Un musical sobre Trump se convierte en el fenómeno del ‘off’ Broadway
‘Me the People’ triunfa en la escena alternativa neoyorquina con un libreto que se actualiza con las noticias que llegan desde la Casa Blanca
En la calle 72 de Nueva York, sorteando un restaurante turco y subiendo a la primera planta, se representa el musical Me the People, una parodia del Gobierno de Donald Trump que, poco a poco, se ha ido haciendo hueco en la cartelera del off Broadway. En el teatro Triad, en el que se representa, no hay butacas, sino mesas y sillas al estilo cabaret. El escenario es minúsculo y, justo antes de comenzar la función, una voz en off dice: “Señoras y señores, si durante la representación tiene lugar el impeachment, se suspenderá la función y les será devuelto su dinero”.
Las funciones, a su pesar, todavía no han tenido que ser canceladas, pero lo cierto es que las letras de las canciones sí han tenido que ir actualizándose para seguir el ritmo de la realidad que supera cada día cualquier ficción. De hecho, el día en el que sus responsables, la dramaturga Nancy Holson y el productor Jim Russek, hablaron con EL PAÍS, el jefe de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, anunció su dimisión y ellos discutían la manera de incluirlo en esta pieza teatral que, con cuatro actores y un pianista, nace con una vocación de dardo poco conciliador.
“Este espectáculo no hará cambiar a nadie su opinión, ya hemos entendido que muchos votantes de Trump, a pesar de todas las cosas que ha hecho, no le retiran su apoyo. Esta es una catarsis para la gente que está sufriendo mucha ansiedad por este giro en nuestro país. Funciona más bien como un funeral. Alguien ha muerto, el féretro está abierto y la gente está alrededor bebiendo, riendo, cantando y haciendo bromas mientras el cadáver está en la habitación. Ese cadáver es nuestro país”, explica Russek.
El resultado, aunque de dimensiones modestas, ha llamado la atención de los principales medios y recibió excelentes críticas del periódico The New York Times y, de momento, tiene funciones programadas hasta el 2 de septiembre. La fórmula es bien sencilla, pues el musical toma clásicos populares y los transforma para que, a modo se chirigota, sirvan para “retratar lo que va a ser este país si dejamos que esto siga sucediendo”, según Russek, y se puedan cantar a coro entre los asistentes.

Curiosamente, el que nunca llega a aparecer es Donald Trump, aunque sí lo hace su rival en las elecciones, Hillary Clinton. “No queríamos hacer una payasada de un presidente que ya de por sí es una parodia. Queríamos hacer una panorámica sobre la filosofía detrás de muchas de las cuestiones candentes”, asegura Holson, ganadora de un Emmy por The News in Revue, que subraya que no hay oportunismo en esta propuesta, sino una necesidad de alzar la voz.
“Me estaba tomando algunos años libres de la sátira política para tratar otros proyectos y durante las elecciones todo el mundo me pedía que volviera. Pero yo dije: ‘Bueno, Hillary va a ganar y esto se acabará pronto’. Así que después de celebrarse las elecciones me di cuenta de que tenía que hacer algo junto con Jim Russek y el día siguiente de la toma de posesión nos pusimos manos a la obra”, asegura.
¿Es, entonces, este Me: the People la hermana pequeña, macarra y políticamente incorrecta de la unificadora y multirracial Hamilton? “Busca llegar al mismo sitio pero desde una perspectiva totalmente opuesta. Hamilton estaba hecha con una visión incorrupta y esta está hecha desde el ridículo”, dice el productor. “Pero es una pregunta que me sigo haciendo. ¿Qué entendieron muchos votantes de Trump que vieron y disfrutaron Hamilton?”, apostilla la dramaturga.
El citado musical hip-hop, inspirado en la vida del primer secretario del Tesoro de Estados Unidos, Alexander Hamilton, escrito por un latino, ha sido uno de grandes éxitos de la historia reciente de Broadway.
Periodistas, Nixon y la Constitución
Hotel California, de The Eagles, se convierte en Hotel Mar-a-Lago, por ejemplo. Los actores convertidos en periodistas cantan una versión de The Sound of Silence, de Simon y Garfunkel, y Jared Kurshner e Ivanka Trump bailan Good Morning de Cantando bajo la lluvia. También pasan por el escenario Richard Nixon, los padres fundadores de la patria estadounidense —que cambian el preámbulo de la Constitución: We the People (nosotros, el pueblo) por el título de la obra, Me the People (yo, el pueblo)—, o el pajarito de Twitter, exhausto por la intensa actividad que vive en estos tiempos. El musical tiene detrás un laborioso trabajo de documentación. Y se nota.
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