_
_
_
_

El cuerpo fragmentado, en exhibición

La exposición ‘El peso del alma’ reúne obras artísticas contemporáneas con elementos médicos patrimoniales en un recorrido por el cuerpo, el dolor y la vida

Javier Arroyo
Un hombre observa obras de la exposición 'El peso del alma'.
Un hombre observa obras de la exposición 'El peso del alma'.

Ángeles Agrela y Cesáreo Fernández Losada. Artista ella, médico él. 135 años de diferencia y, sin embargo, dialogan entre sí. Sus obras lo hacen. Agrela es una artista contemporánea cuyo trabajo, cuenta, “siempre ha estado muy relacionado con el cuerpo". "No me imagino el arte sin el cuerpo que lo produce”, añade. Fernández Losada, nacido en 1831, fue un cirujano que, obligado por su faceta didáctica, aprendió y desarrolló el arte del modelado anatómico en pasta cerámica; esto es, brazos, piernas, arterias o músculos de escayola utilizados, muchos años atrás, en los gabinetes y facultades médicas.

Las obras de Agrela y las de otros 17 artistas contemporáneos comparten exposición junto a numerosos elementos de patrimonio médico-tecnológico de los últimos dos siglos, entre los que están las piezas de Fernández Losada, en El peso del alma. Fisiología de la vida y la muerte, una muestra del Centro de Cultura Contemporánea La Madraza de la Universidad de Granada (UGR) y de su área de Patrimonio que invita a una reflexión sobre el cuerpo y su anatomía, la herida, el dolor, la enfermedad, la caducidad vital y la línea que separa la vida y la muerte. Víctor Medina, vicerrector de la UGR, sitúa el origen de esta exposición: “Las colecciones científicas y tecnológicas formaron en su día parte de la actividad de aulas y laboratorios; ahora, su utilidad académica ha caído, pero su valor patrimonial ha aumentado y es nuestra responsabilidad conservarlas y difundirlas”. Esta exposición demuestra que patrimonio y arte contemporáneo pueden convivir con una asombrosa fluidez, sin quebrantos y potenciándose mutuamente. La convivencia se basa en una hibridación perfecta en la que, en ocasiones, es difícil distinguir la pieza patrimonial de la obra artística actual.

Belén Mazuecos y María Luisa Bellido han sido las comisarias de la muestra. Mazuecos, directora del área de Artes Visuales de la UGR, explica que “los proyectos contemporáneos están caracterizados por un fuerte componente autobiográfico, de manera que arte y vida se superponen”. En algunos casos, como en el de Marta Rico, que padece esclerosis múltiple, y su obra La habitación del cuerpo, se trata de una experiencia personal. En el de Ángeles Agrela es más una percepción. “No me imagino el arte sin el cuerpo que lo produce”, explica. Con una carrera ya dilatada como artista, ganadora del premio BMW de pintura en 2015 entre otros galardones, presenta dos obras pictóricas impactantes: lleva al quirófano a personajes retratados ya por grandes maestros como Lucas Cranach el viejo y Hans Holbein el Joven. “Tres generaciones de mi familia han estudiado Medicina. Estas dos obras se acercan de igual manera a la pintura y a la anatomía. Ambas obras muestran operaciones quirúrgicas descritas en tratados antiguos. Hago una versión del cuadro original añadiendo los elementos relacionados con las operaciones. Se trataba de sumergirnos en un viaje que recorre ese finísimo espacio que va desde la delgada superficie de la pintura a la profundidad de nuestras emociones”.

María Cano es una de las artistas emergentes que participan en la exposición, que puede verse en la sala de exposiciones del Parque Tecnológico de la Salud de Granada hasta el 28 de marzo. Cano cuenta que toda su obra “es una reflexión en torno al dolor y cómo lo afrontamos y percibimos”. En lo que se refiere a Vulnus, su obra, “es una metáfora sobre la vulnerabilidad y la resiliencia, una síntesis del alma humana y sus cicatrices”. Y junto a las de Agrela o Cano, obras de Andrés Monteagudo, Marina Vargas, Isidro L. Aparicio, Miguel Scheroff, Miguel Ángel Melgar o Laura Sebastianes, entre otros.

Las piezas patrimoniales expuestas son instrumental médico y reproducciones anatómicas en papel maché, escayola o cera, del siglo XVIII en adelante. Mª Luisa Bellido, responsable del área de patrimonio de la UGR, explica que “las piezas, con un marcado carácter científico y didáctico original, presentan también importantes valores artísticos, como se puede observar al contemplarlas en diálogo con las piezas de arte contemporáneo. Al descontextualizarlas, igual que hacían los dadaístas y surrealistas, adquieren un componente artístico incuestionable”.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_