Esto no es una serie sobre Versace
'American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace' es la historia de un asesino en serie
El sujeto del título de la serie lo deja claro, así que no se sienta estafado. El asesinato de Gianni Versace no está interesada en la vida y obra del modista italiano, sino en su muerte. La segunda temporada de American Crime Story, estrenada en maratón de tres episodios en Antena 3 (y que Netflix emitirá íntegra el 30), nada tiene que ver con pasarelas. Este thriller se deshace del glamur para comprender la patología de su sicario, el asesino en serie Andrew Cunanan. Un retrato sobre la locura y la obsesión que bucea además en un contexto complicado: ¿qué significaba ser homosexual en los noventa?
La estrategia sigue la estela de lo que hizo esta antología en su primera temporada, que utilizaba el crimen del deportista O. J. Simpson para narrar un drama judicial cuyo fin era entender crímenes no penales como el machismo y el sensacionalismo de los medios y no tanto repasar la figura del famoso protagonista. Ryan Murphy y su equipo vuelven a tirar de un suceso conocido para cuestionar los crímenes que corroen a la sociedad, la homofobia y el clasismo.
Pero esta reinvención de la serie revelación de 2016 no solo lucha contra las expectativas en el fondo, sino también en la forma. Su enrevesada (y a veces engañosa) estructura viajará en cada capítulo atrás en el tiempo para descubrir un nuevo crimen, otra mentira, en la turbia vida de Cunanan. En pequeñas píldoras este true crime al uso destapará sus asesinatos y sus detalladas motivaciones. Su historia pertenece más al sorprendente Darren Criss que a Édgar Ramírez, Penélope Cruz y Ricky Martin, meros secundarios sin aristas ni dobles raseros (de hecho, no se entiende por qué Donatella se ofendió tanto).
Un relato nada despreciable pero cuya valentía es una de las razones por las que la serie ha pasado sin pena ni gloria en Estados Unidos, perdiendo más de la mitad de espectadores. El futbolista era al fin y al cabo un mito de la historia televisiva y Versace no ocupa ese espacio en el subconsciente colectivo. Poco importa. Esta no es su historia. Cunanan por fin ha conseguido su macabro objetivo: no ser olvidado. Hoy tiene su relato, escabroso, complicado y relevante. Lo que nos gusta un asesino en serie...
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