Paco Ureña corta una oreja en la feria de Málaga a base de tesón
Fortes vuelve a Vitigudino, donde cayó herido en 2015, y sale a hombros con David Mora
Paco Ureña: estocada atravesada (ovación); pinchazo y estocada ligeramente tendida (oreja).
Ginés Marín: pinchazo y otro hondo (ovación); pinchazo hondo y media (silencio).
Joaquín Galdós: media trasera (silencio); pinchazo y descabello (silencio).
El diestro Paco Ureña cortó la única oreja de la tercera corrida de abono de la feria de Málaga, en una tarde en la que los tres toreros, sin excepción, mostraron una gran entrega para imponerse a una corrida blanda y deslucida de Santiago Domecq.
Con casi dos tercios de entrada, se lidiaron cinco toros de Santiago Domecq y un sobrero —el primero— de El Tajo, de escasa fuerza y poco juego.
Era un cartel de toreros por descubrir por la afición malagueña. Para Ureña era la primera vez en su carrera que pisaba el albero de La Malagueta y para sus compañeros de cartel era la primera vez, pero como matadores de toros.
Ureña recibió a pies juntos a su primero, un toro que no tenía embestidas limpias y que fue devuelto por flojo, no sin antes derribar al caballo. Salió en su lugar un sobrero de El Tajo, distraído y sin mucha fijeza, con el que se mantuvo firme para arrancar pases muy meritorios de poco eco en los tendidos.
Con el cuarto, estuvo Ureña mucho más fino, igual que Marín, por chicuelinas en su turno de quitas. El murciano aprovechó las facilidades que le brindó la movilidad de su oponente para recetarle unas primeras tandas de mano baja que caldearon los tendidos. Ureña llevó al toro muy templado para no forzarlo, y, poco a poco, se fue haciendo con él para construir una faena por ambos pitones muy del gusto del respetable y del propio torero, al que cada vez se le veía más asentado.
La embestida por el pitón izquierdo no fue tan franca, pero Ureña se mostró también firme por ahí, con muy buen gusto en la interpretación. Lástima que pinchara antes de la estocada final, y el premio se redujo a una oreja.
Ginés Marín estuvo limpio con el capote en el segundo de la tarde, un astado flojito en la embestida, con el que el joven diestro mostró buenas maneras en la muleta por ambos pitones. Lo intentó, pero el toro no fue el mejor compañero de viaje. En el cuarto, con el que lució un capote variado y de muy buen gusto, Marín brindó al público su faena de muleta, lástima que el astado durase muy poco, y desarrollara un comportamiento bronco y a la defensiva. El joven jerezano no se arrugó en ningún momento en lo que fue una faena muy meritoria que quedó emborronada en la suerte suprema.
Joaquín Galdós, de pasaporte peruano pero de cariños malagueños, estuvo bien con el capote ante su primero. Tras un quite por chicuelinas de Ureña, comenzó bien por naturales, aunque no pudo obligarle mucho al astado para evitar que perdiera las manos. Cerró Galdós la tarde con otro toro infumable. Lo intentó con la derecha y con la izquierda pero no había manera de hacer carrera con otro de Santiago Domecq que no servía.
El rejoneador Andrés Romero, silencio y silencio.
David Mora, silencio y dos orejas.
Fortes, dos orejas y una oreja.
Fortes y Mora, a hombros en Vitigudino
El torero Saúl Jiménez Fortes, que regresaba al mismo coso donde el año pasado sufrió una gravísima cornada en el cuello, salió a hombros junto a David Mora al término de la corrida de toros mixta celebrada en la localidad salmantina de Vitigudino.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de la ganadería de Orive, bien presentados y de muy buen juego, y los cuatro para la lidia de a pie fueron aplaudidos en el arrastre.
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