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Un particular compra el supuesto ‘velázquez’ por ocho millones de euros

La obra se ha subastado en Madrid y la puja, que cubría el precio de salida, había llegado por escrito

Un empleado de la firma Abalarte coloca el cuadro 'Retrato de una niña' poco antes de salir a subasta.Vídeo: Jaime Villanueva
Rut de las Heras Bretín
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Si los brillantes y dulces ojos de la niña del retrato que salió a subasta vieran la expectación que se ha creado en torno a ella quizá se ruborizaría. Si su naturalismo no fuera solo una característica otorgada por su creador, y realmente estuviera tan viva como parece, puede que desvelara quién la pintó. Por ahora, solo hay un dato confirmado: fue vendida por ocho millones de euros a un comprador particular, a alguien que ya había pujado por escrito y con antelación por este lote, el 41, de la subasta de abril de la madrileña sala Abalarte.

Cuando el óleo sobre lienzo de 57,5 X 44 centímetros, Retrato de niña o Joven Inmaculada fue presentado, no se dudó: “Obra de Diego de Silva y Velázquez”, pero esto no valida la autoría. No en vano hay que recordar que los únicos que se la habían otorgado al pintor sevillano antes de la subasta son Abalarte y el especialista en pintura antigua Richard de Willermin. Ningún experto ni institución más se había manifestado al respecto. Aunque también habían visitado la sala otros reconocidos especialistas como los conservadores del Museo del Prado Leticia Ruiz, jefa del departamento de Pintura Española del Renacimiento, y Javier Portús, encargado del de Pintura Española hasta 1700. El que no se hayan hecho públicas sus opiniones ha podido influir en que ni los ocho millones de euros de salida, ni el precio final -que no varió- se hayan visto afectados. Con las comisiones, su nuevo dueño deberá pagar 9.680.000 euros.

Derecho de tanteo

La expectación creada por el retrato atribuido a Velázquez se pasó en un abrir y cerrar los ojos. Sin embargo, la subasta celebrada ayer en la madrileña casa Abalarte tenía otras obras de gran calidad cuyas pujas fueron más emocionantes que la del Retrato de niña, que no dio juego. Tobías y el ángel, lienzo del siglo XVII de Alonso Cano, cuyo precio de salida era de 35.000 euros alcanzó los 150.000. Tras una batalla de pujas en la sala finalmente se lo llevó un comprador al teléfono.

El Estado apareció, pero antes de lo esperado, en el lote 25. Cuando la Aparición de la Virgen a san Julián, atribuido a de Giuseppe Simonelli, discípulo de Luca Giordano, parecía que iba a manos de alguien que estaba pujando al teléfono, comunicaron que el Estado ejercía el derecho de tanteo. Lo que significa que prevalece el interés que este muestra por la obra y pasa a incrementar el patrimonio español, previo pago de la cantidad alcanzada: 10.000 euros.

El profesor de Historia del Arte y director del departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá, Benito Navarrete, que por la mañana no quiso pronunciarse, no tuvo ningún reparo en hacerlo una vez pasada la subasta y en una conversación telefónica con EL PAÍS aseguró que no tenía dudas de que el autor del retrato era Velázquez: "Hay unanimidad entre los expertos que lo hemos visto". Se mostraba sorprendido y contento ante la aparición de esta pieza desconocida, que como De Willermin sitúa en la primera etapa del pintor sevillano -antes de 1622-. Relacionaba el volumen de la cabeza de la niña con la del niño de El aguador de Sevilla (1620); la manga de la obra subastada con los pliegues de la Inmaculada (1618) de la Fundación Focus Abengoa, una de las pocas representaciones de esta etapa inicial de Velázquez en España, junto con la Adoración de los Reyes Magos, del Prado. Y por esto se alegra de su inexportabilidad, notificada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a Abalarte el pasado viernes, 21 de abril, a través de una orden ministerial que rezaba que la obra es un “bien inexportable por ser atribuible a Velázquez”. Desconoce los motivos por los que el Estado no se ha quedado con ella; aunque prefiere no hablar del precio deja caer que quizá era demasiado alto.

Más de doscientas personas abarrotaban la sala, presidida por la pequeña protagonista de la tarde, entre quienes solo se acercaban por la curiosidad que ha suscitado un posible velázquez desconocido hasta ahora, compradores armados con su paletas con número identificativo y algún que otro vendedor que quería saber si había interesados en sus piezas y por cuánto lo adquirían. Los primeros asientos estaban reservados a quien iba a pujar, aunque muchos de ellos -la mayoría hombres de avanzada edad- preferían situarse atrás con discreción. Pasados unos minutos las siete de la tarde comenzaron a pasar los lotes y las pujas entre la algarabía de las que se hacían por teléfono en distintos idiomas y las que efectuaban los presentes. A la rápida velocidad que caracterizan las subastas llegó el lote 41: murmullo al principio. Precio de salida: “Ocho millones de euros. Cubierto por puja”. Silencio en la sala y fin de una historia que comenzó el 3 de abril cuando con cierto halo de misterio se presentó este lienzo que llevaba más de cien años en el salón de una familia de origen andaluz, aunque con casa en Madrid, donde estaba el que ellos llamaban “niño velazqueño”

Y de un particular a otro. El director de Abalarte, Gonzalo Mora, tenía la oferta por escrito antes de que empezara el acto y ya sabía que como poco se vendería por la puja. Su nuevo dueño no la podrá sacar del país, pero quedó un poso de cierta decepción entre quienes habían visto en este paso dado por el Estado un interés en quedarse el cuadro. Otro asunto cierto es que todavía quedan análisis por hacer para definir el autor de este retrato. “Lo más importante ahora es que el cuadro se someta a un proceso de restauración y estudio”, explicaba Navarrete. Eso ya queda en manos del nuevo propietario del Retrato de niña.

La opinión de un histórico hispanista velazqueño

También el conocido hispanista, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y experto en arte español de los siglos XVI y XVII, sobre todo en la figura de Velázquez, Jonathan Brown contestó -una vez finalizada la subasta- a las preguntas que le había formulado EL PAÍS sobre la autoría del retrato: “No he visto el original y no conocía la existencia de esta pintura, pero a juzgar por las fotografías es posible que sea de Velázquez. Creo que el Estado debería adquirirla”

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