A la caza del mexicano
Jonás Cuarón describe en 'Desierto' la persecución de un grupo de migrantes por un francotirador
A finales de 2015, Jonás Cuarón (Ciudad de México, 1981) tuvo listo su segundo largometraje, Desierto, que se estrenó en su país natal en abril de 2016 y el pasado viernes en España. El thriller siguió el habitual periplo festivalero a lo largo del año pasado, gustando más o menos, con triunfos como el de mejor película en el festival de La Habana o siendo elegida por México como su representante en los Oscar. Hasta ahí todo normal, ajustado a las convenciones cinematográficas. Y sin embargo...
Donald Trump. La carrera hacia la Casa Blanca del hoy presidente electo de Estados Unidos ha catapultado el eco en el mundo de Desierto, filme en el que un estadounidense que vive en la frontera se dedica a dar caza, rifle con mira telescópica a mano y perro brutal como acompañante, a un grupo de mexicanos y centroamericanos que ha cruzado la frontera ilegalmente. El guion nació hace una década, cuando en Arizona el consulado mexicano de Tucson le invitó a ver sus instalaciones. "Así conocí las historias de los migrantes de su propia voz", cuenta por teléfono. "Era un momento en que las leyes antimigratorias se habían endurecido. Sentí que ante aquella retórica del odio tenía que hablar del tema". Pero el discurso de Trump ha superado lo imaginable. "Durante la campaña, subimos el tráiler estadounidense de Desierto a YouTube: se llenó de comentarios racistas. ¿Qué puedo decir? Que me da miedo, que porque soy padre no me queda otra que ser optimista. Pero hay días en que Trump...". Y deja el comentario en el aire. Remata: "Desierto es una pesadilla que el discurso de Trump puede convertir en realidad".
A Cuarón, hijo de Alfonso y sobrino de Carlos (ambos productores del filme), le apetecía hacer un filme puro de género. "Ya hay muchas buenas películas sobre migrantes. Yo quería algo tipo cine de los setenta, en los que se reflexionaba mucho de política en el terror o en el thriller. Pensé en El diablo sobre ruedas [de Spielberg] casi sin diálogos". Tampoco desdeña influencias como El malvado Zaroff [Irving Pichel, de 1932] o La presa desnuda [de Cornel Wilde, 1966] que muestra otra cacería humana". Otra motivación: volver a convertir amplios espacios en ambientes claustrofóbicos, como hizo en el guion de Gravity, del que fue coescritor, o en su corto Aningaaq, que funcionaba como complemento de Gravity. "Desde el principio me marqué que fuera una película con pocos diálogos, de acción pura, con el protagonista enfrentado a un medio inhóspito. Lo curioso es que yo, de pequeño, no tenía intención de hacer cine. Es cierto que vivía rodeado de cine, pero ni me lo planteé. Empecé a estudiar, y conocí a la que hoy es mi esposa, la estadounidense Eireann Harper. Ella es una apasionada de las películas, y por amor a ella empecé a devorarlas". Y hasta hoy. "De mi padre y de mi tío he aprendido cómo son los perfectos productores: me apoyaron en todo momento y se inmiscuyeron lo mínimo".
"Trump me da miedo, aunque como soy padre no me queda otra que ser optimista"
Desierto era la candidata mexicana a los Oscar. Ni ella ni ninguna película de habla española han entrado en la lista de preseleccionadas a la estatuilla a mejor película de habla no inglesa. "Fue un poco frustrante, pero poco más puedo decir: la Academia decide".
En EE UU no ha convencido mucho el francotirador que encarna Jeffrey Dean Morgan. "Le escogí porque da el aspecto contundente perfecto. Puede que no se expliquen mucho sus motivaciones en pantalla, pero para él escribí, aparte de dónde procedía el personaje, por qué hacía lo que hacía. Así Jeffrey pudo construirlo".
Para el actor Gael García Bernal, el migrante que llega más lejos en su huida, Cuarón solo tiene palabras halagadoras. Van a volver a repetir en la nueva versión de El Zorro que está escribiendo Cuarón. "Veremos, vamos poco a poco. Estoy muy ilusionado y esperamos hacer una gran película". ¿La verá Trump?
Babelia
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