Showrunners
Un consejo como espectador atormentado: nunca te hagas fan de Ryan Murphy
La de espectadores que habrán salido decepcionados del cine después de ver algunas de las nuevas películas “del director de El sexto sentido”. Ese gancho promocional se usa ahora con la misma fuerza con los autores televisivos. Para mi desgracia, conmigo funciona. Un consejo como espectador atormentado: nunca te hagas fan de un showrunner.
Este mes de enero se estrenan en Estados Unidos dos nuevas series de Ryan Murphy. Una es la policiaca 911 y la otra es la esperada reconstrucción del asesinato de Gianni Versace en la segunda temporada de American Crime Story. “Si te gustaron Glee y Feud” será el comentario habitual; el sueño del algoritmo que usan las plataformas de streaming.
El estadounidense se atreve a ser mitómano y a la vez iconoclasta, un renovador que mira a los clásicos. Por eso cada una de sus ideas bien merece un vistazo. Su visión del mundo me enganchó con Popular y la marcianada de Nip/Tuck cuando los años noventa todavía estaban de cuerpo presente, y ahora ya no puedo evitar darle una oportunidad a todas y cada una de sus nuevas historias. El problema es que el productor/guionista/director/ tiene tantas series en emisión que prácticamente podrían ocupar la parilla de un canal entero.
Tengo que admitir que ser más fiel que el mayordomo de Downton Abbey a veces tiene recompensas. Mereció la pena seguir la pista a los creadores de Perdidos, que lograron una versión mejorada de ese primer éxito con The Leftovers. Algo parecido ocurrió con Homeland, una propuesta menos explosiva y más contenida del 24 de Kiefer Sutherland.
Arrow, Flash y el resto de series de superhéroes de la cadena CW están interconectadas. Todas son de un tal Greg Berlanti. Y el mismo lío pasa con Daredevil y compañía en Netflix.
A estas alturas, si también siguiera los pasos de Shonda Rhimes ya no sabría qué doctora de Anatomía de Grey ha tenido un lío con el presidente de los Estados Unidos y se dedica a librar a asesinos de la cárcel.