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Crítica | Entre ellas
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La incomprensibilidad del amor

Escrita y dirigida por la debutante Solange Cicurel, la película está presidida por la complejidad de las actitudes y por la diversidad de su análisis

Javier Ocaña
Un fotograma de 'Entre ellas'.
Un fotograma de 'Entre ellas'.

A veces las mejores comedias románticas son aquellas en las que buena parte de las reacciones de los personajes son incomprensibles. En el amor, en el deseo, en la vida, nuestros pensamientos, nuestras reflexiones, nuestras palabras y nuestras acciones pocas veces van de la mano, como si fueran un programa informático que te ayuda a ordenar en cuadrículas la existencia emocional, otorgándole fluidez, orden y concierto. Por eso Entre ellas, película belga de aspecto académico y sin, en principio, nada destacable, resulta tan aceptable, e incluso tan sugerente en ciertos aspectos: porque sus mujeres protagonistas son tan reales como contradictorias, tan errabundas como fascinantes; porque tienen un criterio propio pero les cuesta aplicarlo, porque se equivocan como cualquiera en un tema que no acepta instrucciones de uso.

ENTRE ELLAS

Dirección: Solange Cicurel.

Intérpretes: Jenifer Bartoli, Camille Chamoux, Tania Garbarski, Stéphanie Crayencour.

Género: comedia. Bélgica, 2016.

Duración: 96 minutos.

Escrita y dirigida por la debutante Solange Cicurel, la película está presidida por la complejidad de las actitudes y por la diversidad de su análisis. De ellas, y también de ellos. Por ejemplo, en el dibujo del hombre que en los días previos a su boda con una de las mujeres protagonistas no deja de visitar a su amante —también hombre, y del que parece verdaderamente enamorado—, no hay visos de un ser canalla y sí de un ser sufriente. O también en el retrato de esa mujer en torno a la cuarentena de edad, harta de amabilidad, cariño, saber estar, cortesía y perfección, que lo que no soporta es que su marido sea un encanto. Ahí está la gracia de la película, y no cuando intenta utilizar los registros más supuestamente tronchantes, en torno al enredo, que es cuando el relato parece derrumbarse.

Así, aunque por momentos parezca una versión un tanto estancada de ciertos comedias de los años 90 de Manuel Gómez Pereira, siempre hay algún aspecto que provoca la reconciliación con sus muy seductoras criaturas y, por tanto, con una película protagonizada por mujeres y hombres con tanta complicidad como imperfección.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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