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Tener un Nobel en la estantería por 3,5 millones

Sotheby’s subasta el galardón de Economía que obtuvo en 1994 el matemático John F. Nash

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El coleccionismo ya no encuentra fronteras y los premios Nobel se han convertido en otra mercancía más codiciada en las subastas. Sotheby’s sacará el 17 de octubre al mejor postor en Nueva York la medalla que le fue concedida en 1994 al matemático estadounidense John F. Nash (1928-2015), cuando logró el Nobel de Economía. El cálculo es que alcance entre 2,5 y 4 millones de dólares (entre 2,2 y 3,5 millones de euros). El récord en esta suerte de coleccionismo científico lo tiene el mismo premio en Medicina que obtuvo el científico estadounidense y codescubridor del ADN James Watson, que se vendió por 4,7 millones de dólares (4,2 millones de euros) en 2014, en este caso en Christie’s.

Un año antes, se subastó el Nobel de Francis Crick, que lo compartió con Watson por el mismo descubrimiento, pero entonces apenas alcanzó la mitad de lo que se pagó por el galardón de su colega.

Nash fue el creador de la teoría de juegos y consiguió con ello la medalla y el diploma que acreditan el Nobel, que se subastarán junto a las cartas oficiales y su caja roja. El reclamo es doble en esta ocasión, pues el científico saltó a la gran fama popular tras el estreno, en 2001, de la película que Ron Howard hizo sobre su vida, Una mente maravillosa, en la que le encarnó Russell Crowe.

También entonces se logró el máximo galardón, un Oscar a la mejor película, pero en este caso la estatuilla no podría salir a subasta, porque la Academia de Hollywood prohibió en 1950 la venta de los galardones que se concediesen a partir de ese año para evitar especulaciones económicas. Solo permite cambiarlos por el precio simbólico de un dólar.

Cuatro años antes, en 1946, Harold Russell, veterano de la Segunda Guerra Mundial, obtuvo el Oscar al mejor actor secundario por Los mejores años de nuestra vida, de William Wyler. En 1992, vendió su estatuilla en una transación privada por 60.500 dólares para costear los gastos médicos de su mujer enferma. La Academia intentó disuadirlo, pero el actor se mostró tajante: “No entiendo por qué alguien puede criticarme. La salud de mi mujer es mucho más importante que cualquier razón sentimental. La película seguirá allí, con o sin este Oscar”.

 Coleccionismo científico

El coleccionismo científico está empujando estas pujas de premios Nobel, lo que no logran esos mismos reconocimientos cuando pertenecen a otras disciplinas. Un lote con el Nobel de Literatura de Faulkner de 1949 no encontró comprador en 2013 y solo se pagaron 12.200 euros por el de la Paz del político francés Aristide Briand, conseguido en 1926 y subastado en 2008.

La Academia sueca no ve inconveniente a la subasta del premio más importante del mundo, al contrario de lo que ocurre con la de Hollywood, cuyas doradas estatuillas, si se venden, es en el mercado negro. Quienes han intentado sacar dinero de alguna obtenida tras la prohibición de 1950 se han visto en aprietos, Fue el caso de la que Joan Fontaine ganó en 1942 a la mejor actriz por Sospecha. Su Oscar fue retirado de la venta de Christie’s en diciembre de 2014, pese a que era la estrella de la herencia de la actriz, con una estimación de venta entre 200.000 y 300.000 dólares (de 179.000 a 269.000 euros).

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