Wilco: Crónica inquietud creativa
El nuevo disco de la banda recibe una puntuación de 7 sobre 10
Ha pasado un año desde que Star Wars apareciese de la nada en descarga gratuita, gesto que despertó sospechas entre sus oyentes de estar recibiendo gato por liebre. De hecho, cuesta todavía decidir qué valor adjudicarle en el irregular canon de Wilco, seguramente por esa apariencia de disco presuntamente menor firmado por una banda importante. Aquella grabación relativamente breve y por momentos chirriante, de engañosa irrelevancia, rompía la baraja y sonaba a regeneración. Fue un acto quizás necesario en la complicada etapa que vivían, por la enfermedad de la esposa del líder indiscutible Jeff Tweedy, pero no trascendía como su antecesor, el todavía resonante The Whole Love (2011). Schmilco propone el reverso de Star Wars, una concisa y medida aclaración de lo que se agazapaba entre líneas en aquellos temas de aliento glam-rock, ruidismo en pequeñas dosis y alguna que otra golosina.
Artista: Wilco
Título: Schmilco
Sello: dBpm Records-PIAS
Calificación: 7 sobre 10.
Tweedy cuenta que la nueva entrega fue concebida y perfilada en las mismas sesiones. Decidieron separar las canciones en dos bloques: las más enérgicas y directas destinadas a Star Wars, las más volátiles e introspectivas reservadas para Schmilco. Esta secuela también sorprende, pues muestra a una banda desprovista de su reconocido aparato instrumental, que arropa con suave electricidad composiciones en parte autobiográficas, ya desde la inicial Normal American Kids, retrato de una adolescencia desarraigada. Y nos vemos, una vez más, inmersos en la irritable mente del misántropo que pugna por sobrellevar su condición con media sonrisa. En If I Ever Was a Child confiesa buscar la clase de dolor que sabe que podrá manejar; en Happiness desvela una tristeza tan grande que se queda en nada; y en Shrug and Destroy suspira: “A veces me gustaría librarme de las cosas que todavía me importan”.
Cantautor de la “negatividad positiva”, el contumaz Tweedy debería sentirse afortunado al estar rodeado de excelsos instrumentistas que, como Nels Cline o Glenn Kotche, saben acallar sus guitarras y percusiones hasta una delicadeza que suma en vez de restar. El alma del sexteto de Chicago vuelve a dejarse llevar por su crónica inquietud creativa. Parecen conscientes de que el desdén por el artificio, y por las expectativas ajenas, les mantienen vigentes, todavía en equilibrio entre el folk, el pop clásico y la posmodernidad.
Con su título jocoso y una portada que ilustra que el dolor puede llevar al gozo —obra del dibujante catalán Joan Cornellà—, Schmilco cala más que el efervescente Star Wars, aunque sean en realidad siameses separados al nacer. Que la suma de ambos conjugue finalmente un hito en su trayectoria, el tiempo lo dirá. Por ahora, seguimos inmersos en la aventura existencial de lo transitorio. No es poco si se trata de Wilco.
Babelia
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