Andy Younes, dos orejas, y primera salida a hombros del ciclo valenciano

La novillada de José Vázquez fue un lujo. De los seis, los cuatro últimos fueron de nota alta, el segundo cumplió sin más y el que abrió el festejo, la oveja negra de la familia, fue manso declarado. De los cuatro con nota, el sexto sacó la guindilla propia de su procedencia Jandilla. Pero fue novillo con grandes posibilidades también que, de mitad faena en adelante, se hizo dueño de la situación. El lote de Younes, un sueño de novillos. El segundo, que manseó en varas, acabó tomando sin problemas la muleta pese a acudir al pasito, mientras el quinto fue cada mejor mejor a medida que avanzaba la faena. El tercero tuvo gran nobleza y el cuarto resultó el más completo en el último tercio, con una cálida embestida y noble a más.

Con novillada tan a modo para triunfar, hubo triunfo del francés Andy Younes, pero triunfo en tono menor. En el segundo de la tarde, que pareció en principio entrar con cierta desgana a la muleta, estuvo con tanta disposición como obsesionado por las cercanías. Acumuló muletazos, ninguno malo, pero no todos buenos. El oficio y la disposición fueron la bandera de una faena rematada de forma certera. Al quinto, sin esperar a más, lo saludó de rodillas con la muleta. En los medios y en redondo. Hubo ciertas prisas en Younes, y de nuevo quiso valorarse por los terrenos de cercanías, sobre todo ya con la faena casi cumplida. Fue labor de más a menos. Mucha soltura al principio y encimista después. La oreja, su segunda de la tarde, le sirvió para salir a hombros. Pero pareció algo barata esa puerta grande.

La tercera oreja de la novillada la cortó Marcos en el último. Precisamente el novillo más exigente del lote de José Vázquez, pero de cualquier manera novillo que también se ofrecía al éxito. Este novillo fue, con todo, manso y defensivo en varas, pero con muchas y buenas calidades en el tercio final. Los doblones de inicio de faena tuvieron mando y torería. Lo que siguió fue un toreo de oficio, de buenas formas y siempre con la idea de llevar al novillo largo. Pero la casta del novillo empezó a enredar la cuestión y a Marcos, de pronto, se le acumuló la faena. Un poco de lío final, que dejó alguna duda en el aire. Manejó la espada con brevedad y también tuvo su premio. En su primero, segundo de la tarde, Marcos dejó la marca de ser novillero de mucho oficio, de brazos largos y poderosos. Muy suelto y resuelto. Tiró bien del novillo, sobre todo con la derecha, y lo llevo largo con el compás abierto. Pero esta vez la espada le negó el premio.

Cristian Climent lavó en parte en el cuarto la pobre imagen dejada en el primero. Ese cuarto fue de ensueño para la muleta. En quites disfrutó en su turno y en la réplica a uno muy variado de Younes. Para entonces ya el de Vázquez había puesto sobre el ruedo sus enormes condiciones. También en banderillas mejoró Climent. En la muleta, más decidido, pases sueltos. Pero faltó continuidad y comprometerse de verdad con tan buen novillo. En el primero estuvo desafortunado en banderillas y en la muleta no logró nunca sujetar al manso animal.