Oreja generosa para Rafaelillo en el cierre de la Feria de Julio de Valencia

De la voluminosa corrida de Cuadri saltaron dos toros con los 600 kilos bien cumplidos. El primero, con 640, y el quinto, con dos más. Diferencia de casi 100 kilos con el resto. Desigualdad total. Aquel primero, grandón y alto, acusó mucho el castigo en varas y llegó a la muleta al paso, sin acabar el viaje. Pero fue toro noble y cómodo para un Rafaelillo acostumbrado a épicas. El murciano, suficiente siempre, anduvo también sin agobios. Salían medios pases porque el toro no los admitía completos, pero con la sensación de ser muy superior el torero al toro. La estocada certera sirvió para que la gente pidiera premio y la presidencia lo concediera. Oreja generosa.

Al cuarto, Rafaelillo le aplicó látigo desde el principio, a los primeros muletazos, que el toro acusó y se volvió defensivo y buscón. Pero en esta ocasión no hubo lucha ni épica. Toreo por la cara. Breve y a matar. Este toro lo brindó al cielo, a la memoria del niño Adrián.

No tuvo ningún fuelle el segundo de la tarde. Flojeó de salida y fue protestado; era un marmolillo complicado de mover. A Alberto Gómez también le molestó el viento, por lo que la cosa quedó en intentos estériles. El toro, un mulo, no tenía para más.

El otro mastodonte de la corrida fue el quinto: 542 kilos de carne. Bien armado, pero de bastas hechuras. La gente tomó partido por él desde que salió y obligó a Alberto Gómez a ponerlo de lejos, muy exagerado todo, sin venir a cuento real. El toro casi desmonta al picador en el primer puyazo, más por el fuerte topetazo que por estilo de bravo. Se dejó en los tres puyazos recibidos, pero cumplidor nada más. A la muleta llegó con la cara alta. Embistió noble pero sin clase. La voluntad de Alberto Gómez no fue suficiente. Trasteo aseado para torero con tan escaso bagaje.

Un buen toro, el tercero. Algo violento en el capote, y Román sorteó las embestidas con seguridad. El de Cuadri pareció reservón en banderillas, pero en la muleta descubrió su buen fondo. Buen toro. Noble también. Román se recreó a la hora de torear y cuando tocaba salir de la cara del toro. Faena de gran reposo, sin la lucha a la que últimamente está acostumbrado. Desde los doblones de inicio hasta la serie final, el aplomo y el buen toreo estuvo presente. Cargó la faena sobre la mano derecha, solo una serie por la izquierda, pero con el toro bien toreado. Y los pases justos: ni uno más ni uno menos. La imagen de un torero en evolución permanente. Pero a la hora de matar se torció lo que parecía un triunfo seguro. Incluso en el pinchazo primero salió atropellado del trance. Buen toro ese tercero. Y buen toreo de Román.

La gente también obligó a lucir en el caballo. No había caso porque el de Cuadri, suelto y manso en el primer encuentro, no estaba por la labor. Tres veces lo metieron bajo el peto y tres veces renegó del asunto. Esperó en banderillas y a la muleta llegó hecho otro marmolillo. Ni para delante ni para atrás. Y cuando la tomó, a regañadientes. Un pozo profundo y seco, con el que Román no pudo ni luchar. Lo intentó, pero desistió a la vista de tan inútil astado.

Paco Ureña, herido y premiado

El diestro Paco Ureña sufre la 'fractura de arcos de la octava, novena y décima costilla lateral izquierda' como consecuencia de la espeluznante voltereta que sufrió en la corrida del sábado en Valencia, ha informado su oficina de comunicación.

El diestro ha sido sometido a un exhaustivo estudio de radiodiagnóstico en el Centro Sanitas La Moraleja, de Madrid, que, tras descartar lesiones en la cabeza (solo se aprecia una herida en la frente) y abdomen, confirman la fractura de las tres costillas, por lo que deberá guardar, al menos, siete días de reposo absoluto, además de someterse a un tratamiento a base de antiinflamatorios.

Al mismo tiempo, el torero murciano ha sido declarado autor de la mejor faena de la Feria de Julio de Valencia, según el fallo de los premios que concede la Diputación Provincial.

El torero de Lorca ha sido distinguido con este galardón gracias a la labor que protagonizó al sexto toro de la corrida del sábado, de Luis Algarra, que ha sido galardonada, a su vez, como la mejor ganadería del serial.

Los premios a los triunfadores de la Feria de Julio de Valencia son los siguientes:

Mejor faena de matador: Paco Ureña; mejor faena de novillero: desierto; mejor rejoneador de la temporada: desierto; mejor ganadería: Luis Algarra; mejor toro: ‘Remiendo’, número 9, de la ganadería de Cuadri, lidiado por Román en tercer lugar en la corrida del domingo, 23 de julio, y mejor subalterno: Domingo Siro, de la cuadrilla de López Simón.