Las emergencias de JustMAD
La feria de arte celebra su octava edición repitiendo propuestas y perdiendo frescura
Al amparo de Arco —menos alicaída en su 36ª edición, mejor dispuesta a remontar vuelo— han ido brotando en los últimos años varias ferias que, aunque con papel subsidiario, han pretendido brindar una alternativa, casi dar una réplica. JustMAD, que este febrero celebra su octavo cumpleaños, se había marcado como fin exponer el arte emergente, es decir, ese que naciendo señala el principio de algo nuevo. ¿Se puede ser emergente repitiendo las propuestas que se exhibieron en años anteriores? Al recorrer los recovecos del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), sede de la feria hasta el próximo domingo, se observa que las 35 galerías que participan —siete menos que en 2016— han optado por reeditar en buena medida tanto nombres de artistas como formatos escogidos. Hay escultura, instalación, alguna pieza sonora pero, sobre todo, abunda lo pictórico.
Del programa general, la sección más amplia de las tres que componen la muestra, destacan las pinturas de Avelino Sala (Gijón, 1972), con sus azules y esas letras de writer de graffiti, y el rojo portentoso de Jesús Zurita (Ceuta, 1974) que cae como una soga que explotara por un cabo. Ambos se encuentran en el stand de la galería Gema Llamazares, como también los cuadros de Yutaka Mori (Tokio, 1988), en los que distintas capas de papel con cortes geométricos van ocultando o permitiendo ver detrás colores planos, intensos. Con papel trabaja Fernando Daza (Sevilla, 1979), componiendo algo que llega y genera texturas como la pintura a base de estratos de celuloide. Sus piezas, en Trema Lisboa.
Con una técnica más convencional —acrílico sobre tela— destaca una obra que no lo es en absoluto, la de Federico Miró (Málaga, 1991), en Atelier Solar. Pinta imágenes abstractas con reminiscencias de estampados de tapices, incluso pegando el ojo puede apreciarse el perfecto entramado en el que los pigmentos acumulados se asemejan a hilos entreverados. Por originalidad y potencia merecen mención los retratos de Rafael Jiménez (Córdoba, 1989) en Modus Operandi, en los que la plastilina sustituye al óleo, incrustada con los dedos y distorsionada también a mano o con espátulas sobre papel y tabla.
Hay muchas piezas —llamativamente— en soporte metacrilato, con resina y de acabados fulgentes. Santiago Picatoste (Palma de Mallorca, 1971) es uno de los pintores que ya se había prodigado en abstracciones coloristas de este tipo, y que ha regresado con cuadros casi idénticos a los que trajo el año pasado. Las fotografías tal vez más reseñables sean las de Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) de su serie Omo River, premio nacional de 2016.
En cuanto a escultura e instalación sobresalen las de tres artistas que trabajan con distinta materia prima. Izaskun Escandón (Bilbao, 1973) modela sólidos poco corpóreos, planchas que se pliegan sobre sí mismas en rojos y azules transparentes y llenos de sombras y matices. Son importantes las sombras también en la escultura de Carlos I. Faura (Madrid, 1988), muelles y espirales vertebradas por cubos de acero y lacadas de las que, según incide la luz, surgen formas aumentadas o retorcidas. Lo de Pablo Maojo (San Pedro de Ambás, 1961) es la madera, cuadros con, a veces, trazos finos de gubia y otros cuchilladas, cubiertos por pinceladas de ocre, blancos, y algún tono vivo en contraste. Suyo es también un tótem compuesto por una decena de piezas macizas de roble que se erige como un puzle de difícil equilibrio, y que se encuentra en la Puxagallery, el nuevo proyecto de Nuria Misert, antigua directora de la galería Marlborough.
JustMAD 8 ha tenido tres comisariados distintos. El belga Tim Goossens, que trabajó en el MoMA e imparte clases en el Sotheby’s Institute of Art de Nueva York, diseñó un proyecto en el que a lo largo de la feria varios artistas internacionales entablarán diálogo con noveles españoles. La productora cultural venezolana Isabel Villanueva se encargó de la sección general y, por último, la Asociación del Arte Electrónico y Experiental (EX) con Jaime González Lavagne y Arturo Moya propone Just Tech, el apartado de arte electrónico en el que puedes toparte, por ejemplo, con una máquina de callar.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.