Las mujeres del teatro alzan la voz contra el acoso y los abusos
El manifiesto se hace eco de la mala fama que tradicionalmente se le adjudicó a su profesión
La Liga de las Mujeres Profesionales del Teatro (LMPT) ha hecho público un comunicado contra el acoso en el ámbito de las artes escénicas y contra “los depredadores sexuales que abusan de su posición dentro de la industria, amparados por las dinámicas sociales”. El manifiesto, titulado provocadoramente Una profesión de putas, se hace eco de la mala fama que tradicionalmente se adjudicó, incluso en el seno familiar, a aquellas mujeres que se dedicaban al teatro y sin embargo, dicen, siempre han tenido que luchar contra acosadores. El texto va encabezado con una frase de Oscar Wilde: “Todo en la vida trata sobre el sexo, excepto el sexo. El sexo trata sobre el poder”.
Ya han recabado, dicen, más de 1.000 firmas y apoyos con nombres como Rosa Montero, Carme Portaceli, Montxo Armendáriz, Cristina Peri Rossi, Carlos Bardem, Natalia Dicenta, Sergio Peris-Mencheta, Miriam Díaz-Aroca... Instituciones como la Escuela de Arte Dramático (Resad), asociaciones como Clásicas y Modernas, espacios escénicos como los Teatros Luchana, Nave 73, y publicaciones teatrales como Godot y The Theatre Times se han sumado a la iniciativa según sus promotoras.
Los intocables
“La industria teatral en España permanece silenciosa, a pesar de que hay secretos a voces sobre grandes nombres que parecen intocables”, lamentan en el manifiesto. “Desde la LMPT, nos comprometemos a prestar atención a todas las denuncias públicas con nombres y apellidos”, añaden.
“Esta es una profesión de depredadores”, “de mujeres y hombres asustados, conscientes de la fragilidad de eso tan abstracto que llamamos reputación, de lo que significa hablar una vez y ser estigmatizado de por vida”, inciden. “Pero cada vez somos más los que queremos dinamitar este sistema porque es demencial”, prosigue.
La asociación, que defiende “la igualdad absoluta, la visibilidad y la creación de oportunidades laborales para la mujer en el teatro”, considera “demencial que se haya asumido que las insinuaciones, toqueteos y relaciones sexuales sean el peaje de entrada y el camino de ascenso en una carrera artística, sean o no consentidos”. “Es inadmisible que una víctima prefiera callarse porque asume que nadie la creerá, ni la protegerá”.
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