_
_
_
_
UNIVERSOS PARALELOS
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La calle donde vivió Bowie

Un libro recorre el siglo XX alemán a través de la historia de la Hauptstrasse berlinesa

Diego A. Manrique
David Bowie, en el rodaje de la película 'Just a gigolo', que protagonizó, rodada en Berlín en 1978.
David Bowie, en el rodaje de la película 'Just a gigolo', que protagonizó, rodada en Berlín en 1978.

A finales del siglo pasado, una periodista francesa se trasladó a Berlín: la corresponsal Pascale Hugues se instaló en un distrito tranquilo, Schöneberg. Pura casualidad: alquilaban un piso y el precio era aceptable. Su olfato hizo que se sintiera intrigada por la calle en la que vivía.

Sabía que había sido devastada durante la Segunda Guerra Mundial: el 80% de los edificios eran de construcción reciente; una cercana colina artificial ocultaba millón y medio de metros cúbicos de escombros. Así que la pregunta era inevitable: ¿qué pasó con los habitantes de aquellas casas? Pascale empezó a investigar y terminó publicando La robe de Hannah. Berlin 1904-2014, que ha ganado el premio Simone Veil al Libro Europeo.

Estamos ante la biografía de una calle. Pudorosa, la Hugues no llega a mencionar su nombre en su texto. Pero ya podemos informar de que se trata de la Hauptstrasse, que ahora forma parte de las rutas turísticas de Berlín, gracias a un inglés que residió allí fugazmente: David Bowie.

Todavía se especula sobre los motivos que le llevaron precisamente hasta Schöneberg. Bowie conocía a Christopher Isherwood y el escritor residió en la zona durante sus años berlineses. Tangerine Dream tenía allí su estudio, y Bowie estuvo husmeando, igual que hizo con otros “interesantes” grupos alemanes.

Reportaje de 2014 sobre el piso de David Bowie en Berlín.

Schöneberg ofrecía anonimato y discreción. El barrio fue creado para la burguesía berlinesa, que en 1904 ocupó unas viviendas que ofrecían las máximas comodidades. Muchos de aquellos profesionales eran judíos. Judíos sufridos que superaron la crisis económica troceando sus grandes pisos. Judíos patriotas, que se resistieron a abandonar su país. Judíos ingenuos que no podían imaginar la intensidad del odio que despertaban.

106 residentes judíos de la Hauptstrasse fueron triturados en la Solución Final. Fueron tiempos de miseria y nobleza: sí, hubo delatores, pero también arios que arriesgaron sus vidas al esconder a los perseguidos. Pascale Hugues incluso pudo localizar a algunos de los vecinos más afortunados, los que emigraron antes del comienzo de la guerra.

La robe de Hannah recoge sus vivencias grandes y pequeñas. El título hace referencia al vestido de fiesta estrenado por la tal Hannah en el paquebote que llevaba su familia a Nueva York. Con el tiempo, la prenda se convirtió también en una recriminación muda: había sido confeccionada por su amiga Suzanne, una huérfana que no tuvo medios para escapar del nazismo.

Schöneberg terminó acogiendo a numerosos funcionarios del Tercer Reich. Pero, a finales de los años setenta, sus moradores tendían a ser prósperos bohemios, intelectuales, feministas, gays. El tipo de gente que fingió indiferencia cuando allí aterrizaron David Bowie y su amigo Iggy Pop.

Portada del libro 'La robe de Hannah'.
Portada del libro 'La robe de Hannah'.

Los actuales residentes no protestaron cuando, el pasado año, el alcalde de Berlín inauguró una placa en la fachada del 155 de la Hauptstrasse, donde residió David Bowie. Se saltaba las normas municipales, que exigen que hayan pasado cinco años antes de cualquier homenaje a un difunto.

El alcalde, el socialdemócrata Michael Müller, reconocía estar algo confuso: asumía la explicación convencional de que David Bowie llegó a la ciudad huyendo de las drogas, pero reconocía que en Berlín tenían entonces “un problema importante con las drogas”. A ver cómo lo explicamos sin que herr Müller se arrepienta: cuando una estrella del rock asegura que ha dejado las drogas, vaya, mejor no tomárselo al pie de la letra.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_