La feria no despeja el oscuro horizonte taurino de Vitoria
La afición carece de la fuerza necesaria ante los partidos contrarios a la fiesta de los toros
Los últimos meses han sido muy difíciles para los taurinos en Vitoria. La tardanza en confeccionar la feria, las dudas con respecto al apoyo del Ayuntamiento y la presión social de los antitaurinos han sido un castigo constante para unos aficionados que buscan la fórmula para defender la fiesta que les une y, sobre todo, su derecho a disfrutar de un espectáculo cultural legal.
La Feria de La Blanca, con solo tres espectáculos de toreo, se presentó como una piedra clave para levantar la voz y que los aficionados ganasen presencia e importancia ante los políticos. Una vez celebrada, la realidad no ha cambiado. Las entradas vendidas no han sido muchas y solamente se ha cubierto un tercio del aforo, por lo que el resultado económico no hace presagiar que el empresario, que cumple su segundo año en el Iradier Arena, vea con optimismo el próximo año.
La empresa capitaneada por José Cutiño cuenta en su contrato con la posibilidad de solicitar una prórroga de otros dos años para la organización de la feria. Esa sería la única posibilidad de ver toros en 2017 en la capital del País Vasco.
Está en el aire si la empresa solicitará la ejecución de la prórroga, puesto que la asistencia de 3.000 personas a la plaza cada día complica la viabilidad de una feria que entrega al Ayuntamiento de Vitoria 6.000 euros de canon anual, además de los numerosos impuestos y beneficios adyacentes que deja en los comercios locales. Esta aportación lo convierte en el espectáculo que asegura un ingreso directo a las arcas del Ayuntamiento y, además, es el acto de pago que más público concita durante el verano en Vitoria, por encima de las entradas que vende el importante torneo de pelota a mano que se celebra en fiestas.
El consistorio piensa celebrar una consulta popular sobre la celebración de espectáculos taurinos en la ciudad. El alcalde, Gorka Urtaran, del PNV, llegó al cargo por el apoyo de EH Bildu, Podemos e Irabazi (un grupo que cuenta con el apoyo de los ecologistas de Equo y de IU), y tiene sus decisiones sometidas al apoyo de estos partidos, que en estas cuestiones hacen valer su fuerza. Incluso el PSOE también ha eludido pronunciarse y ve favorable una consulta popular que aclare el deseo de los ciudadanos de Vitoria.
El pasado 5 de agosto se celebraron dos concentraciones taurinas en torno a la plaza, una a favor y otra en contra. La antitaurina contó con el apoyo de dos representantes políticos de Equo y de Irabazi, que se mojaron en su lucha por abolir las corridas de toros en Vitoria; por el contrario, en la protaurina, que reunió a parecido número de asistentes, aunque con menos altavoces y carteles, no se vio a cargo político alguno. Y no hay que olvidar que la decisión sobre el futuro de la fiesta en esta ciudad está en manos de los rectores políticos.
Los estamentos judiciales del País Vasco ya han anulado la posibilidad de este tipo de consultas, como la que se intentó celebrar en San Sebastián, pero los partidos antitaurinos se están afanando en buscar las fórmulas para de una forma u otra encontrar el impedimento efectivo, aunque no jurídico, para que desaparezcan los festejos taurinos en una plaza que es de propiedad municipal. Así, mucho habrá que luchar en los despachos de los políticos para que en 2017 el Iradier Arena vuelva a acoger festejos taurinos, y no se sabe si los aficionados alaveses por sí solos tienen la suficiente fuerza para abrir las puertas necesarias o necesitarán el apoyo de estamentos más sólidos como puede ser la Fundación Toro de Lidia.
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