A la vejez, remordimientos
El veterano cineasta alemán Volker Schlöndorff habla sobre antiguas pasiones y arrepentimientos vitales en 'Return to Montauk'
Acaba de entrar en los sesenta, y es un escritor escandinavo reputado, aunque sin mucho dinero. Max Zorn viaja de Berlín a Nueva York, donde le espera su esposa que ha estado preparando el lanzamiento durante meses, para presentar su nuevo libro, una inmersión en un antiguo y fracasado amor Y por mucho que Zorn diga que es ficción, algo huele a pesadilla pasada. Con esta trama el veterano cineasta Volker Schlöndorff ha creado en Return to Montauk a sus 77 años un canto a los arrepentimientos vitales, a los remordimientos vitales, que si en tono recuerda a la literatura de Max Frisch -de su amigo ya adaptó El viajero (Homo Faber) en 1991- a quien dedica la película, se basa en un guion escrito por Schlöndorff y Colm Tóibín.
"De Frisch me fascina cómo miraba hacia atrás en sus libros, esa capacidad de retraer a los personajes a decisiones pasadas y muchas veces erróneas", contaba el cineasta esta mañana. "Nunca he dejado de pensar en los temas que quedaron pendientes en El viajero, en temas como el remordimiento, la dificultad por encontrar la reparación o la exculpación, sea por lo que no se hizo o por lo que sí se hizo, pero mal".
Acompañado de Stellan Skarsgard, que encarna al escritor, Susanne Wolff, como la esposa más joven y moderna, y Nina Hoss, que da vida a ese amor pasado, y que vive en Nueva York dedicada a la abogacía, Schlöndorff se ha mostrado divertido, feliz por la acogida a una película otoñal, rodada justo en esa época del año en el extremo de Nueva York, donde de carambola la expareja acaba durante un fin de semana recordando su pasión en los mismos sitios en que la vivieron. De ahí el Return to Montauk, correcta película que sin embargo en la Competición ha encantado al público alemán.
Babelia
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