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Un corto para reflexionar sobre la discapacidad intelectual

'Algo más que decir', de la directora Mónica Sánchez, trata sobre la vida de Carmelo Ganado

A simple vista pasa completamente desapercibida, por eso se la conoce como la discapacidad invisible. Pese a que no hay demasiados estudios concluyentes sobre este trastorno, la Asociación para la Atención de Personas con Discapacidad Intelectual (ADISLI) calcula que entre el 1% y el 3% de la población española son personas con inteligencia límite. Carmelo Ganado, de 39 años, pone voz, rostro e historia a las estadísticas en Algo más que decir, el cortometraje ganador del Premio del Público EL PAÍS en la última edición del certamen Notodofilmfest.

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Mónica Sánchez, la directora del corto, no se dedica profesionalmente al sector audiovisual. Menos aún tenía experiencia en él, hasta que en la asociación en la que trabaja, Adisli, dedicada a dar apoyo a este colectivo, se les ocurrió la idea de presentar su propio trabajo al festival con el fin de visibilizar la situación de las personas con discapacidad intelectual. Agarró la cámara a contrarreloj, y a pesar de las limitaciones de tiempo, supo en cuanto le presentaron al protagonista que la grabación iría rodada. "Carmelo tiene inteligencia límite", explica Sánchez. Algo que solamente se revela al final del cortometraje, que escenifica una entrevista de trabajo dentro de la más absoluta normalidad.

Tal y como quieren manifestar con Algo más que decir, pueden llevar una vida completamente normal. "Les cuesta el tema de los números, y gestionar las relaciones y los emociones. Por eso necesitan apoyo para vivir solos, pero, con ayuda, pueden llevar una vida completamente autónoma", apunta la directora. 

Ganar el premio que otorga el público en el Notodofilmfest, de momento, les ha brindado la ocasión de cumplir de sobra con los objetivos por los que idearon el proyecto, subraya Sánchez ."No pensábamos que consiguiéremos llegar hasta aquí. Ni mucho menos. Se ha conseguido visibilizar esta discapacidad, que era lo que queríamos". Que hayan logrado el favor del público, argumenta, es la prueba de que lo han logrado. También. de paso, romper algún que otro estereotipo y cliché. "Parece mentira que a todas las personas con discapacidad les guste la jardinería. Eso no es así. Pueden hacer lo que se propongan", resalta la cineasta. Para muestra, el propio Carmelo. Durante la grabación del corto, hizo una entrevista de trabajo en un hotel. Y concluyó con final feliz, según narra la directora. "Ha sido contratado".

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