_
_
_
_
Crítica | Sherlock Gnomes
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nada es elemental, querido Watson

La película aprovecha con gracia su condición de versión preescolar de los apócrifos sherlockianos

Un fotograma de 'Sherlock Gnomes'.
Un fotograma de 'Sherlock Gnomes'.

Dentro de cada animador subyace la figura del niño empeñado en saltarse una prohibición. Para Jan Svankmajer, que entiende la animación como un arte cercano a lo alquímico, resultó tentador animar una paradoja en su cortometraje A Game with Stones (1963), donde se planteó dotar de expresividad a lo más inexpresivo del universo: unas piedras. Algunos años antes, Karel Zeman animó en Inspirace (1949) delicadas figuras de cristal siempre al borde de su desintegración. Y, abriendo la puerta a esa poética de la fragilidad, Ladislaw Starewicz ya había logrado en Le Mariage de Babylas (1921) crear la ilusión de que unas figuras de porcelana podrían moverse, flirtear y expresar una inesperada emocionalidad.

SHERLOCK GNOMES

Dirección: John Stevenson.

Animación

Género: comedia. Gran Bretaña, 2018

Duración: 86 minutos.

La revolución digital, con su considerable impacto en los modos de producción del arte animado, no ha supuesto la abolición de estos impulsos, si bien ha transformado el sueño de conquistar lo imposible en la cartesiana resolución de un problema técnico. En 2011, Gnomeo y Julieta (2011) de Kelly Asbury destacó entre la producción animada realizada al margen de las grandes ligas con un planteamiento formal y narrativo que parecía la respuesta de consumo a los sucesivos logros de Starewicz, Zeman y Svankmajer: sus personajes eran esculturas de jardín que, en expresividad y movimientos, intentaban ser, pese a su naturaleza digital, algo fieles a lo que se supone es una difícilmente dinámica materialidad de terracota. El extraño cóctel creado a partir del constante recurso a temas de Elton John –que participaba en la producción de la película-, el consecuente lenguaje animado y la referencia shakespeariana no desembocaba en un trabajo sobresaliente, pero sí suficientemente singular.

Sherlock Gnomes de John Stevenson –co-director de la notable Kung Fu Panda (2008)- aprovecha con gracia su condición de versión preescolar de los apócrifos sherlockianos y enriquece su recorrido con pequeños ejercicios de estilo a partir de otras estéticas de animación tradicional: los créditos finales, un tanto al estilo Roger Hargreaves, sintetizan las modestas, pero afortunadas virtudes de un trabajo que no aspira a medirse con Pixar, sino a construir una identidad diferenciada a partir de la lúdica suma de guiños y apropiaciones.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_