Eels: Manteniendo la inteligencia emocional
El nuevo álbum del músico estadounidense recibe una calificación de 8 sobre 10
Los discos de Eels son un manual de instrucciones optativo para afrontar la vida. Tal como ha ido certificando con su discografía, E —alias de Mark Oliver Everett— posee una voz cualificada para ello. Pero sobre todo, fue el libro Cosas que los nietos deberían saber (2008) donde hablaba sin tapujos de la pérdida gradual de los miembros de su familia, el que le confirió esa autoridad. Bicho raro en una industria que lo repudió por negarse a hacer dinero fácil, prefirió que su música fuera el filtro de su forcejeo con la adversidad. Su duodécimo álbum como Eels termina con In Our Cathedral, invocando un estado mental que nos ayude a valorar cómo de lleno está el vaso cuando los nubarrones se ciernen sobre nosotros. Después de cuatro años de silencio, E nos deja sus reflexiones con un recordatorio: nuestra existencia es fugaz y caprichosa, pero eso mismo es también lo que le confiere sentido. La magia y la pérdida a las que en su día cantó Lou Reed.
Artista: Eels
Disco:The Deconstruction.
Sello: E Works / Pias.
Calificación: 8 sobre 10
¿Cómo encajar todo esto en algo que, en definitiva, no es más que un álbum de música pop? Las posibilidades son variadas. La principal es no olvidarse de hacer buenas canciones. Si consigues que el público recuerde y tararee una canción, ya puedes contar lo que te dé la gana. The Deconstruction, cuenta con canciones cuyas melodías, tal y como es norma de la casa, atrapan cada una a su manera.
La carga emocional de la que da título al disco llega potenciada por unas cuerdas que van más allá de lo ornamental. El optimismo de Today Is the Day, configurado en un tema de rock, proclama que cualquier día puede ser el primero para aceptar que esta vida, a pesar de su propio caos, merece ser vivida con plenitud. Incluso la nana dedicada a su hijo Archie trasciende lo candoroso y roza, sin necesidad de forzar nada, lo existencial. Pero la amenaza del dolor siempre anda pegada a la alegría. Así pues, del mismo modo que Alan Ball en A dos metros bajo tierra, E elige el humor como recurso prioritario para afrontar las peores incertidumbres y certezas. En Bone Dry, otra de las concesiones al rock de un autor especializado en tiempos medios y piezas acústicas, se habla de huesos completamente pelados, lo único que queda cuando en una relación ya se ha dado todo al otro.
Cuatro años atrás, E se planteó dejar la música para dedicarse a otros asuntos. Ese periodo de deconstrucción que ahora ya es historia ha fructificado en estas nuevas canciones. Un álbum fraguado en un estilo que permanece indeleble; posiblemente el suyo sea uno de esos raros de carrera extensa en la que apenas hacen falta grandes cambios o deslumbrantes novedades. A los discos de Eels solo cabe pedirles que mantengan su inteligencia emocional, en lo literario y en lo musical. The Deconstruction cumple con ambas condiciones y nos recuerda que una canción de cuatro minutos también puede ser la felicidad.
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