Y Almodóvar, emocionado, por fin celebró su película ‘La mala educación’
La retrospectiva que la Filmoteca Española dedica al director llena todas las sesiones Ayer el cineasta asistió a un coloquio tras su película sobre el acoso en los colegios, que nunca tuvo estreno de gala por el 11-M
Se llama Josefina Arráez. Esta maestra jubilada se puso ayer a las diez de la mañana delante de la taquilla del cine Doré, la sala de la Filmoteca donde se realizan sus proyecciones, para poder ver La mala educación. "La vi en pantalla grande, sí, claro, pero quiero volver a verla. Y creo que a Almodóvar no se le quiere lo suficiente en España". Era la segunda ante el pequeño ventanuco. Detrás de ella, Pablo, estudiante de Psicología y de Cine, y María, trabajadora en una tienda de ropa. Con la entrada ya en mano preparaban nerviosos una posible pregunta para el coloquio. "Queremos conocerle". A su lado, más estudiantes hablaban del cineasta con tono reverencial. La taquilla abrió a las 16.15 y 20 minutos más tarde colgaron el cartel de sesión completa: las poco más de 300 entradas puestas a la venta habían volado.
Ayer fue un día más en la Filmoteca Española. Y no lo fue. Lo fue porque la retrospectiva con las 20 películas restauradas de Pedro Almodóvar volvió a llenar sus pases (ayer, además de La mala educación se proyectó La flor de mi secreto), y lo mismo está ocurriendo con Carta blanca, el ciclo de otras 20 películas que Almodóvar ha elegido por su influencia o paralelismo con sus títulos. Y no lo fue porque el mismo director, acompañado de los actores Fele Martínez, Javier Cámara y Fran Boira, presentó la proyección y el posterior coloquio.
En la sala, multitud de jóvenes, que son quienes están llenando las sesiones. Muchos de ellos veían por primera vez en pantalla grande -como el resto de las películas del ciclo- La mala educación. Los mayores repetían la necesidad de reivindicar el cine de Almodóvar en una especie de mantra cinéfilo. Por imposibilidad laboral o por desconexión artística, llamaba la atención la ausencia de gente de cuarenta años: el hueco generacional en el patio de butacas era llamativo.
"Este es nuestro estreno en Madrid, el que no tuvimos por el 11-M", explicó el doble ganador del Oscar antes de la sesión. Efectivamente, La mala educación tuvo una pequeña promoción, marcada por la tragedia y los acontecimientos políticos y sociales, y se anuló su estreno de gala. Además, su estreno comercial se pospuso del viernes 12 de marzo al 19 de marzo tras el atentado en el que murieron 199 personas.
Por eso anoche el primer recuerdo del director fue para aquellas víctimas y aquellos días. Tras la proyección, su autor reconoció, muy emocionado: "Estoy muy impresionado, y me gustaría hacer una película así y firmarla hoy". Sobre lo visto, confesó: "Es el mejor guion que he escrito. Tiene una génesis parecida a Hable con ella [su película precedente], ya que estuve con el libreto de La mala educación 10 años".
Una historia muy personal, marcada por algunos de sus recuerdos en los colegios de salesianos y franciscanos en los que el director estudió internado. "Especialmente recuerdo que en los salesianos conocí a un acosador que inspiró el padre Manolo de la película. Escribí el relato La visita [que aparece en la película como un arma de chantaje y de confesión] sobre mis vivencias de adolescente mucho tiempo antes. Aquel cuento era anticlerical, pero la película no lo es, ni tampoco quiere pedir cuentas ni ser revanchista".
La mala educación es una trama repleta de mentiras y giros, con actores que encarnan dos personajes (ya que mienten sobre su identidad) y de personajes interpretados por dos actores. "La mayor parte de los DVD que tengo en casa son de género noir o thriller, Es más, en la película hay varios guiños a clásicos como Perdición. Y hoy, mientras veía la película, he descubierto que su segunda parte es el thriller que pensé que nunca había filmado. Se mata por amor, un acto que es la simiente de todo noir". Puede que ahí salga la cantidad de puertas que aparecen en pantalla, las cortinas y los telones que se abren y se cierran, por los numerosos secretos que esconde esa trama.
La trama arranca en un amor infantil entre dos niños en un internado, y los abusos que sufren por parte de un fraile. Esos dos críos acabarán convertidos en un director de cine (Fele Martínez) y en un actor en busca de una oportunidad (Gael García Bernal). Tras años sin verse, vuelven a reencontrarse. Sin embargo, el actor esconde un secreto que hará zozobrar la amistad recobrada. Junto a los mencionados, Cámara, Petra Martínez, Daniel Giménez Cacho o un impresionante Lluís Homar. "Tuve muchísimo cuidado con los actores infantiles y sus secuencias. Si estás denunciando a un monstruo, lo último que puedes hacer es convertirte tú mismo en otro monstruo".
Al igual que La ley del deseo [película que inauguró la retrospectiva], el protagonista es cineasta. "Las dos películas tienen una relación directa, y de ahí la secuencia en la que Carmen Maura vuelve a la capilla de su colegio. Yo ya había escrito el relato de La visita cuando redacté aquel guion. Ambos cineastas son aventureros y que llegan hasta las últimas consecuencias con sus tramas". Cuando desde el público le preguntaron a Almodóvar de dónde salían sus ideas, respondió: "Yo me inspiro en TODO, con mayúsculas, e incorporo las influencias de forma orgánica. Escribo por absoluta y férrea disciplina. Tienes que estar a ello todos los días. Un día no te llegará una idea. Al siguiente, puede que tampoco. Pero cuando aparece de golpe, ahí estás tú para aprehenderla".
Javier Cámara, que encarnó a La Paca, recordó que fue un rodaje "muy feliz y libre", y que los diálogos parecían escritos "con bisturí". "Nunca se cortan las tomas, porque lo pasa lo reconvierte en genialidad". El aludido respondió: "No hay nada más vivo como un rodaje". A su lado Boira y Martínez rememoraron una filmación en la que estuvieron muy atentos: "Tienes miedo a perderte algo de lo que dice", a lo que el aludido confesó: "Yo hablo demasiado en los rodajes, y con el tiempo ya he sabido que agobio a los actores".
Sobre la figura de Sara Montiel, que sobrevuela toda la película, Almodóvar recordó su valor como icono gay. "Y lo digo como un piropo". Contó que hubo un momento en que incluso habló con ella para que apareciera en el filme. Finalmente, no encajó. Pero de ahí que la película que acompaña a La mala educación en el ciclo paralelo sea Esa mujer, de Mario Camus. "De adolescente me gustaba Sara. De adolescente me distancié de ella y de su cine por lo kitsch que era. Y cuando eres adulto se te pasa la tontería de los 20 años y aprendes a aceptar lo que te gusta sin más".
Por cierto, Pablo conoció a Almodóvar y charló con él. El estudiante se sentó delante de las butacas reservadas a la productora El Deseo y de carambola detrás de él vio la película el cineasta. Pablo, en cambio, no estuvo tan atento a la proyección, hasta que Javier Cámara entre risas le dijo que mirara para adelante. Pero, para Pablo, el espectáculo estaba más allá de la pantalla.
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