Muere Geri Allen, influyente pianista de jazz
Pionera en varios lenguajes, fue una de las figuras más importantes en su género de las últimas décadas
Geri Allen, pianista de jazz, compositora y educadora, falleció ayer, martes, en Philadelphia (EE UU) a los 60 años a causa de un cáncer. Fue una de las pianistas de jazz más importantes de las últimas décadas, y su influencia es capital en muchos de los mejores pianistas del siglo XXI, como Vijay Iyer, Ethan Iverson, Jason Moran, David Virelles, Craig Taborn y otros. Con un lenguaje muy personal, sintetizado a partir de una gran variedad de influencias, desde Thelonious Monk a Herbie Hancock, pasando por Keith Jarrett, Don Pullen, Mary Lou Williams, Duke Ellington, Andrew Hill, Herbie Nichols o incluso Eric Dolphy, Allen tuvo una trayectoria impresionante, en la que cultivó diferentes estilos, siempre impregnados de su inconfundible personalidad.
Allen fue galardonada con el Jazzpar Price en 1996, una beca Guggenheim en 2008 y, en ese mismo año, el premio de música clásica afroamericana de la universidad Spelman (Atlanta). Junto a su coetánea Michele Rosewoman, Allen es figura esencial de toda una estirpe de brillantes pianistas afroamericanas que comienza con Lil Hardin y continúa con Mary Lou Williams, Hazel Scott, Dorothy Donegan, Alice Coltrane y Amina Claudine Myers, entre otras.
Nacida en 1957, en Pontiac (Michigan) y criada en Detroit, creció al abrigo de la enorme afición al jazz de su padre y del omnipresente soul de Motown de la época, al que rinde tributo en su último disco como líder publicado en vida. Comienza a tocar el piano a los 7 años y enseguida conoce a Marcus Belgrave, que será su mentor y figura referencial toda su vida. En 1975 ingresa en la universidad Howard (Washington), donde conoce a otro de sus mentores, Nathan Davis, con quien estudia y toca regularmente. En 1982 se instala en Nueva York, estudia con Kenny Barron y empieza a tocar con músicos cercanos al freejazz como Joseph Jarman y Lester Bowie (del Art Ensemble of Chicago), Arthur Blythe, Frank Lowe y Oliver Lake, de cuyos grupos formará parte regularmente hasta finales de los ochenta, e intermitentemente durante toda su carrera.
En 1984 graba su primer disco como líder, The Printmakers, junto a Anthony Cox y Andrew Cyrille, y poco después de registrar su segundo álbum (Home Grown, a piano solo) funda en 1985 el colectivo M-Base junto a músicos como Greg Osby, Cassandra Wilson o el principal ideólogo del movimiento, Steve Coleman, con quien toca durante dos años.
En 1987 forma uno de los grandes tríos de piano contemporáneos junto a Charlie Haden y Paul Motian, registrando cinco discos fabulosos antes de la década de los noventa, en la cual su carrera como líder se dispara con álbumes imprescindibles como The Nurturer, Maroons y Twenty-One (todos en Blue Note). En este último, en trío con Ron Carter y Tony Williams, se muestra más influenciada que nunca por Herbie Hancock, debido también a su participación en los grupos de su entonces marido, Wallace Roney, depositario de la herencia estilística de Miles Davis. Entre 1994 y 1996, se convierte en la única pianista regular que tuvo Ornette Coleman (y la que más discos grabó junto al legendario saxofonista: los dos volúmenes de Sound Museum) y participa en la película Kansas City, de Robert Altman, en el papel de su amada Mary Lou Williams.
A principios del siglo XXI Allen toca con Charles Lloyd y continúa impulsando su carrera en solitario, grabando discos con regularidad, entre los que destaca The Life of a Song (junto a Dave Holland y Jack DeJohnette), su revisión de la Zodiac Suite, al frente del Mary Lou Williams Collective, el piano solo Flying Towards The Sound o dos discos junto al Trio 3 de Oliver Lake, Reggie Workman y Andrew Cyrille.
Su última actuación, hace solo unas semanas, fue a dúo con Enrico Rava, con quien estaba preparando una gira en cuarteto en abril del año próximo, que ya no podrá ser.
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