Los niños sirios que vagan por Europa
Hernán Zin muestra en el documental 'Nacido en Siria' el viaje de 11 críos a través del continente a la búsqueda de un mundo mejor
Hernán Zin (Buenos Aires, 1971) lleva media vida haciendo documentales, muchos de guerra, otros sobre la infancia. Algunos, de ambos temas. Y hoy se confiesa cansado. Su último trabajo, Nacido en Siria, estrenado en el festival de cine europeo de Sevilla y que llegará a las salas comerciales en enero, le ha llevado al límite. Si en Nacido en Gaza (2014) plasmó la vida de 10 niños palestinos, en este nuevo documental siguió durante 14 meses los pasos de una veintena de críos sirios en su viaje a su sueño de una vida mejor. "Ha sido un rodaje más largo. Y mucho por Europa, lo que hacía que me doliera más lo que veía. En Hungría lloré, y veía a las familias, a las abuelas empujadas en sillas de ruedas por las vías del tren.. Me costó mucho hacerlo". De los 20 con los que empezó, al final solo muestra 11. "A algunos me los crucé y no pude volver a contactarles. Se calcula que hay más de 10.000 refugiados menores de edad en paradero desconocido. El primer día estuve con tres hermanos, uno con parálisis cerebral, que habían salido de Siria a la muerte de sus padres. Caminé con ellos 40 kilómetros, dormí con ellos una noche en el campamento... y durante 14 meses no he vuelto a saber nada de ellos".
En lo que va de año ya van 4.000 muertos en el mar Mediterráneo, 4.000 personas que ansiaban llegar a un mundo mejor. "La gente no huyó de Alepo el primer día. No. Aguantan en sus casas, en su país hasta el último aliento. Nadie emigra por placer, son personas como nosotros, cargadas, eso sí, de traumas, heridas y desesperación, que han perdido media familia y que vienen con lo puesto", afirma rotundo Zin. "Y no se pueden quedar en Turquía, eso es una falacia. Solo les queda jugarse la vida en el mar o intentar cruzar por tierra". Más de 4,8 millones de sirios han huido de su país desde que comenzó la guerra civil.
El viaje le ha provocado a Zin numerosas preguntas: "¿Por qué las autoridades europeas no tiene listados para ayudar a la reunificación familiar? ¿Por qué no ayudan a los refugiados? La ONU ha felicitado a Canadá por su política de emigración. En 2017 recibirán 300.000 refugiados, 37.000 de ellos sirios. ¿Y España?". Gianfranco Rosi, ganador del Oso de Oro en Berlín con Fuego en el mar, que se centra en la tragedia que ocurre en Lampedusa, aseguraba que la política europea era vergonzosa. "Me gusta su documental, pero en mi caso creo que dejo más abiertas las conclusiones para el espectador. En realidad, pienso igual que él. No estamos a la altura de los ideales europeos que tanto alabamos. Hay que reaccionar, hacer cosas, y hacerlas bien, como Canadá. El objetivo de mi trabajo, en tiempos de populismos absurdos amantes de muros, es justo el opuesto: tender puentes. El populismo de derechas vive de lo mismo que el ISIS: el odio al otro".
Como en Nacido en Gaza, Nacido en Siria demuestra la capacidad de la infancia por aclimatarse a cualquier situación. "La diferencia es que los niños palestinos son ya hijos y nietos de refugiados. Tienen un discurso. Los sirios están aún con el estrés postraumático, decodificando lo que les ha pasado". Niños como Marwan, con su cara de buenazo que alberga una tormenta en su interior, y que aprende corriendo francés en Bruselas para ayudar a su padre. O Kais, anclado en Turquía con el rostro desfigurado y al que nadie quiere contarle que su padre ha muerto. "A mí me tiene ganado. Tiene una inteligencia y una candidez. Kais te lleva a hacerte muchas preguntas". Las mismas que dejan devastada el alma del espectador.
Babelia
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