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Protesta de jubilados el 12 de marzo 2025 en Buenos Aires, Argentina.Foto: Reuters | Vídeo: Reuters

Un fotoperiodista argentino, muy grave tras ser golpeado por una bomba de gas lanzada por la policía

Las cámaras captan el momento en que Pablo Grillo cae inconsciente sobre el asfalto durante una marcha de jubilados celebrada el miércoles en Buenos Aires

Federico Rivas Molina

Entre la veintena de heridos que dejó la protesta de jubilados celebrada en Buenos Aires frente al Congreso el miércoles pasado está Pedro Grillo, un fotoperiodista golpeado en la cabeza con una bomba de gas lanzada por un antidisturbios de la Gendarmería (policía militar). Grillo está ingresado muy grave.

Las imágenes de video muestran al fotógrafo, de 35 años, protegido detrás de una estructura en llamas, mientras apunta con su cámara a una formación de gendarmes que disparaba a unos 30 metros de distancia, de espaldas al Congreso. En un momento dado, un cartucho de gas lacrimógeno impacta en la cabeza de Grillo y lo derriba. Un grupo de manifestantes se acerca a socorrerlo entre el humo del gas lacrimógeno. El impacto rompió el cráneo de Grillo, que quedó con parte de su masa encefálica expuesta.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, negó cualquier responsabilidad de la policía y consideró relevante reiterar en sus apariciones ante los medios que Grillo era, además de reportero, “un militante kirchnerista”. “El policía tira el disparo como dicen los manuales”, dijo, mientras dibujaba con su mano una parábola ascendente a 45 grados, la trayectoria que indica el protocolo. “Ese disparo de una granada de gas lacrimógeno lo que hizo fue rebotar en el piso o una estructura metálica muy dura y quemada que ellos mismos [los manifestantes] habían puesto ahí como una barricada. Y por mala suerte, como el fotógrafo estaba sacando una foto tirado en el piso, en el rebote (no sabemos si es la granada o desprendimiento del fierro) le pegó en la cara. El policía tiró la granada correctamente, no vamos a juzgar a un policía”, dijo Bullrich.

El análisis de los vídeos de la manifestación desmienten a la ministra, incluso en detalles evidentes. La estructura metálica que mencionó Bullrich era en realidad un mueble de madera que llevaba varios minutos prendido fuego en medio de la calle. El proyectil no rebota en el suelo ni en estructura alguna, sino que pasa sin interferencias a través de la madera, que queda dañada. Y, lo que es más relevante, el disparo del gendarme sigue una línea recta a menos de un metro de altura.

El informe que el ministerio de Seguridad presentó después de la protesta ante la justicia también desmiente a la ministra: “El fotógrafo Pablo Grillo, que se encuentra internado en el hospital Ramos Mejía, fue herido en su cabeza aparentemente por un proyectil de gas lacrimógeno que habría sido lanzado con trayectoria horizontal desde una distancia alejada del lugar donde se encontraba el fotógrafo”. Imágenes posteriores muestran a al menos un gendarme disparando en línea recta hacia adelante con una rodilla en tierra.

Este viernes, Javier Milei salió en defensa de Bullrich, su ministra, y del trabajo de las fuerzas federales que estuvieron en la plaza frente al Congreso el miércoles. Durante un corto discurso ante productores del campo, dijo que “los buenos son los de azul”, por el color del uniforme policial, “y los hijos de puta que andan con trapos en la cara y queman autos y amenazan a toda la gente porque no quieren perder sus curros son los malos”.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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