No hay ‘La La Land’ este año en Toronto
El festival y mercado, termómetro de los Oscar, falla en esta edición en señalar claros favoritos para los Oscar, aunque algunos de sus títulos entran en las quinielas
A estas alturas del año, no hay un La La Land en la casilla de salida de la carrera por los grandes premios. Es la conclusión a la que llegan los medios especializados cuando está a punto de acabar el Festival de Toronto, el encuentro que, en la última década, se ha convertido en el termómetro preferido por la industria de cara a los Oscar.
Hace cuatro años que la ganadora del premio del público, el más importante en el festival canadiense porque no tiene jurado, no acierta la ganadora a mejor película en los Oscar. Salvando los 30 segundos del pasado febrero en los que La La Land se coronó en aquel gran fiasco, 12 años de esclavitud ha sido la última película en salir vencedora de aquí. Y este año se ha puesto más complicado porque, a un día de la revelación del palmarés no hay una única favorita clara. No hay un La La Land, y hay varios posibles Moonlight.
Como Call Me By Your Name, el hedonista filme de Luca Guadagnino,que salió de Sundance y pasó por Berlín, donde ya se convirtió en uno de los candidatos a mejor película en los premios de Hollywood. The Florida Project, el drama de Sean Baker sobre los estadounidenses olvidados en las cunetas del sueño americano que causó sensación en Cannes, también se ha reforzado en Toronto. A24, la misma distribuidora que llevó a la pequeña Moonlight el año pasado hasta el Oscar, es su distribuidora en EE UU y parece decidida a hacer una campaña potente. Willem Dafoe, desde luego, tiene un lugar asegurado entre los actores de reparto en la próxima edición.
La ganadora del Festival de Venecia, La forma del agua, también ha dejado un río de aplausos en Toronto, ciudad en la que adoran a Guillermo del Toro porque ha rodado en ella o alrededores parte de esta película y algunas anteriores. Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri que se llevó el premio a mejor guion en el Lido también sale reforzada del certamen canadiense. Y Mudbound, la película que Netflix compró en Sundance, podría ser la primera con la que la plataforma de streaming rompiera su exclusión de los grandes premios.
Pero todo esto señala otro problema: de los 255 títulos que proyectaba, el Festival de Toronto no ha sido capaz este año de anotarse grandes estrenos. Después de cinco años en caída, Venecia ha levantado la cabeza esta edición y le ha levantado los títulos más fuertes, al menos en estrellas (Una vida a lo grande, Suburbicon, Madre!…). Telluride cada vez recibe más cobertura y se adelanta con los estrenos americanos, como Lady Bird, el debut en solitario tras la cámara de Greta Gerwig, que puede ser otra de las grandes sorpresas de la temporada. O El instante más oscuro, la otra cara de Dunkerque, dirigida por Joe Wright que parece tener un candidato claro a mejor actor: Gary Oldman como Churchill.
El único gran estreno mundial que se ha apuntado Toronto en 2017 y que tendrá una larga carrera de premios es I, Tonya. Construida en formato de falso documental, la película basada en la vida de la patinadora Tonya Harding, protagonizada y producida por Margot Robbie, es de esos raros títulos que consiguen poner de acuerdo a público y crítica. Y además, hacerlo a base de risas. I Love You, Daddy, la película woodyallenesca que Louis C.K. rodó en secreto hace tres meses, ha sido la otra gran sorpresa y adquisición de Toronto (cinco millones han pagado por su distribución en EE UU, lo mismo que por I, Tonya), pero la patada que le da el cómico a la corrección política estadounidense y de Hollywood no parece muy amiga de premios. Como tampoco puede que lo sea Molly’s Game, el debut en la dirección del guionista de oro Aaron Sorkin, que ha reducido sus posibilidades después de ser una de las más esperadas. Y títulos más comerciales, como La batalla de los sexos, Film Stars Don't Die in Liverpool o The Upside, remake americano de Intocable, probablemente serán recogidos por los Globos de Oro.
Aunque Toronto no señale a una película favorita, sí queda claro que este es un año de historias reales, de mensajes de solidaridad social contra la tensión política real y es un año de actrices. Allison Janney como la terrible madre de I, Tonya debería competir en los premios con otra madre más comprensiva, la que interpreta Laurie Metcalf en Lady Bird. Frances McDormand por Tres anuncios… y Glenn Close por The Wife estarán entre las candidatas finales de cualquier galardón con Sally Hawkins por La forma del agua.
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