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Fallece a los 93 años el empresario Pedro Balañá

El dueño de cines y teatros llegó a tener también cuatro plazas de toros

Josep Catà
Pedro Balañá, en una imagen de archivo.
Pedro Balañá, en una imagen de archivo.agusti Carbonell

Muy aficionado a la tauromaquia, el empresario Pedro Balañá Forts recibió como un reto la noticia de que el Tribunal Constitucional anulaba la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Era octubre de 2016, y hacía cinco años que el diestro José Tomás había despedido la plaza de La Monumental, que dejó de ofrecer espectáculos taurinos después de que el Parlament aprobase la ley catalana que vetaba las corridas en Cataluña. Balañá, según el entorno taurino, quería aprovechar la decisión del alto tribunal para celebrar al menos una corrida más en Cataluña antes de morir. La pérdida de interés por parte de la afición taurina catalana y el clima político impidieron al empresario cumplir su objetivo: el propietario de plazas de toros, cines y teatros ha muerto este martes a los 93 años.

En 1965, el empresario fallecido heredó de su padre, Pere Balañá Espinós, un imperio del espectáculo que tenía sus fundamentos en el arte de la lidia. El clan familiar, originario del barrio barcelonés de Sants, gestiona la plaza de La Monumental desde 1927. Además de gestionar las plazas de media España en una época en que el arte taurino gozaba de una popularidad inmensa, la familia Balañá llegó a ser propietaria de cuatro cosos en España: La Monumental (comprada en 1947), Arenas de Barcelona, la plaza de Mallorca y la de Linares, en Jaén.

Según ha resaltado Paco March tras conocer su fallecimiento: "Balañá ha muerto sin cumplir anhelo de ver toros en Monumental". El presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, ha lamentado su muerte sin que se haya cumplido "su anhelo de volver a ver toros en la Monumental, después de la última corrida de septiembre de 2011". Según March, Balañá, que fue apoderado de toreros como El Viti, convirtió Barcelona en "la capital mundial del toreo", con tres plazas en activo, la de las Arenas, la del Torín -en el barrio de la Barceloneta- y la Monumental, aunque, "con los años y una programación con altibajos, la afición fue decayendo".

De Balañá padre, el torero Mario Cabré decía que era “el empresario de las plazas en las que yo querría torear”. Empresario de mano dura pero con un poder muy extendido en las arenas de todo el país, dejó el negocio a su hijo, Balañá Forts. Este vio en las salas de cine y en los teatros una manera de diversificar el imperio, una estrategia que ya empezó su padre en 1943 con el cine La Avenida de Luz, en las galerías subterráneas del mismo nombre que se abrían debajo de la calle de Pelayo de Barcelona.

Después de coger el testigo de su padre, Balañá Forts deja un grupo formado por las salas Arenas Multicines, Aribau Multicines, Aribau Club 2, Balmes Multicines, Bosque Multicines, Glorias Multicines, Gran Sarrià Multicines y Palau Balañá Multicines. La familia también es propietaria del Palacio del Cinema, en la Via Laietana, que permanece cerrado desde 2001. El grupo tiene además los teatros Coliseum, Tívoli, Club Capitol-Sala Pepe Rubianes y Club Capitol 2, salas de teatro que anteriormente lo fueron de cine, y que eran conocidas como “Can Pistoles”, por la programación que allí se ofrecía.

El imperio pasa ahora a la tercera generación, la de Pere Balañá Mombrú, muy criticado por las asociaciones taurinas, al que consideran responsable de no volver a celebrar corridas de toros en La Monumental a pesar de haberse suspendido la prohibición. La estrategia, en la generación del nieto, se centrará en el cine y olvidará las astas.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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