en el Grec.
Una imagen de los ensayos de 'El poema de Guilgamesh, rei d'Uruk', en el Grec.Alfred Mauvé

En la obra hay, asimismo, "mucha ciudad, lo que también es importante para el Grec; los ciudadanos de Uruk somos nosotros”.Las ruinas que aparecen en proyecciones son las de Persépolis, porque de Uruk no queda nada. “Espero que los expertos no nos critiquen, son licencias del teatro”.

A Broggi le parece que hay muchísimo ecos en el poema, “y pienso en Ulises, en la Biblia, en el Mahabharata. Es un texto a medio camino entre Oriente y occidente y eso también lo hace adecuado para un festival que Cesc Casadesús ha concebido como un viaje a Oriente”. ¿Ecos también de la actualidad? Broggi, independentista, encuentra que “el momento es complicado, de Reforma y Contrarreforma, pero a la vez resulta es excitante que en un país como el nuestro pase algo”, y anima a que los políticos “vengan al teatro y aprendan un poco”.

Broggi, que recuerda la versión que hizo del Poema de Gilgamesh José Sanchis Sinisterra en 1978 con tres actores, explica que la suya dura dos horas y ha tenido que recortar pasajes enteros, hoy mismo, dice, la escena que ya tenía montada de la serpiente que le roba al héroe la planta de la juventud. "Así que no hay serpiente y ya veremos qué dirán los expertos; en fin, no cabe todo. Es una obra muy grande".

¿Es mesopotámico el montaje? "No mucho, pero hay imágenes de ruinas, polvo y arena. El escenario está lleno de ella y de rocas que se funden con la pared del anfiteatro. Se evoca un desierto, bajo el que imaginas las ruinas de la vieja civilización. El vestuario es de estética moderna y no alude a las culturas mesopotámicas, aunque quizá las sugiera alguna línea, alguna forma".

Interpretan el espectáculo, “un paso adelante en nuestra estética, en nuestra poética”, cinco actores principales que encarnan colectivamente a Gilgamesh (Màrcia Cisteró, Toni Gomila, Sergi Torrecilla, David Vert y Ernest Villegas), con una serie de "estrellas invitadas" que hacen de dioses y otros personajes (Marta Marco, Clara Segura, Lluís Soler y Ramon Vila -corifeo-), y un contingente de otros veinte actores en funciones de coro y "pueblo de Uruk". ¿Hacer un Gilgamesh colectivo no es liarla? "Lo complicado era crear un Gilgamesh de verdad. El poema lo describe como un gigante, era imposible hacerlo. De la forma en que lo damos, aparece".

Gilgamesh, continúa, “es el rey, el héroe, pero también a la vez el ser humano, el hombre que crea una ciudad, el lenguaje, la primera historia". A diferencia de Gilgamesh, el otro protagonista del poema, su amigo del alma, Enkidu, es un solo actor (Villegas). Broggi apunta que aprende a razonar a través del sexo y la relación con la sacerdotisa de Ishtar, que ya es manera. Gilgamesh y Enkidu parten de viaje en busca de aventuras y desafían a los dioses, pero los dioses les recuerdan que son moprtales. "Ellos aspiran a la inmortalidad de la vida eterna o a la del recuerdo, como algunos políticos hoy en día".

El director destaca la música que hace Yannis Papaioannou (y que incluye temas mediterráneos, canciones griegas, melodías iraniés o armenias), interpretada con laúd y buzuki.

“Ya me gustaría ‘peterbrookizar”

¿Está Oriol Broggi, que tiene un universo y una poética propios muy particulares y reconocibles —"si no tienes voluntad de estilo ¿de qué sirve todo esto?"- , últimamente peterbrookizando? (L'orfe del clan dels Zhao, Edip),"No, no creo", ríe del término el director. "Pero ya me gustaría". Reflexiona que el gran Peter Brook ha dejado iconos como la alfombra, la arena, las cañas o el vuelo de las flechas. "Imágenes que pesan mucho en mi imaginario. Su trabajo queda en la memoria. Su manera de trabajar y una respiración. Algo esencial que se puede compartir. En todo caso, nuestro Gilgamesh está hecho de capas y capas, como el polvo que se acumula sobre las ruinas. Por abajo está Brook pero también muchas cosas anteriores nuestras, una celebración de La Perla 29". Sea como sea, Broggi, que debutará en la ópera el 6 de agosto en Peralada con La flauta mágica, parace estar en la cresta de la ola. "No lo noto nada, también tengo muchas frustraciones, aunque no niego que las cosas van bien y disfruto".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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