El Escobar de Javier Bardem asusta hasta a Penélope Cruz
'Loving Pablo', de Fernando León, recibe en Venecia una acogida tibia La actriz destaca la transformación del intérprete, y su pareja, en el personaje
Una barrera separa la alfombra roja de Venecia de los fans que se pasan el día esperándola. Las estrellas solo se asoman por la noche, así que matar el tiempo resulta agotador. Cartas, libros, meriendas: todo vale. Algunos sacan rotuladores y dejan en el blanquísimo parapeto la huella de su pasión. O su número de teléfono. “Llámala Javier, eres su sueño erótico”, ha escrito alguien en nombre de su amiga. Otro fan la ha corregido: “El de cualquiera”. No deben de haber visto sin embargo a Javier Bardem en la piel de su nuevo personaje. Porque el notable Pablo Escobar del actor español apagaría cualquier fantasía sexual: tan terrorífico como repulsivo, arrogante y echado a perder, el criminal colombiano aparece menos glamuroso que nunca. He aquí los principales méritos de Loving Pablo, el filme de Fernando León de Aranoa sobre el rey del narcotráfico que el cineasta, Bardem y Penélope Cruz, también protagonista de la película, han presentado hoy en Venecia, fuera de concurso.
La interpretación de Bardem es un disparo poderoso. Sin embargo, eso no basta para responder a las balas de los críticos. “Como avanzar por un superventas, verla tiene sus momentos de placer culpable pero deja una sensación de vacío”, escribe The Hollywood Reporter. “Un retrato superficial y de soap-opera”, critica Variety, que salva a Bardem y Cruz pero acusa al filme de sobreexplicar su relato. Casi todos atacan, además, la decisión de rodar el filme en inglés, aunque sea con marcado acento paisa.
Y eso que Loving Pablo se rodó en Colombia y con reparto autóctono. El equipo visitó incluso varios de los lugares donde vivió Escobar, para contagiarse del aroma local. Entonces, ¿por qué sus personajes hablan otro idioma? “Intentamos durante muchos años hacerla en español. Pero, pasado un presupuesto, es difícil financiar una película con vocación internacional en un lenguaje que no sea el inglés. Es algo del que somos todos responsables, es una ley de mercado pero tiene que ver con cómo se consumen las películas. Nos planteamos si seguir adelante o no, pero la emoción estaba allí”, respondió Bardem. Y añadió: “Pensamos que no había una película sobre él, lo que ha significado en la historia del mundo, otra razón por la que la hicimos. No creo que nos dejamos nada en el tintero”.
En realidad, el problema principal de Loving Pablo parece más bien el tiempo. Porque tratar de explicar la última y más terrible década de Escobar en dos horas obliga a correr: no hay espacio para profundizar, ni en la historia ni en los demás personajes. Y porque se estrena ya acorralada: millones de espectadores se han apasionado a la serie Narcos; el público latinoamericano ha devorado otro producto televisivo, Pablo Escobar: El patrón del mal. El relato y su protagonista han sido narrados hace poco, a fondo y de principio a fin. Por tanto, el público que accedió ayer a la proyección de Loving Pablo se preguntaba qué necesidad había de volver al personaje. A la salida, muchos aún no habían hallado respuestas.
Lo cierto, como destacaron Cruz y Bardem, es que Loving Pablo se acerca a un tema espinoso con cuidado y respeto. Y supera el reto mayúsculo de no darles glamur a los narcos. Para más razones, estuvo la rueda de prensa. “Javier y yo llevábamos muchos años queriendo hacer esta película, hasta que encontramos el ángulo: la voz de Virginia Vallejo es perfecta para contar a Escobar, porque es cercana y lejana a la vez. Conoció la trastienda que originó sus acciones, pero procedía de la alta sociedad colombiana y mantenía también distancia con él”, explicó León de Aranoa sobre la chispa del filme, el libro Amando a Pablo, Odiando a Escobar, de la periodista que tuvo una relación sentimental con narcotraficante. Director y actor venían hablando de la película desde que rodaron juntos Los lunes al sol, en 2007. Mientras, Bardem rechazó varias propuestas para interpretar al criminal, todas “vacías”, en sus palabras.
“Se dice de él que era un padre amoroso, y a la vez causó horror a tantas familias. Me interesaba esa contradicción, necesitaba una lectura que le hiciera humano, para entenderle mejor a él y a nuestra propia responsabilidad. Escobar, como Hitler, no vino de un planeta extraño”, aseveró Bardem. El actor y productor del filme contó que le imaginaba, de cierta manera, como el animal favorito del colombiano: el hipopótamo, “tranquilo, gracioso, pero el más peligroso de África”. Aunque, al bucear en la mente de Escobar, encontró otra clave para interpretarle: “Tenía una necesidad absoluta de respeto. Le volvió loco, puso a una sociedad de rodillas, pero nunca lo logró”.
Él sí consiguió transformarse en el hombre que “inventó el narcotráfico”. Tanto físicamente como en sus razonamientos. Por más que se volcara en abandonar al personaje en cuanto salía del rodaje, su interpretación hizo olvidar hasta a su propia esposa la diferencia entre Pablo y Javier. En un momento del filme, Vallejo acude desesperada a pedir ayuda a Escobar: allí Bardem y Cruz mezclan química y tensión para crear quizás la mejor secuencia de Loving Pablo. “Me asustaba mucho, no por su apariencia, sino por la energía, tan fea y agresiva. Casi me mareaba, no le veía a él sino al personaje. Le tenía miedo a esa secuencia. Después empecé a contar cuántos días faltaban para que acabara aquella tortura”, relató Cruz. Y lo hizo en italiano. La elección del idioma, esta vez, recibió un gran aplauso.
Babelia
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