La gran hidra del videojuego ruge desde el E3
Lo virtual, los móviles, los AAA, los 'indie'... La feria de Los Ángeles desvelará las mil cabezas de la industria cultural más poderosa
Llega el E3. Se lo oye rugir. Una cacofonía de millones de decibelios estridente y atronadora. Desde el Convention Center de Los Ángeles, la Exposición de Entretenimiento Electrónico —nombre cada vez más ajeno al propio medio— celebrará su vigésimosegunda edición del 13 al 15 de junio. Será la primera vez que estará abierto al público, dejando pequeña esa cifra de asistencia que el año pasado superó las 50.000 personas. EL PAÍS cubrirá el evento día a día, en sus vertientes tecnológica y cultural, y con 1UP mostrándote todas las noticias, análisis y entrevistas en su portada.
En él se presentará, como todos los años, la monstruosa hidra de esta industria cultural, que rozará este 2017, según la consultora líder del sector Newzoo, los 100.000 millones de euros. Cifra que enaniza, por ejemplo, a la recaudación en taquilla del cine, que no llega a los 35.000. Pero el videojuego es hidra y no dragón, a pesar de estas cifras, porque atraviesa un momento severo de crisis de identidad, de coexistencia de múltiples modelos de negocio que dividen este inmenso caudal económico en múltiples direcciones. Los videojuegos como deporte profesional: los esports. Los videojuegos como pasatiempo de metro: móviles. Los videojuegos como experiencia de salón: consolas y PC. Los videojuegos como mirada al futuro: realidad virtual y aumentada.
Todo empieza aquí, reza el lema de esta convención que reúne a todos los titanes del videojuego. Nintendo, Sony y Microsoft acapararán las noticias como primeras espadas del viejo mundo del videojuego, el aún hegemónico a nivel mediático. Pero la presencia creciente del móvil, que desde el año pasado ya es la plataforma que más recauda de todas las usadas para jugar (37% de la cuota de mercado según Newzoo), y la creciente apuesta por la realidad virtual dibujan otros poderosos actores del valle del silicio: los Apple, Google, Facebook o HTC Valve. Las compañías tienen ya agendadas sus conferencias, que puedes consultar en este detallado resumen de Meristation.
Pero, a pesar de este pulso entre múltiples maneras de entender el videojuego, lo que no cambiará en este e3 son sus verdaderos protagonistas. Los juegos. Se espera con fervor ver el nuevo Super Mario Oddysey de Nintendo Switch, la consola a contracorriente que ha hechizado al planeta retornando al concepto de juguete, de aparato cuco que se ve no como un medio sino en sí como un fin. Se quiere vivir también esa Segunda Guerra Mundial que promete el romperécords Call of duty, una inmersión como nunca en el conflicto armado más colosal de la historia gracias a la tecnología fotorrealista de la presente generación. Brilla entre lo más esperado Star Wars gracias a Battlefront II, que permitirá vivir la historia desde el otro lado, siendo un héroe del Imperio e invirtiendo el tablero de blancas y negras clásico en la saga. Y se suspira también por las superproducciones que se la juegan con temas explosivos, como esa recreación de la América profunda, trumpista, fervorosamente religiosa en la que se sumergirá Far Cry 5 o la descripción de una Detroit futura que enfrenta a humanos y robots de la mano del auteur francés David Cage. La secuela de sagas hegemónicas como God of War, The Last of us. Part II y Red Dead Redemption 2 copan también la expectación.
Habrá otro e3 dentro del e3. El que se vivirá, entre birras y ebullición cultural, en el aparcamiento frente al centro de convenciones. Allí plantará su bandera, un año más, Devolver Digital para celebrar el Indie Megabooth, un muestrario de 12 obras del lado underground del videojuego, el que está consiguiendo más titulares y una porción muy significativa de las ventas por renovar y ampliar las fronteras artísticas del medio. El seísmo que han provocado se nota en mundos ajenos e improbables, como los Oscar del cine. Un tráiler de un videojuego independiente, Everything, ha ganado el premio del jurado del Festival de Cortos de Vienna y se ha calificado, automáticamente, como nominado para el Oscar al mejor cortometraje de animación.
Será este un e3 donde esos primeros espadas —recordemos: Sony, Microsoft y Nintendo— se jueguen mucho. Especialmente los dos últimos. Sony tiene el, teóricamente, más cómodo papel de mantener el holgado liderazgo que ostenta en las videoconsolas. Su PlayStation 4, en constante récord, se acerca a los 60 millones de consolas vendidas en solo tres años y medio. Microsoft, por su parte, según estimaciones de consultoras como Superdata, no llega ni a los 30, una cifra que sería buena de no haber tal abismal diferencia con su rival.
La forma en la que la compañía creada por Bill Gates quiere darle la vuelta a la tortilla se llama Project Scorpio. Es una versión ultrapotente de su Xbox One que permitirá jugar en 4K y ver también contenido como UltraHD-BluRays o emisiones en streaming a esta resolución. Las especificaciones técnicas indican que va a estar por encima de la PlayStation 4 Pro, la versión premium de Sony para los usuarios early adopters que quieran exprimir su novísimo televisor 4K con HDR. Pero Microsoft deberá demostrar no solo la potencia de su nueva máquina, sino su capacidad para ofrecer en ella contenido exclusivo. Es el aspecto en el que Sony más está machacando a su contendiente: los juegos exclusivos, tanto propios como pagados a tocateja a otros estudios. Microsoft, que se hizo con Minecraft por una cifra astronómica, deberá demostrar que sigue dispuesta a quemar la cartera para adquirir novedades a golpe de talonario.
En otra guerra está Nintendo. Una guerra contra sí misma. Una guerra que parece estar ganando. Su anterior consola doméstica, la Wii U, fue un fiasco total. La mala estrategia de marketing de mantener el nombre de su predecesora, la consola más vendida de la historia, hundió junto con otros factores a este dispositivo. Ni siquiera un gran surtido de juegos propios la pudo salvar. La Nintendo Switch le ha dado la vuelta a la tortilla. El cruce entre consola de portátil y de salón, el lanzamiento del Zelda (aclamado unánimemente como uno de los mejores, sino el mejor, juegos de todos los tiempos) y el atractivo estético y tecnológico de la Switch la han convertido en un fenómeno de ventas. Agotada perennemente, se espera que a lo largo de este año fiscal pudiera llegar a los 10 millones. El reto de Nintendo, demostrar que puede mantener un catálogo de juegos a la altura mes a mes. Las compañías clásicas aún parecen dubitativas, aunque crecientemente proclives. Pero los autores indie están apostando fuerte por ella, con exclusivos que explotan las peculiaridades del aparato como Snipper clips.
Como colofón, queda pues hablar de los esports y la realidad virtual. Por primera vez, la feria contará con un espacio en exclusiva para los esports, hecho directamente relacionado con su apertura al público general. El videojuego de móviles VainGlory y la nueva versión de la veterana saga Quake, subtitulado Champions, serán los protagonistas. En la realidad virtual, este será el año clave, tras unas ventas decepcionantes. Bethesda y Ubisoft serán las dos grandes compañías, amén de Sony, que más carne en el asador van a poner. El Fallout VR de Bethesda es lo más esperado para el casco Vive de HTC y Valve. Pero se esperan anuncios sonados para darle un empujón a una tecnología que impresiona a quien la prueba pero que cuesta meter en los salones. El reciente anuncio del cineasta Peter Jackson, que ha presentado su propio estudio de videojuegos para realidad virtual durante el desfile de novedades de Apple, confirma que no todo está dicho en lo virtual. Y Microsoft podría sorprender y mucho con sus Hololens, sus gafas de realidad aumentada que tan virales se han hecho en Youtube.
La hidra del videojuego está dormida. Pero sus ronquidos son cada vez más inquietos. Todas las tendencias, sorpresas y decepciones, como la confirmada ausencia del esperado juego de Hideo Kojima, Death Stranding, serán detalladas puntualmente en la cobertura de EL PAÍS. Pero no faltarán las estrellas: entre ellas los confirmados Will Smith y Jack Black. La hidra abre un ojo y observa a su alrededor. El rugido crece en su garganta. Y estallará este lunes.
Babelia
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