Bryan Cranston triunfa en Londres
La obra enseña cómo el populismo puede ser gasolina para la masa y cerilla para el poder
Me extraña que la prensa británica no haya caído en la tentación de titular “Breaking Good” alguna reseña de Network en el National Theatre, porque el protagonista del nuevo espectáculo de Ivo Van Hove es Bryan Cranston, el inolvidable Walter White de la serie Breaking Bad, y porque la acogida de la función está siendo descomunal. La obra es una puesta al día de la película de Sidney Lumet que arrasó en los Oscar de 1976 y anticipó en 40 años los excesos de la actual televisión estadounidense. En manos de Lee Hall, el autor de Billy Elliot y The Pitmen Painters, el guion de Paddy Chayefsky pasa de sátira negra a tragedia contemporánea. El magnético Cranston interpreta a Howard Beale (que en la pantalla corrió a cargo de Peter Finch), el veterano locutor que va a ser despedido por su escasa audiencia y en plena crisis nerviosa anuncia que se suicidará en directo. Beale invita al público a asomarse a las ventanas y secundarle gritando la ya célebre frase: “Estoy más que harto y no pienso seguir aguantando”. La fuerza de su invectiva atrae la atención de Diana Christensen (Michelle Dockery), una joven y ambiciosa ejecutiva: el locutor puede ser la voz de la rabia en América. Convertido en predicador apocalíptico pero sin dejar de ser periodista, Howard Beale bate récords de audiencia. Y encarna una eterna enseñanza: el populismo encabronado puede ser gasolina para la masa y cerilla para el poder.
Jan Versweyveld, escenógrafo de cabecera de Ivo Van Hove, ha creado un apabullante decorado que recuerda, en concepto, el que imaginó para sus Tragedias romanas, presentado en el Mercat barcelonés hace cuatro años. Una transformación insólita para un escenario a la italiana y tan presuntamente inamovible como el del Lyttelton. Versweyveld junta un gran estudio televisivo, con cámaras, focos y pantallas por todos lados, y un restaurante (con cocina incorporada) al que acuden los protagonistas y donde una parte del público puede cenar contemplando el espectáculo.
Network no es el primer triunfo teatral de Bryan Cranston: en 2014 arrasó en Broadway con All the Way, de Robert Schenkan, donde interpretaba al presidente Lyndon B. Johnson. Su trabajo, dirigido por Bill Rauch, le valió el Tony al Mejor Actor, y luego se llevó el Emmy como el mejor protagonista televisivo por su adaptación (en HBO) de la obra.
Network no es el único exitazo en la cartelera del National: comparte luminarias con Follies, con un reparto de 37 intérpretes encabezado por Imelda Staunton, a las órdenes de Dominic Cooke, y ya ha sido aclamado como uno de los mejores montajes del clásico de Sondheim. Follies acaba el 3 de enero y Network a finales de marzo. Entradas agotadísimas en ambos, pero no desesperen: la cola matinal de las devoluciones siempre es la última esperanza. Y atención al dato: la filmación subtitulada de Follies se verá en el ciclo NT Live, que en nuestro país exhibe los cines Yelmo, el 22 de febrero. A ver si filman y exhiben pronto Network.
Babelia
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