¡Uuuh!, vaya, aquí no se asusta nadie
Joan Pera protagoniza 'El fantasma de Canterville,' de Oscar Wilde, en una versión teatral que potencia el lado cómico de la obra
El fantasma más famoso del mundo, el de Canterville —con permiso del de la ópera, el del padre de Hamlet, el holandés errante, Casper y la chica autoestopista— se aparece en el teatro Condal de Barcelona a partir del día 19 encarnado (y nunca mejor dicho) en el actor Joan Pera, que ya es transustanciación.
El espectro del pobre Sir Simon de Canterville, incapaz de asustar con sus impecables recursos fantasmales británicos a los impresentables yanquis que se han convertido en los nuevos inquilinos de su añejo castillo, ha sido conjurado por el director Josep Maria Mestres en El fantasma de Canterville, una producción escénica de altos vuelos (Focus) que cuenta incluso con la colaboración de un verdadero mago, el Mag Lari.
La adaptación escénica del célebre cuento de 1887 de Oscar Wilde la ha realizado Joan Yago y el reparto lo integran, junto a Pera, David Olivares, Betsy Túnez, Elisabet Casanovas, Pep Sais y Òscar Castellví.
El espectro hace todo lo posible por espantar a los nuevos inquilinos de su castillo pero es ignorado, ninguneado e incluso vejado
"La idea de partida, era hacer algo con Joan", explica Mestres, "y el maravilloso cuento de Wilde, que tiene de todo, intriga, risa, emoción, resultaba una opción estupenda". El director subraya el acierto de la adaptación de Yago, que ha convertido la narración en una pieza teatral. "Se han hecho algunas versiones escénicas, y algún musical; más conocidas son las películas, sobre todo la de 1944 con Charles Laughton" (otros fantasmas han sido John Gielgud, David Niven y ¡Patrick Stewart!, el capitán de Star Trek).
El montaje de Mestres se caracteriza por estar ambientado en los años cincuenta. "Eso permite confrontar muy bien a los estadounidenses prepotentes y materialistas, en pleno espíritu del Plan Marshall, con el romántico y tradicional fantasma ". El director señala que hay algunas semejanzas entre aquella época y la actual era Trump.
En la obra, la familia del acaudalado Hiram B. Otis se instala en el castillo inglés con fantasma, desdeñando las advertencias. El espectro hace todo lo posible por espantar a los nuevos inquilinos pero es ignorado, ninguneado e incluso vejado (se le ríen y le engrasan las cadenas para que no chirríen) por aquellos a los que debía horrorizar. Sir Simon, que lo intenta todo utilizando sus más terroríficas apariciones como el Noble descabezado, o el Chupador de sangre de Bexley Moor, sin éxito, acaba dándose por vencido. Finalmente, revelará su historia y el origen de su condena a la joven hija de los Otis —la única que le tiene en consideración— y mediante su cariño conseguirá liberarse.
“El fantasma de Canterville es alta comedia, que exige un ritmo muy especial”, dice Mestres, que apunta que han potenciado el lado cómico. “La principal motivación es divertir, entretener”. Pero añade, ”no obstante, aunque parte de algo tan loco como la existencia de un fantasma, es una obra muy sutil e inteligente, Wilde siempre es estimulante”. El director conoce bien al autor del que ha montado Un marido ideal y El abanico de Lady Windermere.
El espectáculo, de una hora y cuarenta y cin co minutos, incluye una escenografía que recrea el catillo y efectos especiales para las apariciones del fantasma.
"Con Joan Pera ya hicimos L'avar, y nos entendimos muy bien", continúa Mestres. ¿Deja suelto al actor? "En parte sí, pero también he tratado de atarlo cortito. En realidad, Joan es un actor muy disciplinado, que trabaja muchísimo y solo improvisa en algunos detalles. Hay que recordar que es un profesional que ha pasado más tiempo de su vida sobre el escenario que fuera". El director encuentra al veterano actor no solo en forma, sino "impresionante, repleto de energía". Destaca que "es muy generoso trabajando" y aprovecha para recordar que el reparto es “muy transversal en edad y formación".
“Ojalá quieran tenerlo todos en casa”
“Nunca había hecho un fantasma, y mira que he hecho cosas”, dice Joan Pera, que se ha esforzado por “darle vida y humanidad” al espectro del aristócrata inglés. “Es un reto porque no puedo utilizar los recursos de siempre; me hace mucha ilusión y algo de miedo”. Pera destaca que el personaje tiene mucha magia y algo romántico. “Me gustaría que la gente se encariñara con él y quisiera tenerlo en su casa”.
¿Cómo se hace un fantasma? “Ha habido que buscarlo, empezando por el ¡Uhhhh! y la sábana y a partir de ahí encontrar lo nuestro. El problema es que no existen, ¿sabes?”.
¿Sigue echando en falta a Paco Morán? "Siempre, él tenia ese savoir faire , yo ya procuro... Con Paco hacíamos una buena pareja".
Babelia
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