Aterciopelados: “También nosotros somos fruto de la globalización”

Su carrera musical ha sido la autopista por la que han circulado centenares de reivindicaciones que nada tienen que ver con el sistema, más bien al contrario, ya que el dúo formado por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago siempre han marcado distancias con la voracidad del mercado y del capital. Por eso sorprende que a las primeras de cambio, Héctor, en conversación telefónica desde Bogotá, acepte que la globalización no solo está cargada de uniformidad: “La globalización tiene aspectos negativos y positivos. Nosotros somos un producto de ella dada esa mezcla de rock con músicas tradicionales e indígenas. Y también nos ha permitido conocer mejor lo que es la música indígena del país, porque hace 20 años no era nada conocida”. Héctor, de hablar pausado que muestra deseo de precisión, está promocionando Reluciente, rechinante y aterciopelado, disco en directo y dvd con el que el dúo colombiano celebra su existencia luego de siete años de parón.

Héctor, como captando la extrañeza de oírle hablar, aunque sea con matices, de las bondades de la globalización, continúa con sus argumentos: “De diez años a esta parte han resurgido maestros de música tradicional que estaban olvidados y no tenían grabaciones. Han podido viajar y ahora hay un material que se conoce y esto permite que haya fusiones con música de otra índole. Todo esto está favorecido por los nuevos medios de comunicación que permiten que todo se conozca más y mejor. Sirve todo ello para conectarnos con nuestras raíces y salvar lo que aún resta de ellas”.

Hablando de raíces, Aterciopelados, que dieron el campanazo en 1995 con su disco El Dorado, rico en influencias de la música popular de su país, asumen que buena parte del sonido actual de la música latinoamericana tiene que ver con las raíces populares: “Al no ser músicos de academia o muy formados, cuando comenzamos éramos muy amateurs y nos atrevimos a hacer muchas fusiones que dieron por resultado cosas muy divertidas. Esa es la forma que escogimos para construir nuestro propio rock. El colombiano, y creo que buena parte del latinoamericano, es una mezcla de unos géneros donde el rock como tal viene a ser solo uno de los ingredientes. Hay otras bandas que hacen rock puro, digamos, pero lo característico es esa mezcla”.

Ese espíritu es el que da sentido a su último trabajo, que recopila en un directo grabado en plató buena parte de su cancionero, con los discos Gozo poderoso, Caribe atómico, El dorado y La pipa de la paz representados. ¿Y los demás? Héctor responde: “El primero lo vemos como un disco de banda por hacer, mientras que los dos últimos tenían problemas de derechos que la nueva disquera, Sony, tenía fuera de su alcance”.

Que un grupo tan alternativo y de vocación autogestionaria como ellos grabe con una multinacional no parece ser un problema, “la verdad es que la idea del dvd y del directo fue suya y nos pusieron todos los medios para que la grabación se hiciese en condiciones”. El repertorio del disco se redondea con una pieza nueva, Re, homenaje a Café Tacuba y a su disco de igual título, y dos que representan los proyectos en solitario de Héctor (bajo el nombre de Conector) y de Andrea, “creo que nuestras carreras en solitario, independientes, autogestionadas, sacadas en nuestro sello, han tenido poca difusión. Así que quisimos darlas a conocer incluyendo un par de piezas. Hay muchas personas que sintonizan con Andrea y su punto de vista sobre la mujer, los derechos humanos, el respeto a los ancestros, la ecología, el agua….Y las canciones tienen una sonoridad muy parecida a Aterciopelados”, explica. Por cierto, en el dvd, grabado en medio de una ambientación escenográfica con objetos reciclados que enviaron seguidores por petición expresa del dúo, aparecen invitados como Macaco.

“Hace años al salir de Colombia siempre nos hablaban de lo mismo, de las drogas, los cárteles y el narcotráfico, pero con el tiempo ya nos empezaron a hablar de la música”

Del país natal de Aterciopelados, Colombia, se asume una imagen tópica que lo vincula con el narcotráfico, cuya actividad parece ensombrecer todo lo demás. Héctor muestra su preocupación al respecto: “Hace años al salir de Colombia siempre nos hablaban de lo mismo, de las drogas, los cárteles y el narcotráfico, pero con el tiempo ya nos empezaron a hablar de la música. Desafortunadamente, aquí en Colombia y en otros países, comenzó una tendencia de hacer series de TV con el narcotráfico que ha dado buenos resultados de audiencia. Es un tema que en cierta manera ya está superado acá, pero sin embargo todo lo asociado con el narcotráfico, la estética, el lenguaje, las poses, pues generan cierta atracción e interés, y de nuevo en el último año nos han vuelto a hablar del tema. Así que arte y cultura tendrán que empujar en sentido contrario”.

Hablando de cultura, ¿es Viva La Música, la novela de Andrés Caicedo tan popular allí como en España?, “por supuesto que sí, en los ambiente musicales está muy presente, y además expresa muy bien el ambiente de la Cali de los setenta”. Ambiente, que cabe pensar, se podía parecer al que vivían ellos cuando en sus comienzos vivían en un primer piso y en el de abajo tenían su bar musical?..., "sí, un poco, había mucha rumba por entonces. Éramos más jóvenes”.