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SALVADOR SUNYER | Director del festival Temporada Alta

“El teatro es una buena medicina para el alma en estos momentos”

La cita artística reúne en Girona y Salt 97 espectáculos hasta el 10 de diciembre

Jacinto Antón
 Salvador Sunyer, director del festival Temporada alta.
Salvador Sunyer, director del festival Temporada alta. Joan Sánchez

Arranca con las castañas y bolets el festival Temporada Alta de Girona y Salt (hasta el 10 de diciembre), la gran cita catalana de las artes escénicas junto con el veraniego Grec barcelonés, y lo hace cumpliendo 25 años y en un momento turbulento política y socialmente. Su director, Salvador Sunyer (Salt,1957), es bien consciente de las dificultades de llevar a la gente al teatro cuando cada día se despliega ante nuestros ojos, en la calle, en las instituciones, en los medios y hasta en la mesa el gran drama de la actualidad. “Pasará lo que tenga que pasar, y nos afectará a todos”, reflexiona, “pero trabajamos en el marco que hay y aunque todos tengamos la cabeza ocupada en eso no está mal sacarla de ahí un rato; creo que el teatro, los libros, el arte, el cine, son precisamente una buena medicina para el alma en estos momentos”. Sunyer advierte que la coyuntura política es responsable de que la venta anticipada de entradas haya disminuido en relación con otros años. El encuentro con Salvador Sunyer es en un restaurante de Barcelona. El director pide peus de porc sin complejos y una coca-cola.

Pregunta. Va, recomiéndenos algo de la programación.

Respuesta. Soy un vendedor fatal. El equipo me recrimina que no diga que tenenos lo mejor. Tendría que mencionar Noche de reyes, de Shakespeare montada por Declan Donnellan con actores rusos, que abrió anoche el festival y se representa también hoy. Los dos Macbeths, tan distintos, argentino uno, Mendoza, muy teatro popular, ambientado en la revolución mexicana y con el escocés convertido en general villista, brasileño el otro, A floresta que anda, de Christiane Jatahy, con solo una actriz y cámaras en directo. Alain Platel y su homenaje a Pina Bausch, Guy Cassiers poniendo en escena a un texto de Jelinek basado en Las suplicantes de Esquilo, Oskaras Korsunovas con el Diario de un loco de Gógol, Romeo Castellucci, con su espectáculo basado en la Ética de Spinoza...

P. ¿Y de aquí?

“Rigola ha sido muy valiente. Ha hecho lo que creía que tenía que hacer"

R. El Cyrano de Lluís Homar, que todo el mundo espera con ansia, La visita de la vieja dama con títeres y Vicky Peña, la bailarina Lai Ayguadé con IUanMI, Sol Picó y sus chicos, el Vania de Rigola...

P. Este año no tienen a Peter Brook, que era como de la familia.

R. Brook no disponía de ningún espectáculo en gira. Tampoco tenemos, ya que estamos, a Krystian Lupa, otro habitual.

P. Debe estar ocupado salvando a Polonia de su gobierno

R. En parte, pero el problema con él es que no tenía ningún espectáculo que pudiéramos pagar. La gente no se da cuenta de lo que vale el teatro. Lo que costaba el año pasado la producción inaugural del festival de Aviñón equivalía a todo el Temporada Alta, que este año tiene un presupuesto de cerca de tres millones de euros, 800.000 aportados por empresas privadas. En Francia, el Teatro Nacional de Grenoble, una ciudad similar a Girona, tiene un presupuesto de 18 millones de euros, lo mismo que el Teatre Lliure, el Teatre Nacional de catalunya y el Mercat de les Flors juntos. Cuando estás ahí, en la misma liga con países que no son tan distintos en sanidad, en educación, y ves que en cambio en inversión cultural estás a años luz de distancia... Aquí la propia izquierda cree que se gasta demasiado en cultura.

P. ¿Qué caracteriza al Temporada Alta?

R. Por un lado es puerta de entrada del gran teatro y la danza internacional. Ahora en Cataluña y España se ve poca cosa extranjera, aquí en el Grec y algo en el Mercat y en Madrid en el festival de otoño. Y Rigola tiene una programación potente en los Teatros del Canal. Tenía, vaya.

P. ¿Qué le parace su renuncia?

“Es pronto todavía para que salgan obras  de teatro sobre el ‘procés’ catalán”

R. Ha hecho lo que creía que tenía que hacer. Decir y hacer lo que piensas debería ser un derecho. Me parece que ha tenido una actitud muy valiente. Eso tiene un precio que no tiene en cambio la firma de un manifiesto.

P. Hablaba usted de las características del festival.

R. Aparte de traer producciones internacionales, el festival coproduce espectáculos, ayuda a darles vida, trabajando en colaboración con otros teatros de dentro y fuera de Cataluña. Una tercera característica de Temporada Alta es el propósito de que el festival sirva para que nuestro teatro salga fuera. En ese sentido funciona la semana de programadores, a la que el año pasado acudieron 120 de 18 países. También exportamos el Temporada Alta a Buenos Aires, Lima y Montevideo, cuando empiezan las temporadas allí, en febrero.

P. No es un festival temático.

R. No, no lo es. Aunque por supuesto en el programa figuran muchos espectáculos con temas del momento o que presentan características comunes. Este año, entre los 97 que ofrecemos, hay varios sobre periodismo y sobre la emigración, por ejemplo. Pero no existe un eje único definido. para ser sincero, lo normal es que los programadores hagamos la programación y luego nos inventemos algo que la homogeniza. Tienes lo que tienes y luego buscas el nexo. Ponerte a buscar espectáculos con una idea muy concreta es algo que condiciona demasiado y, en última instancia, bloquea.

P. ¿Hay ya obras teatrales sobre el procés y la independencia, que traten del 1-O, por ejemplo?

R. Algo hay en los textos del Torneo de Dramaturgioa. Pero que hablen concretamente de todo lo que está pasando aún no. Es pronto todavía. Seguro que saldrán, por un lado u otro. En distintos formatos, comedia, drama, teatro documento. Pero requieren un tiempo de cocina y escritura. Todo acaba saliendo en el teatro, igual que en la novela y el ensayo. Aunque es verdad que aquí no somos tan rápidos en incorporar la actualidad como el teatro británico, por ejemplo. El National de Londres abrió una sección para seleccionar temas contemporáneos para nuevos autores, ¡y tiene trabajando en ella a 15 personas fijas

P. ¿Cómo se posiciona el festival en el conflicto de la independencia?

R. Se ha expresado la opinión de la gente que trabajamos en Temporada Alta en varios comunicados. Creo que la opinión unánime es que esto solo se arregla con diálogo y de manera civilizada. Parace un tópico, pero los tópicos siempre tienen buena parte de verdad. Si me pregunta mi propia opinión, yo creo que nadie debe tener interés en vivir con alguien que no quiera vivir con él. No tiene sentido imponer al otro que se quede contigo, como sabemos todos los que hemos tenido pareja. Supongo que tenemos que ir hacia allí, sin prisas, sin estresarse.

P. ¿Es optimista?

R. En realidad soy pesimista por naturaleza. Pero a la vez tengo una fe irracional en que la gente es mucho más inteligente de lo que algunos creen.

P. Este año el festival tiene un apartado, un eje, social.R. Más bien formativo. Eso es muy importante. Este país se ha vuelto culturalmente muy elitista, no por los precios sino porque falta una formación reglada específica que proporcione herramientas a los espectadores para entender las propuestas artísticas. La literatura y el arte han sido siempre vistas como marías en los planes de estudio y nunca han entrado artistas en los lugares de formación, lo que es un error. Nuestro proyecto A Tempo pretende potenciar las relaciones entre el mundo cultural y educativo de Girona usando el festival. Comprende una programación específica para profesores, llevar a los artistas del festival a las aulas de varias escuelas e institutos, espectáculos pensados expresamente para escolares, entre ellos el musical dirigido por el tristemente desaparecido Moisès Maicas, e incluso un montaje que realizarán alumnos y en el que ha participado el equipo de La Perla 29 y su director Oriol Broggi.

P. La muerte de Maicas en junio ha sido un golpe terrible.

R. Sabíamos que pasaba momentos difíciles pero ninguno imaginábamos que estuviera tan mal. Caes en un pozo y no encuentras la mano que te saque de ahí.

P. 25 años ya... ¿Goza de salud Temporada Alta?

R. Es muy frágil, se aguanta por los pelos. Aún no tenemos ningún convenio firmado con ninguna administración esta temporada. vas tirando fiándote en la palabra. Temporada Alta es un festival raro. Sale de una empresa privada de tres amigos pero hace un papel público. Este modelo híbrido, extraño, provoca que a las administraciones les cueste encontrar fórmulas. La coyuntura política pasará, de una manera u otra, pero nuestros problemas estructurales me temo que seguirán ahí. la ocupación tiene que ser del 90 % para que podamos aguantar. Eso es muy estresante. Estos días el futuro es ya mañana, si, pero lo que hace que haya un futuro es que alguien lo piense con tiempo. No se puede dejar el futuro al azar. Y fin del sermón”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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