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El director de ‘La vida de Adèle’ subasta su Palma de Oro para terminar su nueva película

Abdellatif Kechiche pondrá a la venta los óleos que aparecían en el filme, ganador de la máxima recompensa del Festival de Cannes en 2013

Abdellatif Kechiche, junto a las actrices Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, que lo besa al recibir la Palma de Oro.Vídeo: Alberto Pizzoli AFP
Álex Vicente

El cineasta Abdellatif Kechiche venderá la Palma de Oro que obtuvo en el Festival de Cannes de 2013 por La vida de Adèle, así como algunas de las pinturas al óleo que aparecían en esa película, para poder financiar su próximo proyecto, Mektoub is Mektoub. Esta solución le permitiría terminar la posproducción de la película, que ha vivido numerosos problemas de financiación en los últimos meses, derivados del inusual método de Kechiche.

Tras el rodaje, el director decidió dividir el metraje en dos filmes distintos, lo que provocó la retirada de parte del dinero prometido. “Me había comprometido a rodar una película. Al final, habrá dos. Eso se sale del marco normal, lo que supone un problema con los contratos”, explicó Kechiche en abril al diario Nice Matin. Además, uno de los bancos que iban a financiar la película también habría dado marcha atrás, dejando a la nueva película de Kechiche “en el limbo”, según afirmó el director en un comunicado enviado a The Hollywood Reporter. “Para levantar los fondos suficientes para completar la posproducción sin más retrasos, la productora y distribuidora francesa Quat’Sous subastará pertenencias relacionadas con el trabajo de Kechiche. Los artículos ofertados van de la Palma de Oro a las pinturas al óleo que tenían un papel central en La vida de Adèle”, dice el comunicado.

Mektoub is Mektoub es un relato protagonizado por un joven guionista que regresa a su ciudad natal, a la orilla del Mediterráneo, para pasar las vacaciones de verano. Kechiche adapta la novela La blessure, la vraie, de François Bégaudeau, que ya inspiró otra película ganadora de la Palma de Oro, La clase, de Laurent Cantet, que triunfó en la edición de 2008. Es también el regreso de Kechiche tras el fenómeno de La vida de Adèle, desgarradora historia de amor lésbica que reveló a la actriz Adèle Exarchopoulos y consagró a su compañera de reparto, Léa Seydoux, con quien Kechiche protagonizó un agrio desencuentro tras su victoria en Cannes. Ella le recriminó la dureza de sus métodos y argumentó que las escenas de sexo le hicieron sentir “como una prostituta”. Él respondió llamándola “niña mimada y arrogante”.

La Palma de Oro está fabricada por la marca suiza de joyería de lujo Chopard desde la edición de 1998. Diseñada por su copresidenta, Caroline Scheufele, la Palma está compuesta por 19 hojas confeccionadas a mano, que pesan un total de 118 gramos de oro de 18 quilates. Para confeccionarla se necesitan 40 horas de trabajo de siete orfebres distintos. El trofeo estaría valorado en más de 20.000 euros.

Precedentes conocidos

La venta de este tipo de premios es infrecuente, pese a que cuente con algún precedente conocido. Por ejemplo, Michael Jackson pagó 1,3 millones de dólares por el Oscar a la mejor película que ganó Lo que el viento se llevó en 1939. La estatuilla que Orson Welles ganó por Ciudadano Kane también fue subastada en 2011 por 860.000 dólares. Por su parte, el decorador Joseph Wright ya levantó un escándalo en 1942 por vender su Oscar a la mejor dirección artística por la comedia musical Mi chica favorita. Obtuvo por la estatuilla 79.200 dólares de la época. La Academia terminó prohibiendo la venta de todo trofeo. “Los ganadores de un premio no venderán ni desecharán la estatuilla del Oscar sin antes ofrecerla a la Academia por la suma de 1 dólar”, reza el reglamento vigente. Hasta 2015, ofrecían 10 dólares por cada estatuilla.

A finales de 2016, los hermanos Juanma y Eduardo Bajo Ulloa fueron acusados de querer vender uno de premios Goya obtenidos en 1992 por su ópera prima, Alas de mariposa. El premio fue encontrado en el escaparate de una tienda de artículos de segunda mano de Vitoria, por un precio de 4.999 euros. Ante el revuelo generado, el personal del establecimiento devolvió el Goya a su propietario. Juanma Bajo Ulloa se desvinculó de la iniciativa y aseguró no haber tenido “absolutamente nada que ver” con ella. “Si os lleváis también la Concha de Oro os hago precio”, bromeó en un vídeo colgado en YouTube. Las bases de la Academia española no prohíben la venta del premio, pese a que la institución se planteó entonces incluir una cláusula para regular este tipo de situaciones.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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