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El diestro Curro Díaz sufre una grave cornada en la plaza de Manzanares

Fue intervenido de una herida en la región inguinal izquierda, con una trayectoria de 20 cm.

El diestro Curro Díaz fue herido grave con una cornada de 20 centímetros en la ingle en la plaza de Manzanares (Ciudad Real), en la que actuaba junto a Juan Bautista y Rubén Pinar, que fue el triunfador del festejo al cortar cinco orejas.

Según el parte médico, Curro Díaz fue intervenido en la enfermería de "una cornada en la región inguinal izquierda, con trayectoria ascendente con dirección a retroperitoneal de 20 centímetros que produce disección de la arteria ilíaca en un trayecto de 12 centímetros. Presenta, además, herida en mentón. Se interviene en enfermería con anestesia raquídea con ampliación de herida para comprobación de lesiones, limpieza de la misma, colocación de drenajes y cierre. Pronóstico grave. Fue trasladado a Albacete”.

Con un tercio de entrada, se lidiaron seis astados de Toros de Mollalta, de variada presentación y juego.

Curro Díaz, cogido en su primero, al que despachó Bautista (silencio).

Juan Bautista, silencio y oreja.

Rubén Pinar, dos orejas, dos orejas y oreja.

La corrida comenzó con sobresalto. Curro Díaz parecía haber visto cierta luz por el pitón izquierdo del primer ejemplar de Toros de Mollalta, y después de la tanda de tanteo a media altura que el toro se tragó, se disponía a iniciar una segunda cuando el de Linares resultó arrollado y volteado.

Inmediatamente fue conducido a la enfermería con la cara aparatosamente cubierta en sangre y, aunque no se apreció en los primeros instantes, una cornada en la ingle izquierda de pronóstico grave.

En el plano artístico lo más destacado lo protagonizó Rubén Pinar; sobre todo en su primero, un toro noble y con clase al que condujo largo al natural, matando de estocada entera desprendida. En su segundo, sin embargo, lo más logrado llegó por derechazos, igualmente cadenciosos aunque sin estética marcada.

En el que cerró plaza, anduvo vistoso con el capote y entregado con la muleta, a pesar de la falta de acometida de su oponente. Se arrimó con conexión en los tendidos y acabó con el toro tras pinchar de entera caída y descabello.

Juan Bautista protagonizó dos trasteos correctos sin más. A su primero le faltó fuelle, por lo que embistió rebrincado imposibilitando la limpieza en los pases. Poco que reseñar frente al quinto, noble pero sin transmisión, pese a lo que le concedieron un trofeo tras matar a la primera.

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