McMorrow busca la incomodidad
El cantautor presenta su nuevo disco en Madrid El irlandés es conocido en España gracias a un anuncio de la lotería de Navidad
Aunque muchos se han emocionado con James Vincent McMorrow (Malahide, 33 años), probablemente no lo saben. McMorrow es el compositor de Glacier, la canción del anuncio de la lotería de Navidad de hace dos años. Justo cuando el protagonista recibía un décimo premiado, que le había guardado el dueño del bar donde paraba cada día, irrumpía la voz en falsete del cantautor irlandés. Era el momento más emocionante del vídeo.
Han pasado dos años y McMorrow presenta en Madrid (mañana 30 de octubre; 21.00; Joy Eslava; 23 euros) su nuevo trabajo: We Move (Faction). Un disco donde pega un contundente giro estilístico y da un golpe en la mesa: ya no es la incipiente promesa folkie que hace versiones de Anthony and the Johnsons. Ahora se sumerge en el hip-hop y los sintetizadores sin renegar de sus raíces ni de su característica voz.
El año que sonó en las televisiones de toda España, McMorrow había publicado Post Tropical, un delicado segundo disco donde sus letras se escondían bajo toneladas de instrumentación minimalista y reverb. Entonces era comparado con Bon Iver o James Blake. Con We Move, publicado el 2 de septiembre, McMorrow realiza “una transición natural”. “Necesitaba salir de mi zona de confort para no aburrirme”, cuenta. Obligarse a hacer cosas diferentes le ha servido para explorar sonidos, texturas y efectos del mundo del rap. También a vivir durante tres meses en Barcelona mientras ideaba el disco: “Tengo un vínculo emocional con España desde pequeño”.
“Soy un gran fan de John Frusciante [exguitarrista de Red Hot Chili Peppers], y es un ejemplo para mí. Podría estar ganando mucho dinero con los Peppers, sin embargo hace cosas diferentes para no acomodarse. Por eso le respeto”. McMorrow abandona así lo que mejor sabía hacer, un trabajo con el que ya tenía una prometedora carrera como cantautor folk, por una sola razón: “Necesito hacer otras cosas”. Quizás por eso cuando le preguntaron si quería participar en la banda sonora de Juego de Tronos, no dudó. “Se trata de Wicked Game de mi primer disco. Como soy un gran fan de la serie, dije que sí sin pensarlo. Fue divertido, la gente me preguntaba si Jon Snow estaba vivo o muerto”, recuerda el músico irlandés, afincando en Dublín.
“El tour está yendo muy bien, llevamos 50 o 60 shows y nos divertimos mucho”, relata, por teléfono, horas antes de saltar al escenario en Dusseldorf (Alemania). A diferencia de sus dos primeros trabajos, el irlandés ha delegado las labores de producción a Ninteen85, responsable de muchos éxitos del reconocido rapero estadounidense Drake. “Ninteen85 sacó un sonido minimalista, brillante, grande y vibrante a la vez”, dice el músico. Un paso impensable para un tipo acostumbrado a tocar en solitario con una guitarra acústica y un piano. “Tenerle a él me ha servido para centrarme en las canciones y que las ideas fluyeran mejor”, reconoce. Es la primera vez que McMorrow no se autoproduce.
Durante la producción del álbum, grabado principalmente en Los Ángeles, procuró no escuchar demasiada música para reflejar de la manera más pura las ideas que tenía en su cabeza. Solo se abstrajo con hip-hop como el de Kevin Gates o Kendrick Lamar para inspirarse en la rítmica. De hecho, su instrumento favorito es la batería. “Muchas canciones fueron creadas a partir de un patrón rítmico”, comenta.
-¿De qué habla We Move?
-“Hay canciones de corazón roto, de pérdida, de pasar página y de crecimiento personal. También sobre la felicidad y la tristeza y el difícil balance entre las dos. He tratado de plasmar mis vivencias y mi aprendizaje vital de los últimos 3 o 4 años en el disco. Mi canción favorita del álbum es Last Story”.
Babelia
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