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La actriz Bárbara Lluch se estrena como directora de ópera con ‘Le cinesi’

La obra explora en clave de comedia las miradas a otras culturas y los conflictos que ello genera

Rocío García
Bárbar Lluch (a la derecha) dirige a los actores de 'Le cinesi' en un ensayo.
Bárbar Lluch (a la derecha) dirige a los actores de 'Le cinesi' en un ensayo.

Nada más terminar el ensayo de la obra Le cinesi, Bárbara Lluch sale al escenario para saludar a los intérpretes, tres mujeres y un hombre, con estas palabras: "Soy feliz". Lo hace de manera elegante y tranquila, casi en un susurro. Antes de cumplir los 40 años, Bárbara Lluch, barcelonesa, nieta de la actriz Núria Espert, se estrena en Madrid como directora de ópera con esta obra, música de Manuel García (1775-1832) y libreto de Pietro Metastasio (1698-1782), tras una larga carrera de 12 años en el Covent Garden de Londres y trabajando en la lírica nacional e internacional como ayudante de dirección con algunos de los más grandes, como Bob Wilson, Robert Lepage, Romeo Castellucci o La Fura dels Baus.

Bajo la dirección musical de Rubén Fernández Aguirre y un sorprendente y brillante reparto, Marina Monzó (soprano), Cristina Toledo (soprano), Marifé Nogales (mezzosoprano) y José Manuel Zapata (tenor), Le cinesi, ópera de salón de un solo acto, traslada al espectador a la China del siglo XVIII, en el periodo de la dinastía Qing, al interior de una lujosa casa aristocrática donde tres doncellas viven presas del aburrimiento. Una situación que se desborda ante la inesperada llegada de un joven, hermano de una de ellas, que acaba de regresar de un largo viaje por Europa. Este hombre cosmopolita les hace ver la opresión en la que viven las mujeres en China frente a la libertad de la que gozan en Europa. Para matar el aburrimiento, los cuatro deciden interpretar cada uno una escena dramática de distinto género. Le cinesi, proyecto desarrollado conjuntamente entre la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela, forma parte del ciclo Teatro Musical de Cámara, que busca la recuperación de espectáculos que no tienen cabida en los centros de ópera convencionales. Esta obra se estrena el 9 de enero, lunes, en la Juan March.

Para Lluch, que aceptó sin dudar el encargo que le hizo Daniel Bianco, el director de La Zarzuela, para estrenarse en la ópera, Le cinesi remite a la fascinación que durante décadas han tenido los europeos por la cultura china. “Trata sobre las máscaras, sobre el velo que uno se pone para ocultar nuestra auténtica personalidad. Al comienzo de la obra, estas tres doncellas parecen casi un mismo tipo de mujer, distante, obediente y sin preocupaciones. Pero gracias al divertimento, al juego, al teatro en definitiva, se van revelando sus sentimientos, como personas llenas de pasión, humor, celos y preocupaciones amorosas”.

El principal objetivo de la directora con esta obra es lograr un espectáculo de carne y hueso. “La mejor manera de atraer la atención de los espectadores es que se sientan identificados con lo que se cuenta en el escenario, con las situaciones. Que te importe lo que les pasa a esos personajes, que los sienta uno como reales. Este es nuestro gran sueño”, asegura Lluch, que comenzó su carrera como actriz. Con su abuela Núria Espert y su madre, Alicia Moreno, parece que no tenía otro camino. ”Por venir de la familia que vengo estaba claro que tenía que subirme a un escenario, pero me di cuenta de que no era lo mío. Para ser actor hay que ser un animal muy diferente a lo que soy. Tengo un carácter impaciente y nervioso, me gusta que las cosas sucedan a un ritmo rápido, y las esperas en el oficio de actor me superaban”. La felicidad que ha transmitido a los intérpretes no es algo esporádico, es una sensación que le embarga desde que descubrió el mundo de la dirección de la ópera, que ahora abraza con una pasión desmedida.

Los actores de 'Le Cinesi', en un ensayo.
Los actores de 'Le Cinesi', en un ensayo.

Para Lluch, la ópera es el arte más completo que existe, al que le falta despojarse de ese halo elitista que arrastra. “Dicen desde hace tiempo que es un arte que se muere pero no es verdad. Mientras haya gente que la ame, no morirá nunca. Pero es muy injusto que no llegue a más personas. Los precios son imposibles. No hay que educar al oído para que te guste la ópera. Sientas a cualquier persona, venga de donde venga, pertenezca a una clase social o a otra, delante de una Madama Butterfly o de una Tosca y es imposible que no le cambie el mundo. La ópera te cambia la vida”. Lo dice alguien que lo sabe bien.

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