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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Autor: ‘in’ / persona: ‘out’

No puedo evitar pensar en él como alguien clasista, soberbio pero, eso sí, con magnetismo

Tuve conocimiento de la obra de Enrique Jardiel Poncela cuando, con 12 años, vi al grupo de teatro del instituto representar Eloísa está debajo de un almendro.En ella mi hermano interpretaba el papel de Edgardo —el excéntrico personaje encamado por un mal de amores— y lo bordaba (mi hermano es graciosísimo, ahora se dedica a la fisioterapia: él cura las contracturas de espalda; yo aspiro a provocarlas con ataques de risa; todo queda en casa).

Me sulibelló la obra y lo que ahí se proponía: personajes estrambóticos, situaciones inverosímiles, misterios de chichinabo… daba la sensación de estar presenciando un sueño. Después he disfrutado mucho con su inteligencia y su brillantez; valorando ese compromiso con la comedia a prueba de bombas. Decir que Jardiel Poncela era un adelantado a su tiempo, es como decir que los Globos de Oro son la antesala de los Oscar, una obviedad. Pero… hay algo que… no sé... ¿Cómo decirlo, querido lector? Jardiel autor: in / Jardiel persona: out. Serán prejuicios pero no puedo evitar pensar en él como alguien clasista, soberbio, reaccionario, amargado y cínico pero, eso sí, con un gran magnetismo.

El MISMÍSIMO JARDIEL (indignado): ¡Oiga usted! Me está... Se supone que este artículo se lo habían encargado a usted para que me alabara y miré todo lo que ha dicho de mí… que solo le ha faltado llamarme amargado.

YO: Bueno… eso también se lo he adjudicado, pero asimismo he dicho que tenía un gran magnetismo.

El MISMÍSIMO JARDIEL: Muchas gracias (pausa) por nada. Pero explíquese ¿por qué me ha dedicado esas lindezas?

YO: Por cosas como, cito textualmente: “El comunismo es la antigualla más vieja que existe. Solo un retrasado mental, un albañil ignorante que sale de un mitin, un pobre campesino o un estudiante que hace sus primeras lecturas pueden creer que el comunismo sea una invención moderna”.

El MISMÍSIMO JARDIEL: Desde luego suena como algo que hubiera dicho yo. Pero no sea estrecho de miras; yo siempre me reí de las izquierdas, pero también de las derechas y, en general, de toda la humanidad. Nunca he confiado en la humanidad, siempre pensé que las cosas irían a peor y mire ahora… ¡como están ahora de mal! Por ejemplo, con el triunfo de los populismos.

YO: ¡No se meta con Podemos!

El MISMÍSIMO JARDIEL. Me refería a Trump.

YO: Ah, bueno.

El MISMÍSIMO JARDIEL: O con los haters que hay en Internet.

YO: Touché.

El MISMÍSIMO JARDIEL: De todas formas nunca me tomé en serio nada, ni siquiera a mí mismo.

YO (llorando): Le quiero mucho señor Jardiel Poncela, perdone lo que he dicho de usted.

El MISMÍSIMO JARDIEL: Perdonado ¿quieres que termine con un aforismo?

YO (riendo y llorando a la vez): Nada me haría más feliz.

El MISMÍSIMO JARDIEL: Café y cigarro, muñequito de barro.

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