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“Podría contar historias felices de Ana María Moix y no parar. Ahí va una”

El crítico teatral respondió a tus preguntas sobre obras, personajes, música, series, películas...

El crítico teatral Marcos Ordóñez.
El crítico teatral Marcos Ordóñez.CLAUDIO ÁLVAREZ

El crítico teatral respondió a tus preguntas sobre obras, personajes, música, series, películas...

1Xavier Cairó 27/07/2016 13:01

Buenos dias, Marcos. Espero de todo corazón que no tenga la agenda llena para el 12 o el 13 de novembre porque se avecina una de las citas imprescindibles del otoño teatral en nuestro país. Y es que leo en la web de la Schaubühne que Ostermeier presentará en Madrid y en el marco del Festival de Otoño, su magnífico Richard III (de nuevo con el gran Lars Eidinger) con el que triunfó en Avignon el año pasado, que tuve la gran suerte de disfrutar y que sitúo a la altura del inolvidable Hamlet que nos regaló hace unos años en el Lliure. Al respecto de todo ello, ¿qué actor y que montaje de Ricardo III recuerda que le haya impresionado más?

Hola, Xavier. Gracias por el recordatorio. Recuerdo muy bien el Hamlet, oso bipolar y psicopático, de Lars Eidinger en la puesta de Ostermeier, con una inteligente nota de dirección: “Hamlet no puede ser una figura romántica cuando las principales víctimas de su cólera son mujeres”. Y recuerdo también a Eidinger en otro montaje suyo: el doctor Rank comido por el sida en “Casa de muñecas”. Por supuesto que intentaré no perderme “Ricardo III”, aunque diría que por esas fechas estoy en Oviedo. De los muchos montajes de “Ricardo III” que llevo en el zurrón destacan ahora el de Marcial Di Fonzo Bo a las órdenes de Matthias Langhoff (la versión original de Avignon, no la que vino luego al Mercat, con un castellano ortopédico y ralentizante) y, desde luego, el gran trabajo de Kevin Spacey en Avilés, cuando en Avilés todavía había dinero (y para que Spacey diera luego un taller que, lógicamente, desbordó el aforo). Todavía no he visto y tengo a punto el Ricardo de Benedict Cumberbach en la segunda entrega de “The Hollow Crown”. Y espero el de Homar en el TNC la próxima temporada.

2Fans Total 27/07/2016 13:04

Han repuesto "Bruja, más que bruja", de Fernán Gómez, una película casi maldita de los años 70. No sabía nada de ella y me quedé a cuadros. Me reí mucho y me pareció también muy triste. ¿La conoce?

Hola, FT. La vi cuando su estreno, en el extinto (¡ay!) Alexandra de Barcelona, un verano desértico. Me pasó lo mismo: me quedé a cuadros, me reí mucho, me pareció muy triste. Recuerdo que había cuatro gatos y pateaban. Dos decían “¡Intolerable!” y los otros dos “¡Qué españolada!”. Podía haber sido peor: la tarde del estreno de “Las bodas de Blanca”, de Regueiro (diría que en el Palacio del Cinema. ¿O era en el Principal Palacio?) amenazaban directamente con quemar el cine. ¡Tiempos duros! Años después conocí a Pedro Beltrán y entendí el arrebato zarzuelero de Fernán-Gómez: en sus noches de gloria, Beltrán contaba el 23-F con romanzas de zarzuela que venían muy al caso, extrañamente (o no). Tardé tiempo en volver a ver “¡Bruja, más que bruja!” porque en aquella época aún no había vídeo, y tuvo una vida aún más fugaz en el circuito de reestreno. ¡Qué imaginación más libre! Creo que la repescó Filmoteca. Cuesta creer que Emma Cohen y Paco Algora estén muertos. A las ausencias de Don Fernando y la Santpere, mal que bien, ya me he ido acostumbrando.

3Antonia Iborra 27/07/2016 13:17

Señor Ordóñez, estos días he estado leyendo “De mar a mar”, la correspondencia entre Rosa Chacel y Ana María Moix que recomendó usted aquí hará un tiempo. He disfrutado muchísimo y me resisto a abandonarlas. ¿Verdad que conoció usted a Ana María personalmente? ¿Podría contarme algún recuerdo suyo?

Podría contar muchas historias felices de Ana María Moix y no parar, Antonia. Hubo un viaje que… no, esa es muy larga. Contaré una secuencia de pocos planos. Un mediodía de verano de hará diez años. Agosto. Solazo inclemente sobre la calle Aragón. Habíamos quedado para comer. Primera frase, tras el abrazo: “¿Habéis visto al pingüino?”. “¿Qué pingüino, Ana?”. ¡Temblaba de emoción al recordarlo! “Ayer noche, en la tele. ¡Lo mejor que dieron y os lo perdisteis!”. Un pingüino condecorado (cinta azul, medalla) por las autoridades de Islandia. No recordaba por qué le habían condecorado. Eso era lo de menos. “¡Cómo caminaba! ¡Con una majestad!”. Y Ana se pone a imitar al pingüino, en la avenida desierta, talmente el coronel Bogey en “El puente sobre el río Kwai”. Así te recuerdo. Lo de los animales venía de lejos: nos hicimos amigos porque acababa de morir Terenci y yo encontré en una librería de lance una versión novelizada de las aventuras de la Mula Francis, que era su personaje favorito, su mascota soñada. Para darle un poco de alegría compré el libro y fui a dejárselo en el buzón de su casa, en Enrique Granados. Esas cosas unen. Yo la seguía desde los años 70, desde “Julia”, su primera novela. La Moix no era una criatura de este mundo. Sobredosis: de inteligencia, de cultura, de amor, de sensibilidad. Su sitio no estaba en una editorial, teniendo que lidiar con cien mil tiburones. Habría sido una extraordinaria consejera, pero para eso hace falta gente que sepa escuchar y tomar en cuenta los consejos. Ana era una mezcla entre Gertrude Stein y Angela Lansbury en “La Bruja Novata”. Cuando enfermó siempre te decía que todo iba bien, que ya nos veríamos. No quería que nadie la viera sufriendo, ni hacer sufrir. Un gran abrazo, nena Moix.

4Juan Manuel García 27/07/2016 13:28

Dos preguntas. 1/ Sabía de las bondades de las obras de gente como Harold Pinter o David Mamet para construir a partir de ellas una película, pero ahora que he dado (más vale tarde que nunca) con Terence Rattigan, me pregunto que a qué otros monumentos de autores relativamente contemporáneos me estaré perdiendo... ¿Qué otros nombres señalarías de esos con una arquitectura tan bien elaborada, sobre cuyas obras se estén montando ahora buenas películas? 2/ ¿Qué estrategias utiliza el crítico teatral Marcos Ordóñez y allegados para vencer el calor aplastante de veranos como éste -que se desea muy venturoso-, sin caer aplatanado por ahí en medio, vencido por la inactividad?

Buenos días, Juan Manuel. Además de sus obras, que otros han llevado al cine (él hizo una muy buena filmación de “Oleanna”, aunque cuesta encontrarla), Mamet adaptó maravillosamente “El chico de los Winslow”, de Rattigan. Hablando de Rattigan, recomiendo las dos adaptaciones de “The Browning Version”: la del 55, con un conmovedor Michael Redgrave (aunque Jean Kent, en el rol de la esposa, parecía Cruella De Vil), y la de mediados de los noventa, con Albert Finney, Greta Scacchi y Matthew Modine. Hace mucho tiempo que no veo las películas que Pinter escribió en los sesenta para Joseph Losey. Sin embargo recuerdo muy bien piezas suyas como “The Birthday Party”, que dirigió William Friedkin, y “The Homecoming”, montada por Peter Hall, con una impresionante Vivien Merchant. Vale la pena recuperarlas.

¿Autores de ahora (aunque Mamet lo sigue siendo)? Hay mucho material, así que elijo a voleo. Pilla la miniserie que hizo Mike Nichols sobre “Angels in America”, de Tony Kushner; “Closer”, de Patrick Marber (que también dirigió Nichols). Y aunque no nació como obra sino como guión, el estupendo “Perdidos en Brujas”, de Martin McDonagh. Y desde luego es puro teatro la extraordinaria serie “Horace & Pete”, de Louis C.K, que no me canso de recomendar.

Celebremos también logros recientes del equipo local: no hay que perderse “En la casa”, la singular lectura que hizo François Ozon de “El chico de la última fila”, de Mayorga, ni “El rey tuerto”, recién filmada por su autor, Marc Crehuet, que reconcentra y mejora el estupendo original. Y estoy contando los días que faltan para el estreno de “Las furias”, el debut cinematográfico de Miguel Del Arco.

Segunda parte de la pregunta: Lo que acostumbro a hacer es asomarme poco. Salir a pasear a primera hora del día (entre las seis y las siete de la mañana), cuando hay una luz y un frescor extraordinarios, y por la noche, tan pronto cae el sol. El resto del día conviene esquivarlo y encerrarse, obviamente, aunque el aire acondicionado no es buen cosa, pero no hay otra. El campo, en zonas altas y con muchos árboles, es mano de santo. En fin, lo obvio. Y dejarse “vencer por la inactividad” tampoco está nada mal.

5seudonimo pseudonimo 27/07/2016 13:31

Hace unos meses Sergi Pàmies decia en una entrevista que entre sus pocos referentes de verdad estaban : Toti Soler, John Irwing , Johan Cruyff y Woody Allen. ¿Usted tiene refentes digamos fundamentales.? Al nivel que habla Pàmies. Que vaya bien las vacaciones.

Querido SP: la lista de los fundamentales desbordaría este espacio. Si vas sumando los nombres que han aparecido en este chat (y en los artículos de los jueves y los sábados, y en unos cuantos libros) saldrá una lista aproximada. Los de esta mañana a esta hora son James Salter, Truman Capote, Van Morrison, Gato Pérez, Louis CK, Josep Pla y Paula Prentiss. Una hora después, otros siete. Etcétera. Y comparto plenísimamente Toti Soler y Woody Allen. Por cierto, hablando de Van Morrison, si quieres alegría y brillo para este verano corre a hacerte con el triple directo (¡nuevo material!) de “It’s too late to stop now”: canela.

6Fans Total 27/07/2016 13:38

Maestro, hará unos días comentaba que está releyendo y retocando su novela "Detrás del hielo", que apareció en 2006, para su revisión la próxima temporada. ¿Qué se siente al volver a un texto diez años después?

¡Sí, se reedita la próxima temporada! Muchas sensaciones distintas. Antes de entrar de nuevo en harina, algo de inquietud: ¿se sostendrá? Hay textos que se vienen abajo, eso no hay que perderlo nunca de vista. Pero no, parece que se sostiene… Y alegría, excitación… Lógico, claro. Siempre recuerdo el pórtico de aquella nueva edición de Viaje al fin de la noche, de Céline. ¡Nueva edición! Me resultaba tan raro en mi adolescencia imaginar una nueva edición de un libro… Céline decía, como un crío entusiasmado: “Ah! On remet le “Voyage” en route. ¡Ça me fait un effet!”. Es bueno volver a un libro como si lo hubiera escrito otro. Luego, la extrañeza al comprobar que había olvidado muchas cosas. Te preguntas: ¿de dónde salió este personaje, esta escena? Misterio. Repaso notas. Veo que tardé tres años en escribir “Detrás del hielo”. En “montar” un país imaginario, la república de Moira. Inventarlo de cabo a rabo. Su historia, sus calles, su moneda… Me sorprendió que hubiera tantos personajes. A lo tonto, como en un “epic”, cinco o seis protagonistas y casi un centenar de secundarios… Sí, eso quería hacer o jugar a hacer: un “epic” con mi menguado presupuesto. Parece que hubo un parón en medio: se me escapaba. Ahora han pasado diez años. ¡Diez años, nada menos! Siempre hay que dar gracias por las segundas oportunidades. Y por partida doble: porque un libro vuelve a la vida, por así decirlo, y porque puedes mejorarlo, afinarlo. Intentar que las frases sean más flexibles, podar adjetivos innecesarios, eliminar repeticiones. Si puedes decir lo mismo con menos palabras, mejor. Aligerar. Aumentar no, nunca lo he hecho. Es un trabajo cansado, porque obviamente hay que estar atento a muchas cosas: al ritmo, a la estructura, a la eufonía. Obviamente, no lo estás “leyendo”, lo estás analizando, y hay momentos en los que puedes perder de vista lo que necesitas buscar. Pero lo que predomina es el placer. Gracias por el interés.

7Fernando Peñarroya 27/07/2016 13:45

¿Ha visto “Cuando vuelva a casa voy a ser otro”, de Mariano Pensotti y el Grupo Marea? Por lo que he leído creo que tiene mucho que ver con su mundo literario (“Un jardín abandonado por los pájaros”, “Juegos reunidos”, etc).

Hola, José. Me seduce mucho el mundo de Pensotti, por lo que me cuentan. Voy con retraso, porque me perdí “Cineastas” en Temporada Alta, hace tres temporadas, pero no pienso perderme “Cuando vuelva a casa voy a ser otro”: para esta misma noche tengo las entradas en el Lliure. Parece, sí, que los tumultos del tiempo es uno de sus temas capitales. Aquello que decía Jaime Gil: “El pasado no deja de moverse, tiene un inquietante dinamismo”. Historias sobre lo perdido que vuelve, siempre de otro modo. Punto de partida, ideal para una narración de Modiano: el padre del autor recupera, mil años después, los objetos que enterró en los días de la Junta Militar. Reconoce todos menos uno: una cinta grabada. Esta historia converge, à la Lepage, con a) la de un director de teatro en horas bajas que intenta poner de nuevo en escena la obra que le dio la fama; b) la de una joven cantante que quiere cantar las canciones que escribió y compuso su padre y, c) la de un político de izquierdas que pierde todas las elecciones y decide suplantar la personalidad de otro. Ojalá coincidamos en ese suculento patio de juegos.

8Dolors Iborra 27/07/2016 13:48

Sr. Ordónez, ¿Qué le parece que Alex Rigola dirija los Teatros del Canal?

¡Estupendo, Dolors! Óptima apuesta: sin duda sería una programación diferente. Lo ideal, a mis ojos, es que diera cancha al teatro joven y pudiera programar visitas de autores y directores extranjeros, como hizo en el Lliure. Habrá que ver qué presupuesto le dan, claro. Y me parece buenísima idea que forme tándem, según leo, con Carlota Ferrer, que no solo ha trabajado con él muchas veces como ayudante sino que también es una notable autora y directora. Ambos son dos profesionales muy queridos y respetados. A ver si pronto tenemos más noticias.

9Emilio Ballester 27/07/2016 13:53

Hola, señor Ordóñez. Soy un seguidor de su obra casi desde el principio y querría preguntarle algo que me intriga. Hará veinticinco años, en la solapa de “La esencia del guaguancó”, anunció que iba a escribir un libro (tres novelas cortas) llamado “Lo que sé de los vampiros”, que diría que no llegó a aparecer, o al menos no lo encuentro. Lo más curioso es que la última novela de Francisco Casavella tenía el mismo título. ¿Qué pasó?

Te cuento, Rafael, porque realmente es una historia curiosa. Y que se remonta más atrás. Hacia el 84-85, si no recuerdo mal, a Francisco se le ocurrió ese título. Estábamos en un club de esos años llamado Metro, por la zona donde luego fue a parar Zeleste/Razzmatazz. Allí me lo dijo, escuchando, creo, a Psychedelic Furs. Le contesté que me parecía un título estupendo y me lo regaló. “Lo que sé de los vampiros” iba a escribirlo yo justo después de “La esencia” y, efectivamente, eran tres novelas cortas sobre posesiones amorosas, para entendernos. Creo que se me cruzó “Una vuelta por el Rialto” y luego “Rancho Aparte” y luego otras cosas y ya no retomé ese proyecto. Pasan los años (veinte como mínimo), y un día Francisco me dice que le gustaría utilizar ese título si yo no tenía pensado hacerlo. Le dije que faltaría más, que era suyo. Lo curioso es que uno de los personajes de “Rancho Aparte” (un escritor llamado Pablo Sbértoli, me parece: tendría que mirarlo) escribía un libro llamado “Lo que sé de los vampiros”. Así que el título tuvo tres vidas, o tres apariciones. La última, efectivamente, fue la de la novela con la que Francisco ganó el Nadal.

10Coronel Sartoris 27/07/2016 13:58

Buenas tardes Marcos, hoy solo desearte unas buenas vacaciones, no muy calurosas y recordarte que cuando vuelvas se publicara: Ramones: 40 Aniversario edición de lujo. Nada mejor con lo que empezar la nueva temporada. Saludos y a disfrutar.

Hola, Coronel. ¡Singulares coincidencias! La otra noche, paseando por la zona de Montjüic, me vino a la cabeza la ultravitamínica actuación de los Ramones en aquellas fiestas que montaba el PSUC en la Recta de l’Estadi hace casi cuarenta años. ¿Tanto tiempo ya? No me lo puedo creer, pero sin duda es así. Compruebo: 8 de septiembre de 1980. Menudas fiestazas montaban los comunistas catalanes entonces, en la línea de las de L’Huma en París. ¡Y luego vino Wilson Pickett! ¡Y todo esplendorosamente gratis! En fin, segunda coincidencia: esta mañana, justo al levantarme, me ha dado por pinchar (sí, en disco) aquel “Yo jamás te hubiera conocido si no llega a ser por los Ramones” de, naturalmente, Los Pistones. Gracias por tus buenos deseos, que te reenvío aumentados. (¡Gabba Gabba Hey!).

¡Las dooooos! ¡A comer! Bueno, amigos y amigas del Chat de la Una: éste es el último de la temporada. O sea, que me voy de vacaciones. ¡Os espero a la vuelta! Durante la sesión de hoy ha sonado 'El Rayo X', gozosísimo y muy veraniego álbum de David Lindley. Y de nuevo rendidas gracias a Castor Manolus Moralus y Pólux Tommasox Koxx por sus desvelos y su simpatía: un placer trabajar con vosotros. Pasadlo muy bien y hasta septiembre.

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