Sonidos a la vieja usanza

Formada por sonidos que no requieren la atención del oyente, el ambient es música funcional, concebida como fondo para las situaciones más diversas. Sirve tanto para leer como para planchar la ropa; para dejar la mente en blanco o para contemplar las nubes. No hay que bailarla, carece de melodías para cantar y también de letras. En definitiva, no es necesario prestarle atención. Brian Eno la descubrió en 1975 con Discreet Music, aunque él mismo duda de si en realidad el nacimiento del ambient no habría que situarlo en sus colaboraciones con Robert Fripp: No Pussyfooting (1973) y Evening Star, (1975), álbumes en los que procesaba electrónicamente la guitarra de éste. Posteriormente, el género seguiría su propio curso, impregnando, a partir de la década de 1990, a artistas como Seefeel, The Orb o Aphex Twin. Con ellos, la corriente amplió su sintaxis con nuevas oleadas de sonidos flotantes, amorfos, hipnóticos.

Hace tan solo unos meses, Eno publicaba The Ship (2016), integrando por primera vez elementos del ambient con formas musicales más narrativas, incluso pop. Ahora llega Reflection, una prolongación de sus propios clásicos dentro de la música abstracta. Una obra que da continuidad a títulos como el ya mencionado Discreet Music o a Music For Airports (1978), surgidos como ejercicios de innovación desde el ángulo menos previsible de la música rock. Maniobras sonoras que en su día fueron vanguardia y que desde hace tiempo ya forman parte del vocabulario del pop. No obstante, Reflection presenta novedades. Escuchado desde su propia app, la música suena diferente en cada nueva reproducción. Una característica que amplía sus posibilidades y también su carácter funcional, el máximo exponente de eso que el autor denomina música generativa.

En el formato álbum, Reflection suena siempre igual, sin variaciones. En ese sentido es un disco a la vieja usanza. Sus 54 minutos nos remiten a la esencia de la música ambiental en su estado más puro. A pesar de lo gastado de la etiqueta y de lo estériles que pueden llegar a resultar algunas de sus recientes manifestaciones (no hay más que pensar en el término chill-out), Reflection es una reafirmación del fondo y la forma de esta manifestación sonora. Es una masa líquida que fluye, invitando a pensar y sentir, ni más ni menos que eso. Que nadie espere pues grandes hallazgos (al menos en la versión tradicional del álbum), Reflection es el regreso de Eno a esas composiciones que tienen como único objetivo ayudar a que el oyente se transporte a otro lugar; thinking music, tal como la describe el propio artista. En el texto promocional que acompaña al disco, éste se sincera sobre su posición en esta zona creativa. Cuenta que siempre ha diferenciado a los músicos entre granjeros y cowboys. Los primeros eran los que cultivaban su terreno y los segundos los que se aventuraban a ir en busca de descubrimientos. Hoy, el propio Eno sigue viéndose a sí mismo como un cowboy pero asume que hace tiempo que también ejerce de granjero.

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Artista: Brian Eno. 

Sello: Warp Records (2016).

Formato: MP3, CD y vinilo.

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